Estudio del Funcionamiento Familiar post-adopción: Análisis de padres adoptivos en México

Beatriz Jaimes Velázquez
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, México

Marí­a Del Consuelo Martí­nez Wbaldo
Instituto Nacional de Rehabilitación, México

Resumen

El objetivo de esta trabajo fue evaluar el Funcionamiento Familiar en una muestra de padres adoptivos en las primeras semanas de haber integrado a un menor a la familia. La muestra poblacional del estudio estuvo integrada por 11 parejas residentes del Distrito Federal y área metropolitana que adoptaron en una Casa Cuna perteneciente a DIF Nacional. Se empleo la Escala de Funcionamiento Familiar, creada por Palomar en 1998 y el Instrumento de Medición de la Dinámica de la Familia Nuclear Mexicana (IMDFNM), así­ como un Cuestionario Sociodemográfico y de Eventos de Crisis Sociofamiliares. Se trato de un estudio transversal, observacional y exploratorio, las edades fueron en promedio de 41 para padres y 39 para madres; el nivel académico predominante fue licenciatura 11 (50%); y la ocupación de mayor ocurrencia fue profesionista 8 (35%). El evento de crisis sociofamiliar de mayor frecuencia y grado de afectación reportado fue la adquisición de un préstamo y problemas relacionados con parientes. De los resultados obtenidos del IMDFNM no existó disfunción en la dinámica familiar, por lo que en este caso no mostró sensibilidad ante el funcionamiento de las familias adoptivas. Mientras que la Escala de Funcionamiento Familiar de manera global no mostró alteraciones familiares pero se encontraron indicadores aislados de disfuncionalidad en la subescala de autonomí­a en los padres y para las madres en la comunicación, falta de reglas y apoyo y autoridad, lo anterior es atribuible al proceso de adaptación, integración y acomodamiento de estas familias ante el proceso de adopción.

Palabras clave: funcionamiento familiar, familias adoptivas, seguimientos postadopción.


La construcción y conformación de las familias en México ha venido transformándose con el paso del tiempo, tales cambios se ven reflejados en el número de hijos, el cual es cada vez menor, al interior de las parejas que conforman la vida en pareja, así como en el establecimiento de hogares reestructurados donde alguno, o en ocasiones los 2 miembros de la pareja, tuvieron vida conyugal previa, hogares monoparentales, no pretenden ser padres, ya sea por decisión propia o alguna causa biológica. En México se estima que entre el 10 y 15% de las parejas en edad reproductiva tienen problemas de esterilidad (Instituto Nacional de Perinatología. 1999), motivo por el cual algunos de ellos buscan la adopción.

El tema de la adopción se ha visto envuelto en múltiples ideas preconcebidas desde su origen etimológico, el cual presenta dos raíces:

De latín adoptatio: significa elegir a un defensor, prohijamiento.

Siguiendo la etimología se identifica que se trata de favorecer al niño abandonado, donde los padres adquieren el sentido pro: es decir, tomar lo que los otros dejan.

Del griego adozos: despreciado y adoptaré: aceptado.

Desde la etimología griega, la adopción se relaciona con lo deseable, la posibilidad de elección y opción (Giberti, E. 1981).

De acuerdo con el último informe anual del año 2007 emitido por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, el proceso de adopción en México tiene 3 dimensiones: una dimensión jurídica; una dimensión administrativa, que involucra la integración del expediente de los solicitantes de adopción y la valoración psicosocial; y finalmente, la dimensión técnico-conceptual, donde intervienen las áreas de Trabajo Social, Psicología y Medicina que bajo un enfoque preventivo se trata de entender y atender el proceso de evaluación, elegibilidad, adaptabilidad, acompañamiento de integración niño-familia y seguimiento del proceso de adopción.

padres adoptivos

Figura 1. Componentes del proceso de adopción
Fuente: Diagnóstico de la adopción en México, 2007. DIF NACIONAL

De 1922 adopciones realizadas y concluidas en el país durante el año 2006, el 94% correspondió a adopciones nacionales, mientras que el 6% restante fueron adopciones internacionales. En cuanto al seguimiento postadoptivo el 62% de las 29 entidades federativas realiza seguimiento a todas las adopciones efectuadas en cada estado, mientras que el 38% de las entidades no lo realiza (Sistema Nacional para el desarrollo integral de la familia. 2007).

Figura 2. Entidades en las que se realiza el seguimiento de todas las adopciones
Fuente: Diagnóstico de la adopción en México, 2007. DIF NACIONAL.

Galligó (2004) plantea la trascendencia de un seguimiento postadopción cuidadoso de cada caso para evaluar el proceso de integración del menor y, a la vez, valorar y ayudar a los padres en su adaptación a la nueva situación. Por esto, el objetivo general del seguimiento se concentra en ayudar a los padres a ser más conscientes de su disposición interna respecto al niño y movilizar en ellos actitudes de contención emocional. Señala que los objetivos parciales de los seguimientos postadoptivos son:

– Ayudar a tolerar y contener las experiencias que puedan aparecer en la convivencia diaria.

