Tratamiento Cognitivo-Conductual de la ansiedad en parálisis cerebral

José Manuel Pérez Quesada
Colegiado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Murcia, España

Resumen

En el presente trabajo se describe la aplicación de un tratamiento cognitivo-conductual de una persona afectada de parálisis cerebral que muestra ansiedad ante situaciones específicas y que causaban preocupación y malestar en determinadas actividades de la vida cotidiana. El tratamiento se dirigió a un objetivo concreto, de forma que el entrenamiento en técnicas de manejo de la ansiedad se generalizara tanto a otras conductas como a mejorar la calidad de vida. En el anexo 3 se detalla el resumen y comentarios de la persona que recibió el tratamiento como feedback de apoyo, colaboración y seguimiento.

Palabras clave: autoexposición, relajación, manejo de la ansiedad, parálisis cerebral, visualización creativa, autoinstrucciones, reestructuración cognitiva, tratamiento cognitivo-conductual.

Se considera la deficiencia, a cualquier pérdida o anomalía de un órgano o de su función, la discapacidad, como la limitación de la capacidad humana que hace imposible la actividad de la persona.

La minusvalía son las consecuencias sociales de la adaptación e integración que produce la enfermedad.

Fue en el Siglo XIX, en Londres, cuando el doctor W. Little identificó la Parálisis Cerebral (PC) relacionándola con los problemas del parto y describiendo el síndrome de «diplejía espástica».

La PC se produce por una lesión en el SNC debido a problemas pre, peri o postnatales.

Las lesiones producidas no son progresivas, ocasionando daños en el tono muscular, el movimiento o el habla e interfiriendo en ocasiones en problemas sensoriales y perceptivos, dependiendo del alcance de la lesión. La alteración de la autonomía irá desde leve, moderada a grave.

Podemos definir la PC como una incapacidad para mantener la postura y/o el movimiento debido a lesión neurológica que puede ir asociada a déficits sensoriales o neuropercepitvos que condicionen la calidad de vida.

Las personas con PC sobre el total de la población alcanzan una prevalencia del 1,32 por mil (García Fernández, 1987).

Las causas pueden ser prenatales (rubéola, factor RH, fármacos, etc.), perinatales (anoxia, traumatismo, prematuridad, etc.) y postnatales (meningitis, encefalitis, intoxicación por CO2, etc.).

La intencionalidad de las leyes educativas con respecto a la educación de personas con necesidades educativas especiales (NEE) es aplicar el principio de normalización (García Fernández, 1986), proveniente de los países escandinavos.

La normalización ha de estar aplicada en una doble vertiente: escolar y socio laboral.

Para desarrollar una vida normalizada también se ha de tener en cuenta la salud mental.

En muchas ocasiones, la PC, pese a no llevar asociada ninguna discapacidad mental (como es el caso que se presenta), la normalización llegó tardíamente, la valoración y aceptación de sus capacidades se debió al esfuerzo y la constancia, familiar y personal.

La integración que ha de ser la mayor posible en el sistema escolar (Martínez y cols, 1988) puede ser inalcanzable en la vida adulta si no se dispone de recursos personales propios que hagan posible un desenvolvimiento autónomo, producidos por repertorios cognitivos como la autoconfianza y las expectativas de autoeficacia.

Los componentes del tratamiento de la PC se han basado en la reducación (puesto que no tiene cura) y rehabilitación a través de equipos multiprofesionales especializados en logopedia, fisioterapia, medicina, educación adaptada y en talleres ocupacionales.

A nivel clínico, no es suficiente que el tratamiento se centre en la recuperación del lenguaje y/o del movimiento, sino también en la mejora de la salud mental y el equilibrio psíquico con técnicas cognitivas y conductuales que desarrollen sus habilidades sociales o su afrontamiento al estrés (Muñoz Céspedes, 1998).

Habrá que recordar que en muchos casos la PC no está afectada por retraso mental pese al aspecto físico que presente. El nivel cognitivo no está afectado y como cualquier otra minusvalía, se tiende a compensar unos sentidos, por otros que pueden ser más deficitarios. Hay que denotar, que no siempre van unidas deficiencias sensoriales y motóricas con mentales.

Las intervenciones psicológicas potenciarán el desarrollo cognitivo y comportamental, acompañando a los tratamientos médicos y educativos, y así hacer posible una mejora en la calidad de vida.

Cuando las personas influyen con su control sobre si mismos y el ambiente que les rodea a través de prácticas saludables, su equilibrio emocional mejora.

Disminuyendo los factores de riesgo, cambiando comportamientos desajustados ya instaurados, o recuperando el bienestar; el equilibrio psicológico se establece, porque previene y controla los problemas, asegurando mayores cotas de felicidad (Costa y López, 1996).

El desarrollo actual de la psicología científica, puede colaborar a ello a través de las técnicas que muestran una evidencia experimental manifestada en resultados a través de programas específicos de tratamiento y acercándolos a poblaciones de riesgo.

El miedo suele ser un fenómeno complejo, universal y enraizado biológicamente.

La ansiedad es una aprensión anticipatoria más difusa y menos focalizada que el miedo, sin apariencia de amenaza externa, con sensación de peligro y desasosiego.

Es un mecanismo que ayuda a la supervivencia de la especie siempre y cuando sea adaptativa (Marks, 1991).

La ansiedad situacional aparece sin que en principio existan estímulos desencadenantes. A veces no se sabe cual es por qué de lo que llamamos comúnmente estados «nerviosos», aunque en ocasiones exista subjetivamente un estímulo de amenaza o peligro.

La ansiedad es una respuesta sana del organismo pero que se convierte en problema cuando el peligro no es real.

Las consecuencias que se derivan de una ansiedad mantenida en el tiempo son:

– Sensaciones corporales que producen pensamientos negativos, y estos a su vez, las respuestas corporales.

– La evitación.

– La falta de confianza (Burtler y Arrarás, 1991).

El tratamiento que se describe es multicomponente utilizando las técnicas cognitivas junto con la exposición.

La exposición es uno de los tratamientos más efectivos para enfrentarse a las conductas de evitación.

Impide que el escape o la evitación se produzcan y actúen como refuerzo negativo y se mantenga el problema.

Se reduce la ansiedad en base a tres mecanismos explicativos: la habituación a los estímulos temidos, la extinción de las respuestas y el cambio cognitivo producido como consecuencia al no elicitarse lo que se teme (Echeburúa, 1994).

Con respecto a su eficacia, se ha optado por hacerla gradual para aumentar el interés y por tener un numero menor de abandonos.

La forma más común de terapia de exposición que se aplica en la actualidad emplea un enfoque graduado de la situación temida (Agras, 1993:126).

La combinación de ambiente, pensamientos y respuestas físicas hacen que una persona se sienta ansiosa y evite determinadas situaciones (Mckay y cols, 1988).

El tratamiento basado en el modelo cognitivo-conductual va dirigido a actuar sobre las tres variables citadas.

Las técnicas a aplicar serán un medio para ayudar a la exposición.

Método

Sujeto

Francis es una persona de 33 años, afectado de una parálisis cerebral que le impide la movilidad autónoma de sus extremidades inferiores y superiores con necesidad de ayuda para los hábitos diarios de aseo y comida.

Posee una discapacidad múltiple por parálisis cerebral cuadripléjica de etiología sufrimiento fetal perinatal. Con una discapacidad total del 85% y un grado de minusvalía general del 90%.

Las características de su discapacidad son:

Espasticidad, consistente en movimientos exagerados y descoordinados por su hipertonía o tono aumentado.

Cuadripléjica, están afectadas las extremidades inferiores y superiores.

Grado de afectación de tipo grave.

Ha publicado un libro autobiográfico sobre sus vivencias pasadas, presentes y sus expectativas futuras (Pérez Mañogil, 1997).

Nuestros contactos no son continuos, mantenemos una relación esporádica pero fraternal y familiar.

Vive con sus padres y abuela materna. Desde hace unos años posee una silla eléctrica que maneja, al igual que el teclado, con la nariz.

En uno de nuestros encuentros que hemos tenido este verano en los que hablamos del mundo y sus circunstancias, también lo hemos hecho de psicología, de la relajación y de su influencia en el organismo.

Se disponía de datos de Francis referidos al ambiente familiar, ambiental, de estudios y ocio, proveniente de sus padres, de él mismo y de sus escritos.

Me comunica una anécdota peculiar en la que ante determinadas personas con la que muestra una mayor sensibilidad emocional, tensa y descontrola más su cuerpo, como es al saludar. No ocurre con otras, digamos emocionalmente neutras. Las primeras son personas que conoce por su familiaridad o atracción.

El descontrol corporal también ocurre al cruzar la calle por temor a que lo atropellen.

Mencionar que en sus paseos diarios de ejercicio físico es ayudado por su padre, ya que no mantiene solo el equilibrio.

Le comento si le interesaría aprender a controlar en la medida de sus posibilidades su cuerpo, puesto que no siempre reacciona en situaciones específicas con el descontrol característico de brazos y piernas; esta en función del ambiente, es decir de las personas y la situación.

Mencionó la posible conveniencia de un entrenamiento en relajación muscular progresiva (Cautela, 1985) para adquirir un mayor conocimiento de sus músculos y también (en función de sus posibilidades) a controlar sus espasticidad en determinadas situaciones y con personas específicas.

En su historia personal y en ciertos momentos de su vida comenta el haber pasado por momentos de verdadero estrés, con los estudios de bachillerato que tuvo que dejar por el bien de su salud mental. También que estuvo en tratamiento de un insomnio persistente, durante algún tiempo.

Dice ser bastante tozudo cuando se propone una meta y que su preocupación por conseguirla le crea cierta ansiedad que en ocasiones le ha costado manejar.

Cuenta que ya estuvo en tratamiento con una psicóloga que le enseño relajación.

Evaluación

En el procedimiento se utilizaron los siguientes registros, con la escala siguiente:

0      1      2      3      4      5     6     7     8
Nada-Algo-Bastante-Mucha-Muchísima

– Registros: Elaboración de visualización con autoinstrucciones.

– Elaboración de visualización con autoinstrucciones.

– Relajación conseguida (0-8).

– Visualización conseguida (0-8).

– STAI (Spielberg, 1994, 4ª Edición))

– Inventario de indicadores de tensión y ansiedad de Olivares y Méndez, (1998:78).

– Grado de creencia en el pensamiento (0-100):

Temo quedarme paralizado y sin poder andar cuando estoy cruzando.

– Satisfacción con el tratamiento (0-8)

Indica en que grado confía mejorar globalmente.