– Ayudar a diferenciar conductas propias de la adaptación del menor a la nueva situación de conductas psicopatológicas.

– Favorecer la identidad psicológica del menor.

– Promover una adecuada evolución y crecimiento de los menores (Galligó, T. 2004).

Almeida y Martin (2004) consideran que el seguimiento postadoptivo es muchas veces una labor de acompañamiento y de detección de las posibles dificultades que vayan surgiendo a lo largo de la convivencia (Almeida, O., Martín, E. 2004).

Espinoza, Yuraszeck y Salas (2004) identifican que, para los menores, el encuentro con su nueva familia adoptiva significa adaptarse a nuevos temperamentos y formas de vida, y los padres deberán estar preparados a la situación de adopción que enfrentarán; quienes tienen resueltos sus problemas de fertilidad y/o de pareja podrán ayudar mejor a sus hijos adoptivos y afrontar el desafió conlleva que el proceso (Espinoza, M. J., Yuraszeck T. J,, y Salas U.C. 2004).

En cuanto a la llegada a casa del menor adoptado y en su crianza, Dolto (1987) y Mirabent (2004) señalan que aparecen toda una serie de cambios y situaciones nuevas para el niño, una vez se integra a la familia vive nuevas experiencias sociales, afectivas y de salud, no sólo físicas sino también psicológicas, e inclusive se inicia un proceso de crecimiento físico significativo, empieza a ser cuidadoso con frecuencia y a tener una relación exclusiva de hijo, pero también ha de hacer esfuerzos para entender y orientarse en un nuevo mundo; está acostumbrado a que las cosas y las personas sean inestables, a que desaparezcan, y necesita tiempo para descubrir e interiorizar que tiene una familia real (Dolto, F. 1987; Mirabent, V. 2004).

En una muestra de 29 familias de un grupo de niños de adopciones especiales (donde los menores son mayores de 6 años, pertenecen a grupo étnico distinto del mayoritario, padecen una enfermedad, presentan necesidades educativas especiales o son recibidos junto a otros hermanos). Fernández, y Fuentes (2001) encontraron un descenso significativo de los problemas que presentaban los niños en todas las áreas del desarrollo infantil antes de su adopción. Las variables asociadas a esos cambios fueron: el sexo del menor, la presencia de problemas de conducta anteriores, la presencia de una psicopatología en la madre biológica y la satisfacción actual de los padres, que se relacionó con el número de problemas sociales que los niños seguían manifestando (Fernández, M., Fuentes, J., 2001).

Fernández (2002) llevó a cabo una investigación donde analizó el proceso de adopción de 39 niños ubicados en 29 familias, en sus hallazgos se logró identificar que no existe un proceso de adaptación uniforme en todas las familias; concluye que las dificultades presentadas por los niños durante el periodo de adaptación suelen manifestarse desde el inicio del proceso hasta, aproximadamente, los seis meses siguientes, y apenas aparecen nuevos problemas pasado el primer año de convivencia. Las familias declararon que habían utilizado una combinación de disciplina, comunicación y afecto para superar sus problemas (Fernández, M. 2002).

Zicari, y Formaggini (1987), desde una perspectiva dinámica, consideran que los procesos de adaptación en las familias adoptivas se desarrollan en tres etapas:

1. Luna de miel o pseudoadaptación.

2. Periodo de prueba o rebelión.

3. Integración o incorporación.

También señalan que el proceso de integración del niño en una familia adoptiva a veces se convierte en una sucesión de varios periodos en el que se alternan las etapas de luna de miel y crisis (Zicari, G., & Formaggini. 1987).

Triana y Simón (2004) evaluaron el apoyo a solicitantes de adopción a través de un programa bajo un enfoque sistémico, donde se identificó que este enfoque generó un incremento de la consciencia educativa en los padres (Triana, B., & Simón, I. 2004).

Rosser y Bueno (2001), señalan la necesidad de formar y preparar a familias que adoptarán a un niño. Esta idea surgió en la década de los 60s, desarrollándose con fuerza en Inglaterra y Estados Unidos en los 70, donde paulatinamente los métodos educativos aplicados a través de técnicas grupales fueron tomando fuerza en la preparación de los futuros padres adoptivos. Tales autores consideran que el éxito de las adopciones depende, en gran medida, de la formación y preparación de los padres adoptantes, particularmente en los casos de adopciones especiales (Rosser, L. A., & Bueno, B.A., 2001).

Ante la importancia de conocer lo que sucede con las familias de conformación adoptiva, se consideró pertinente identificar lo que acontecía en el Funcionamiento Familiar de estas.

Para Palomar (1998), el Funcionamiento Familiar se refiere a los patrones de comportamiento de la familia, de acuerdo con una serie de dimensiones como la cohesión, la comunicación, los roles, la estructura de poder, la resolución de conflictos, el involucramiento y expresión de los afectos y el control de conducta.