Indica en que grado ha mejorado globalmente.

El análisis topográfico de las respuestas nos delimita que cuando cruza la calle o saluda a determinadas personas piensa que:

– Me voy a quedar paralizado sin poder andar.

– Me voy a «enrocar» y no me va a mover nadie

Las sensaciones corporales son:

Tensión muscular, sudoración, aumento de los latidos del corazón, descontrol de la respiración.

Lo que hace es dejarse llevar por la ansiedad elevando la cadera y pierna derecha, girar más el cuello y la boca, y no alejarse mucho de casa procurando el evitar calles con aglomeración de gente y tráfico.

El análisis funcional, nos dice que antes de salir cruzan por su mente pensamientos automáticos negativos que se mantienen al iniciar el paseo.

Sus movimientos involuntarios aumentan producidos por la ansiedad anticipatoria y el factor sorpresa como el ruido de motos y coches y en los que como consecuencia se produce una tensión en la parte derecha de la cintura hacia abajo, cuello y cara que le hace perder parte del control corporal, produciendo un cierto miedo y evitación de la actividad que mantiene el problema y que le impide generalizar sus paseos con otras condiciones ambientales.

Desde el modelo cognitivo, se dice que los trastornos no son sólo los acontecimientos en sí mismos, sino la interpretación de incontrolabilidad que se hace de los mismos, relacionada con la percepción de peligro:

– Sobreestimación del hecho temido. – Sobreestimación de su intensidad

– Infravaloración del habilidades de afrontamiento. – Anticipación catastrofista

Hipótesis

Se puede hipotetizar que la interpretación catastrofista de ver un coche que viene hacia ti cuando estás cruzando es señal de tensión y descontrol que facilita el aumento de la ansiedad y el descontrol corporal.

La ansiedad anticipatoria y la evitación mantienen el problema.

Su superación ha de conseguirse con base en una exposición gradual regular.

Las actividades al principio pueden ser molestas pero con la práctica sistemática, y el aprendizaje de unas técnicas adecuadas, se conseguirán unas habilidades que harán posible enfrentarse al malestar y manejarlo adecuadamente.

El entrenamiento en relajación, así como las técnicas a emplear, están en función de los objetivos.

De las tres conductas problema que se dieron (ver anexo 3: III pautas para afrontar situaciones concretas), se eligió una para plantearse un objetivo con la intención tanto de acortar el tratamiento como de ejemplificación y modelo de las dos restantes, buscando en su posterior práctica, la generalización.

En el tratamiento se definió el objetivo a conseguir para enfrentarse a la conducta evitada como:

Cruzar la calle sin ponerme tenso, así como aumentar la distancia en los paseos intensificando la situación de coches y personas.

Tratamiento

Estrategias de afrontamiento (según su eficacia)

– Detención del pensamiento. – Entrenamiento en Relajación global y diferencial

– Autoinstrucciones. – Distracción. – Discusión de Pensamientos.

– Respiración controlada

Otras:

– Visualizaciones. – Practica en imaginación

– DS de autocontrol, (Golfried, 1971, en Olivares y Méndez, 1998:102)

El tratamiento se desarrolló a lo largo de cuatro semanas, con un total de nueve sesiones.

Lo que en principio iba a ser un entrenamiento en relajación muscular progresiva (Berstein y Borkovec, 1982; Cautela, 1985) con componentes cognitivos (Smith, 1992), derivó a la aplicación de otras técnicas.

Fue en el desarrollo de la terapia cuando fueron estableciéndose las necesidades específicas.

Se seleccionaron las técnicas que se creyeron más apropiadas a las características que presentaba Francis, atendiendo a las siguientes variables:

– Objetivo terapéutico. – Limitaciones físicas. – Aptitud para imaginar. – Hipertonía muscular

Si la hipótesis era correcta la terapia iría dirigida a la exposición (gradual o brusca) en la medida que pudiese tolerarla. Se optó por lo primero.

El estrés, la tensión y la ansiedad ejercen un papel fundamental en el equilibrio mental, ya que producen molestias e incapacitación en el desenvolvimiento de la vida diaria.

Las técnicas de relajación a emplear con Francis tenían como objetivo el control diferencial de determinados músculos y de su nivel de activación, que le hicieran posible relajarlos en situaciones específicas.

La relajación diferencial ayudó a darse cuenta de los primeros movimientos corporales y a tensar los músculos contrarios apropiados.

Se explicaron las características del SNA, así como el funcionamiento de sus ramas simpáticas y parasimpáticas.

Se dio importancia a las respuestas de alarma del organismo y se comparó con su espasticidad, su hipersensibidad a estímulos sonoros y su hipertonía muscular.

El entrenamiento contó con siete sesiones, comenzando con dieciséis grupos musculares, después ocho, cuatro, global (tensando y soltando de una vez) y cognitiva mediante la práctica en imaginación y visualizaciones, para acabar con unas sesiones de aplicación a situaciones prácticas, ayudado al principio con música y retirándola a medida que avanzábamos en su manejo.

El problema lo presentaba su hipertonía muscular, ya que la rigidez de extremidades y tronco suponía no aplicar la tensión-relajación sino pasar directamente a la relajación de los diferentes grupos de músculos.

En la línea base (LB) establecida enumeró por orden de dificultad en el Inventario de Indicadores de Tensión y Ansiedad las reacciones corporales personales ante la ansiedad, con lo que nos sirvió para detenernos en determinados músculos.

La visualización (Fanning, 1992) ayudó a favorecer la distensión muscular debido a su capacidad para imaginar que previamente se detectó.

La visualización al igual que la relajación la hacia dos veces al día, como actividad para casa.

Primero se establecía el firme propósito (en forma de autoinstrucciones) de eliminar el problema. Después se describían las características personales (en forma de autoafirmaciones) que poseía y que iban a ser posible eliminar el problema.

En último término, se establecía a través siempre de la imaginación un visión de cómo se va enfrentando al problema, antes, durante y después (ver Anexo,3, apartado -3- Cruzar calles).

Una vez relajado visualizaba imágenes en situaciones agradables que le ayudaban a soltar músculos, sin olvidar que en la última fase tenía que establecer imágenes relacionadas con el objetivo planteado.

Para ello se entrenó en la práctica de autoinstrucciones de afrontamiento (McKay cols., 1988), estableciendo las que personalmente fueran más relevantes para el establecimiento del antes, el durante y el después de cada exposición.

Se entrenó en respiración diafragmática en dos sesiones. Al presentar dificultades, se optó por una respiración sino profunda si controlada (Bados, 2000), enseñándole a detectar si sigue las instrucciones apropiadas como el no mover las aletas de la nariz, los hombros o el pecho.

Con respecto a las autoinstrucciones se le facilitó una guía general, acordando el adaptarla y personalizarla.

La distracción sirvió para enfrentarse al problema, que le sirviera de ayuda para avanzar, pero no como evitación encubierta, se le dio importancia a esto.

Así, se entrenó en focalizar la atención o en establecer mentalmente algún tipo de regla como contar disminuyendo o recitar poesías (Butler y Arrarás, 1991).

Basándose en la Terapia Racional Emotiva de Ellis (1980), se explicó la tríada A-B-C, situación, pensamiento, conducta o emoción, para establecer mediante ejemplos prácticos adaptados que no es la situación la que ejerce el principal protagonismo en como nos sentimos, sino las interpretaciones, ya que no todos nos sentimos de la misma forma ante un mismo hecho. Para ello se trabajó la detección de pensamientos irracionales, para después aplicar su detención y posterior transformación en otros más adaptativos.

Se siguió con la técnica de Detención del Pensamiento, explicando su fundamento (con sus limitaciones) desde el condicionamiento como castigo (Upper y Cautela ,1983; Davis y cols, 1985; Rimm y Master, 1990), como refuerzo negativo encubierto (Raich, 1991) o como refuerzo positivo mediante el establecimiento de un hábito inhibitorio (Wolpe, 1979).

– Modelo explicativo 1:

Respuesta (pensamiento negativo) = Estímulo aversivo (stop, golpe, goma, etc.).

– Modelo explicativo 2 (bifactorial) :

CC:

EC (cruzar la calle) = EI (sonidos fuertes de motos y coches) = RI (miedo, pensam. negativos)

EC (cruzar la calle) = RC (miedo, pensamientos negativos)

CO:

Ed (cruzar la calle) = RC(miedo, pensamientos negativos) = RI (evitación de paseos en calles con aglomeraciones) = Cese del Ed (ref-)

La repuesta instrumental se aprende no por evitar el Ed sino para escapar del miedo (RC).

Se puso un ejemplo:

Cuando estamos concentrados, nuestros sentidos se dirigen a lo que hacemos o practicamos (leyendo, escribiendo, pintando, etc.), pero un estímulo más potente sea sonoro (golpe), o visual (chica atractiva) puede hacernos dejar la concentración y dirigir nuestros pensamientos a otro lado (Labrador, 1992).

Se aplicaron las técnicas entrenadas a una visualización específica que elaboró Francis (ver Anexo 3: Banco de recursos y Pautas para afrontar situaciones concretas).

Cuando se enseñaron y practicaron las diversas técnicas, se planteo una visualización que elaboró el terapeuta para ser aplicada en imaginación y en vivo.

Para llevarlo a cabo se optó por una variante de desensibilización sistemática llamada de autocontrol de Golfried (1971, en Olivares y Méndez, 1988). Se determinó así en función de la eficacia de las técnicas entrenadas.

El procedimiento consiste en instruir a la persona para que siga visualizando la escena presentada aunque le produzca ansiedad, afrontándola, aplicando las técnicas aprendidas, de forma que pudiera llegar a ser capaz de identificar mejor sus sensaciones de tensión.

Su desarrollo (anexos 1 y 2) constó de entrenamiento en relajación diferencial, elaboración de una jerarquía y presentación en imaginación y en vivo.

En la jerarquía se incluyen situaciones estresantes referidas al objetivo planteado de forma que sirvan de estímulo discriminativo para aplicar las diversas técnicas aprendidas.

Las escenas que se presentaban tenía que mantenerlas. No se le dice que las elimine , sino que las mantenga hasta bajar el nivel de ansiedad y pueda ser manejado; por ejemplo 2 o menos en una escala de 0-8. A diferencia de la DS los items pueden estar jerarquizados o no, imaginándose manejando la ansiedad y aplicando no solo la relajación sino las diversas técnicas ya conocidas (anexos 1 y 2).

Resultados

Tabla  1 

0      1      2      3      4      5     6     7     8
Nada Algo Bastante Mucha Muchísima

Manejo de la ansiedad

Tabla 2

Figura 1.

Tabla 3

Figura 2. STAI

Tabla  4

Figura 3. Inventarios de  indicadores de tensión y ansiedad.

Tabla  5

Figura 4. 

Tabla  6

 

Figura 5. Mejoría global.

Los resultados muestran el curso del tratamiento constatado a lo largo del proceso terapéutico.

En la tabla general, se presentan las puntuaciones conseguidas antes y después del tratamiento, así como el porcentaje de mejoría obtenida.

Se utiliza la intensidad como parámetro para medir las variables dependientes especificadas en la evaluación.

Las puntuaciones conseguidas se expresan en forma directa en escalas subjetivas (0-8, 0-100), excepto en el STAI que son estandarizadas.

El nivel de satisfacción con el tratamiento es del 72% con respecto a la línea base (LB), especificándose en el grado de confianza en la mejoría global y habiéndose establecido una puntuación entre el antes y el después del tratamiento de entre 2 y 5.

En la relajación y visualización se hace referencia al nivel de consecución estableciéndose una diferencia de puntuaciones en el postest pretest de casi dos puntos.

En el STAI no ha habido variación, las puntuaciones se mantienen iguales con el mismo nivel de tensión.

El grado de creencia del pensamiento expresa una mejoría relevante de creencia de100 antes a 20 después.

En el Inventario de Tensión y Ansiedad no hay variación.

Conclusiones

En el Inventario de Tensión y Ansiedad no hay variación, sin embargo si la hay en relajación y visualización. La explicación a esta aparente paradoja, se entiende desde la consecución del objetivo trazado.

En la relajación, el progreso o mejoría va relacionado con la capacidad para detectar la tensión-distensión en determinados músculos para, a continuación y voluntariamente, tensionar unos para que se relajen otros. Por ejemplo, sabiendo que es la parte derecha de su cuerpo la que se tensa y descontrola lo que hace es tensionar la parte izquierda para que se relaje la derecha.

La relajación colabora a superar el objetivo trazado en que se tensionan unos músculos contrarios a los descontrolados para conseguir una mayor relajación general y un mayor dominio de su cuerpo, pese a no haber variación en los músculos específicos citados en el Inventario de Tensión y Ansiedad, debido a su hipertonía muscular.

En resumen, el progreso en relajación es debido a un mayor control en la detección de sus músculos que le hacen conseguir un mayor estado de distensión en base a contraer unos y relajar otros.

En la respiración diafragmática al no conseguirse, se optó por una más superficial y controlada, debido a la tensión muscular que presentaba en tronco y cara y la dificultad de automatizarla.

Debido a su capacidad para imaginar, la visualización sirvió para contrarrestar sus limitaciones físicas ya que en las sesiones de relajación se pasaba directamente a relajar los músculos sin tensionarlos primero.

Se hace necesario junto a las demás técnicas y así quedó claro, una mayor continuidad en su vida cotidiana (siempre y cuando lo desee), para que ayude a disminuir su ansiedad anticipatoria ante determinadas situaciones.

El tratamiento multicomponente se ha delimitado en orden a su eficacia personal, las técnicas en adelante ayudarán a mejorar su afrontamiento a situaciones que conlleven ansiedad anticipatoria y, al mismo tiempo, para mejorar su salud mental en general, sirviendo como estrategia personal de afrontamiento al estrés.

En el seguimiento a los dos meses comunica que la relajación solo la hace «en aquellos momentos en los que me encuentro un poquillo nervioso«.

Sigue con las autoexposicones controlando las variables que inciden en el problema: tráfico, duración del semáforo en rojo, aglomeración de gente, etc.

Generaliza la práctica, cuando va a comprar y no quiere precipitarse, o cuando alguien le abre el portal y tiene que esperar o saludar.

Algunas de las conclusiones generales que se pueden entresacar son:

1. Mejora en el reconocimiento de la tensión-distensión de sus músculos.

2. Mejora en el domino y detección de las diversas técnicas tratadas en orden a su eficacia y aplicación personal.

3. Reconocimiento de:

La necesidad de la autoexposición para bajar o eliminar la ansiedad.

De la necesidad de la práctica continuada de las técnicas aprendidas para enfrentarse a situaciónes específicas.

De la necesidad de relacionar situación-pensamiento-emoción, para manejar y controlar los pensamientos negativos e intrusivos.

Referencias

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Cautela, J. R. y Groden, J. (1985). Técnicas de relajación. Barcelona: Martínez Roca .(Original,1978)

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Upper, D. y Cautela, J. R. (1983). Condicionamiento encubierto. Bilbao: Desclée de Brouwer. (Original, 1970)

Wolpe, J. (1979). Práctica de la terapia de conducta. México: Trillas. (Original, 1973).

ANEXOS

Anexo 1 – Visualización

Estas sentado en la silla frente a tu abuela.

Se oyen golpes de martillo, tu padre está dando los últimos toques a un saliente que cubrirá parte del patio y que en invierno impedirá que el toldo se moje.

Ves a tu madre en la cocina dando lo últimos toques de limpieza.

Tu padre te dice:

– ¿Vamos a pasear Francis?

– Si

Tu padre te ayuda, te arreglas, te preparas, te levanta de la silla y te sujeta.

Llegáis a la puerta y se oye un ruido de motos, miras y observas que hay bastantes adolescentes con motos.

Te fijas y desde el portal ves sus gestos y conversaciones.

Os disponéis a andar, cuando de momento pasan dos motos, frenando en seco y oyéndose el patinazo de las ruedas sobre el asfalto.

Empezáis a caminar por la acera poco a poco y a buen ritmo, todo marcha bien, os dirigís al paso de peatones existente para cruzar la calle.

Llegáis, os paráis y ves pasar un coche, luego una furgoneta.

Una vez que observáis que no viene nadie, empezáis a cruzar.

Te das cuenta que viene un coche blanco, apenas habéis empezado a cruzar y cada vez se va acercando más. Está a 50 m., a 30 m., a 10 m. a 5 m., va despacio, para y os deja cruzar.

Tu padre le indica que pase, lo hace, pasando el primero, despacio se va alejando, aumentando poco a poco la velocidad.

Sigues andando oyes un ruido de motor, es una moto y se acerca a toda velocidad. Cuando llega al paso de peatones, no para os esquiva haciendo una brusca maniobra y pasando sin respetar el paso de cebra.

Sigues avanzando con paso seguro, lo estás consiguiendo.

Se oyen voces de niños, están jugando, observas a una persona sentada a la sombra, es verano, hace calor, una ligera brisa roza tu rostro haciéndote sentir bien.

Viene un coche, su velocidad es inadecuada, vuelves la cabeza y los ves a lo lejos acercándose cada vez más.

Te encuentras justo en medio del paso de peatones.

Te falta todavía más de la mitad para cruzar la calle.

El coche se acerca sin disminuir la velocidad. De momento te lo ves encima dando un gran frenazo y parando bruscamente muy cerca de ti, con el consiguiente ruido típico del deslizamiento y desgaste del caucho de las ruedas sobre el asfalto.

Con el coche detenido, reanudas el paso y sigues caminando lento y seguro mirando al frente. El coche se va alejando despacio.

Llegas a la acera y miras atrás para ver el recorrido realizado.

Tu padre dice:

-¿Vamos?

Y seguís adelante.


ANEXO 2 – Jerarquización
(Resumen)

0      1      2      3      4      5     6     7     8
Nada Algo Bastante Mucha Muchísima

Ítem 1 (Nivel de ansiedad 0)

Estás sentado en la silla frente a tu abuela y tu padre te dice:

– ¿Vamos a pasear Francis?

Ítem 2 (Nivel de ansiedad 4)

Os disponéis a cruzar la acera.

Ítem 3 (Nivel de ansiedad 6)

Llegáis, os paráis y ves pasar un coche, luego una furgoneta.

Ítem 4 (Nivel de ansiedad 8)

Sigues andando, oyes una moto que os esquiva y os pasa.

Ítem 5 (Nivel de ansiedad 8)

Un coche viene a gran velocidad, es inadecuada, 150m, 100m, 50m, 10m.

Ítem 6 (Nivel de ansiedad 8)

Para dando un gran frenazo.


ANEXO 3 – Resumen y comentarios de lo tratado en la terapia
(Francis Pérez Mañogil)

Máximas previas, Banco de recursos, Pautas para afrontar cualquier situación, Los pensamientos negativos (racionalizarlos y cambiarlos), Las situaciones estresantes (afrontarlas mejor), Pautas para afrontar situaciones concretas (Saludar, Pasar o permanecer cerca de alguien, Cruzar las calles)

Máximas previas

Para cambiar un pensamiento o para cambiar la forma de afrontar una situación :

– Plantéatelo como un reto, no como una amenaza

– Practícalo, no lo evites. (Evitar los problemas, los aumenta. Exponerse a ellos, los reduce).

– La última palabra no la tiene tu espasticidad, sino tus pensamientos. Cambia tus pensamientos, y lograrás un importante autocontrol (por ejemplo, cruzar calles)

– Descríbelo por escrito. (Desmenuza con todo detalle la situación estresante, y planifica con igual minuciosidad unas estrategias de cambio).

– Comienza por lo más fácil y ves ascendiendo en dificultad conforme vayas encontrándote preparado.

– Valora los avances por mínimos que sean, y anótalos.

– Créate un banco de autorefuerzos. En él irás ingresando :

1. Los pensamientos que mejor vayas logrando cambiar.

2. Las situaciones que mejor vayas dominando (como el cruzar calles).

3. Las estrategias que más te estén ayudando a cambiar el «chip«

– Acude a este Banco de Recursos, y aplícalos cuando te marques un nuevo reto, un nuevo cambio que te sea difícil afrontar.

– Desiste si en vez de reducir el problema, lo aumentas.

Banco de recursos

Cada vez que flaquees en recursos, acudirás a este banco y sacarás prestamos.

(Para este fin, iré recopilando los avances más notables, y las técnicas que más me han ayudado)

Visualizar hormigueo.

Una visualización que te ayudará en cualquier situación es la de sentir hormigueo en brazos y piernas, palmas de las manos y plantas de los pies. Es una visualización que la consigues fácilmente cada vez que imaginas: superficies toscas, rasposas; cuadritos pequeños en rejillas o telas; burbujas en copa de champan; suelos de arenas, de césped, de hojas; sonido del tubo fluorescente, del frigorífico.

Cruzar calles

Logro

Antes veía un coche, querías darte prisa, brazos y piernas se te descontrolaban, te paralizabas, los músculos te dolían mucho por agarrotamiento y tu coco se recreaba en todas estas escenas.

Ahora ves que un coche viene o te está esperando, te ordenas parar, paras, coordinas el paso, tienes tensión pero ésta es controlada sin que llegue a sentir dolor ni descoordinación -y tu coco se centra en las técnicas a aplicar.

Técnicas más útiles.

– Detención. (Por muy cerca que esté el coche -aunque pite incluso- te ordenas parar, y consigues recuperar el control)

– Tensar. (Tensa pierna-brazo izquierda y pronta logras coordinar el pie derecho)

– Venas puño. (Te recreas observando el puño izquierdo tenso, sus nudillos salientes, las venas muy pronunciadas, por las que fluye sangre como hormigas cosquilleantes)

– Paso cebra. (Te sumerges en el blancor del paso de cebra, intensificas tal blancor al contrastarlo con el gris del asfalto, juegas con ese intercalado de gris y blanco, un blanco que te absorbe, te relaja, te produce hormigueo en la planta del pie.

Pautas para afrontar cualquier situación

Para cualquier conducta o pensamiento negativo he de aplicar las siguientes técnicas.

Los pensamientos negativos

– Racionalizarlos y cambiarlos

(Ver tabla)

¿Qué es lo peor que me puede pasar?

–  ¿Me voy a morir por eso?
–  ¿Va a suponerme un trauma insuperable para toda mi vida?
– ¿Van a condenarme a pena de muerte?

¿Qué razones tengo para aprobar un pensamiento negativo?

– Siempre me pongo nervioso en estas situaciones, por lo tanto esta vez seguro que también repito la «escenita»

– Nunca actúo como yo quisiera… Los nervios siempre vencen.

– Me juzgo y me juzgan según actúo, y los nervios o mis meras limitaciones siempre me van a impedir actuar correctamente.

¿Qué razones tengo para desaprobar tal pensamiento negativo y sustituirlo por uno positivo?

– Nunca he dominado esta situación. Pero es que nunca me he detenido a elaborar un plan para cambiarla.

– Es importante el descontrol que experimento al querer. . . Pero tampoco daba pie con bola al cruzar las calles y, ahora, en cambio, tengo la capacidad incluso de pararme a media carretera, pararme, y recuperar la coordinación.

– Ahora sé que mis pensamientos pueden vencer mis conductas físicas o mentales no deseadas. Es cuestión de entrenamiento.

– Mi autocontrol será mayor cuanto más practique estas técnicas, y las aplique a las más diversas situaciones -pero, ojo, sin obsesionarme.

– Si esta vez no he logrado nada de autocontrol, mañana será otro día. Seguro que observando las situaciones que mejor controlo, seguro que también mejoro en esta otra situación que me está costando más dominar

Las situaciones estresantes

Afrontarlas mejor

Parte Teórica

Primero tienes que dejar las cosas bien claras sobre el papel.

Describiendo la situación estresante.

– ¿Cuándo te pones nervioso? ¿Podrías establecer una gradación ascendente?

– ¿Qué manifestaciones físicas te produce?

– ¿Qué pensamientos te abordan?

Describiendo cómo afrontarlo mejor.

– Ponte un objetivo (breve y claro)

– Desarrrolla una lista de pensamientos positivos para antes, durante y después de la situación.

– (Ver tabla 3. 9)

– Describe la situación y las técnicas para afrontarla.

Parte práctica

Tras tener bien definido todo esto sobre el papel, pasarás a la práctica aplicando las siguientes técnicas:

– Imponte parar. (Cuando los nervios te dejen fuera de todo control, ordénate… ¡PARA!)

– Aplica la relajación. (Según cada momento, te concentrarás bien en relajar o bien en tensar).

– Busca distracciones. (Sumérgete en algo blanco, o en algo que te produzca hormigueo, o cuenta)

– Date autorrefuerzos.

Pautas para afrontar situaciones concretas

Saludar

Al ir andando y querer saludar me pongo nervioso y pierdo la coordinación. a continuación describiré el problema, para después aplicar unas técnicas.

Descripción del problema

¿Al saludar a quién?

La tensión al saludar crece a medida que más interés me despierte la persona (porque me caiga bien, porque me haya ayudado a solucionar cualquier problema de la silla eléctrica o del ordenador, o porque sea una chica mona o que la encuentre provocativa -entonces se disparan todos los dispositivos «made in Francis«-)

¿Qué reacciones físicas se producen?

Tuerzo el cuerpo hacía la izquierda, alzando cadera derecha, lo que me hace suspender la pierna derecha y llegar peor con ese pie al suelo. Pierdo la coordinación del paso. Los brazos se ponen tensos, al tiempo que el derecho se flexiona. Encorvo la espalda. Frunzo la frente, abro más los ojos y, la sonrisa, a veces no es inmediata sino que aparece después de unos momentos de apretar los labios contra sí y tensarlos en forma de morritos.

¿Qué pensamientos me abordan?

Con el pensamiento me anticipo y pienso:

– «Voy a ponerme nervioso y la expresión de mi cara no va a ser la que yo deseo».

– «Al ponerme nervioso voy a castigar mucho los brazos de mi padre».

– «Por ahí viene tal chica, quiero saludarla pero me voy a poner nervioso y no voy a controlar ni el paso, ni la sonrisa, ni la mirada adecuada».

Técnica a seguir

Pasar o permanecer cerca de alguien

Descripción del problema

¿Cuándo?

– Cuando estoy en un ascensor

– Cuando viajo en autobús

– Cuando la acera es estrecha

– Cuando la playa está concurrida y he de ir sorteando la gente

¿Qué reacciones físicas se producen?

Tuerzo el cuerpo hacía la izquierda. Suspendo brazo y pierna derecho y se disparan hacía el objeto o la persona que tenga cerca. Y la mirada no es relajada sino que abro mucho los ojos y, de vez en cuando, bajo la cabeza.

¿Qué pensamientos me abordan?

– «Voy a pasar muy cerca de esa farola o de esa persona, no quiero que se me dispare el brazo», o «Voy a pasar muy cerca de esterilla y no quiero que el pie derecho se me abra hacía fuer y le eche arena».

– «Esa chica está como un Ferrero Roché, me va a poner nervioso y al pasar por su lado no voy a dar pie con bola»

Cruzar las calles

Descripción del problema

Técnica a seguir

Objetivo

Cruzar las calles sin perder la coordinación del paso.

Autorrefuerzos

– «Tengo fuerza de voluntad y constancia. Puedo conseguirlo».

– «Acabo de comenzar a intentar autocontrolarme, y lo estoy consiguiendo. Con la practica, puedo mejorar este autocontrol»

– «Tengo gran capacidad de observación. Esta cualidad va a darme claves para dominar mi coco y mi cuerpo».

– «Si hay veces que no lo consigo, no pasa nada. Antes no lo conseguía nunca».

Visualización

Cuando falte unos metros para llegar a la carretera.

Pensaré: «Voy a aplicar las técnicas de relajación. Y voy a sentir ese hormigueo que me recorre brazos y piernas, manos y pies».

Cuando esté cruzando la carretera.

– Si me encuentro relajado, pensaré: «Voy a bucear en esta concentración, en el hormigueo recorriendo las plantas de los pies, sintiéndolos aplomados y pesados en cada paso». «Voy a sumergirme en el relajante blancor del paso de cebra».

– Si me encuentro nervioso, pensaré: «Voy a concentrarme en tensar pierna y brazo izquierdo». «Voy a observar cómo, a medida que los tenso, recupero el paso y se hace lento, coordinado, plomizo».

– Si veo un coche cerca y pretendo darme prisa, me ordenaré : «Stop!!. Párate, Francisco». «Párate. Tensa pierna y brazo izquierdo. Recupera ahora el paso».

Cuando haya cruzado ya la carretera.

– Tanto si he coseguido el autocontol en todo momento como si lo he logrado recuperar mientras estaba cruzaba, me autorreforaré diciéndome: «Ole tus huevecillos, Francisco». «Toma nota. Date cuenta cómo tu coco puede vencer tu espasticidad». «Practicando esta conquista mental, también podré modificar otros hábitos y conductas».

– Si no he conseguido autocontrolarme me diré: «Antes, no lo conseguí nunca, así es que he dado un gran paso aunque esta vez no lo haya logrado». «Soy tenaz y esta virtud me ha hecho conseguir todo lo que de verdad me ha interesado. Así es que aplicare una vez más esta constancia, y terminaré cruzando la carretera mucho mejor».

Citar:

Pérez, J. M. (2004, 09 de abril). Manejo de la ansiedad en situaciones específicas en un caso de parálisis cerebral. Revista PsicologiaCientifica.com, 6(5). Disponible en: https://psicologiacientifica.com/paralisis-cerebral-ansiedad

5 comentarios en «Tratamiento Cognitivo-Conductual de la ansiedad en parálisis cerebral»

  1. Este trabajo es demasiado interesante, ya que sirve de referencia no solo en el manejo de pacientes con PC, sino también para otro tipo de paciente, mi experiencia es con pacientes renales, y esta investigación me aporta grandes beneficios y herramientas en mi trabajo del manejo de ansiedad.

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  2. Excelente artículo! El trabajo con pacientes afectados de PC, es una labor apasionante, ver cómo cada día ellos se superan, aunque sea de manera lenta, es muy gratificante. Este estudio es muy bueno, puesto que aborda un tema muy importante, la ansiedad, que muchas veces obstruye las evaluaciones a los pacientes, arrojando datos falseados que conllevan decisiones terapéuticas erradas. Por ello es necesario considerar que la ansiedad es un factor que se debe eliminar en los pacientes para lograr evaluaciones correctas y así tratamientos óptimos!! Gracias por el estudio!!!

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  3. Excelente estudio, es primera vez que encuentro tan claramente los efectos adversos que puede tener una ansiedad mal controlada y que muchas veces puedes disfrazarse de enfermedad neurológica (epilepsia). Lo mejor del estudio es los ejemplos prácticos para lograr un mejor manejo de una crisis. Gracias por la contribución y por ayudarnos a responder tantas preguntas.

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  4. Felicito al autor por haber realizado un artículo, tan interesante y provechoso, del cual se aprende muchísimo, así la gente se puede dar cuenta que tiene herramientas para ayudar a personas que en muchísimos casos no se sabe cómo tratar a nivel psicológico… estas necesitan ayuda, por lo tanto, es importante informarnos con artículos como este para estar preparados en cualquier situación y mejorar la calidad de vida de otros.

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