Como herramienta para conocer la dinámica de la familia se encuentra la Escala de Funcionamiento Familiar; un instrumento creado en México por Joaquina Palomar, en su tesis doctoral de Psicología Clínica (1998). Se trata de una escala tipo Likert de 56 reactivos, el instrumento quedó constituido por 10 dimensiones válidas y confiables para la población mexicana: 1. Relación de pareja. 2. Comunicación. 3. Cohesión familiar. 4. Falta de reglas y apoyo. 5. Tiempo que comparte la familia. 6. Trabajo doméstico. 7. Autonomía-Dependencia. 8. Organización. 9. Autoridad y poder. 10. Violencia (Palomar, L. J. 1998), (Palomar, L. J, & Márquez, J. A. 1999).

Otra de las herramientas para conocer el Funcionamiento de la Familia es el Instrumento de Medición de la Dinámica de la Familia Nuclear Mexicana. Se trata un instrumento de medición cuantitativo que, a través del análisis de 8 esferas del comportamiento humano, «mide» el grado de funcionalidad de una familia; está diseñado para ser aplicado en diferentes estratos sociales, educacionales y económicos. Se consideró que, con esta herramienta de escrutinio, se podría identificar aquellas familias potencialmente disfuncionales y que podrían derivarse a un especialista en dinámica familiar. Uno de los aspectos sobresalientes del instrumento en cuestión es el hecho de que existen tres formas paralelas que se aplican de acuerdo a la edad del paciente en estudio, ya sea un lactante, un preescolar o la matriz de escolares que puede extenderse ante la presencia de hijos adolescentes o mayores de edad.

El instrumento de medición contempla ocho áreas de comportamiento:

1. Los padres. Su dinámica como pareja.

2. Formación de identidad.

3. Comunicación, expresión y solidaridad en la familia.

4. Estructura de la autoridad en la familia.

5. Manejo del conflicto y la agresividad.

6. Disciplina y método.

7. Sistema de valores.

8. Aislamiento o integración sociocultural.

El instrumento ha mostrado una consistencia aceptable en el promedio de puntuación cuando ha sido aplicado en distintas guarderías del DIF en Guadalajara y en el ámbito hospitalario (Vásquez-Garibay, E., Avila, A. E, Contreras, R.T., Cuellar E. L., & Romero, V. E. 2007; Vásquez-Garibay E., Sánchez, T. E., Navarro L. M., Pérez C. L., Kumasawa, I. M. 2003).

Preguntas de la investigación

– ¿Cómo es el Funcionamiento Familiar en una muestra de padres adoptivos durante las primeras semanas, después de haber integrado a un menor a la familia?

– ¿Existen diferencias en la percepción del Funcionamiento Familiar de los padres y madres adoptivos durante las primeras semanas, después de haber integrado un menor a la familia?

Objetivos

General

– Medir el Funcionamiento Familiar en una muestra voluntaria de padres adoptivos durante las primeras semanas de haber integrado a un menor a la familia.

Específicos

– Identificar los eventos de crisis en las familias adoptivas y el grado de afectación que estos generan.

– Conocer las diferencias en la percepción de los padres y madres adoptivoas sobre el funcionamiento familiar.

Método

La muestra estuvo integrada por 11 parejas de condición adoptiva que asistieron a seguimiento a una Casa Cuna del Distrito Federal, perteneciente a DIF Nacional. Se trato de un estudio transversal, observacional y exploratorio.

Entre las dos y tres semanas después de que el menor adoptivo se integró con la familia, se aplicaron los siguientes instrumentos:

1. Cuestionario sociodemográfico y de eventos sociofamiliares.

2. Escala de Funcionamiento Familiar (Palomar, 1998).

3. Instrumento de medición de la dinámica de la familia nuclear mexicana, dicho instrumento cuenta con tres versiones, éstas se emplean de acuerdo a la edad del menor:

– Versión matriz general (aplica a familias que incluyen hijos mayores de 72 meses).

– Versión lactantes (aplica sólo a familias con hijos menores de 18 meses).

– Versión preescolares (aplica a familias con hijos menores de 72 meses).

Resultados

La edad de las parejas estudiadas oscilaba entre los 30 y 48 años de edad, con una media de 40.9 + 5.61 para los padres y una media para las madres de 38.7 + 4.43. En ambos grupos la escolaridad predominante fue la equivalente a educación superior o licenciatura, ser empleado fue la actividad laboral de mayor ocurrencia en los varones y ama de casa para las mujeres.

Entre seis y diez años de vida en común fue el rango de mayor frecuencia que 4 parejas presentaron.

De las 11 parejas, sólo tres de ellas ya contaban previamente con un hijo, mientras que para las ocho restantes sería su primera experiencia de paternaje.

Tabla 1
Situación de pareja

Entre 1 y 5 años fue el rango de edad de los niños adoptados, 55% de sexo femenino y 45% de sexo masculino. El 81% fueron menores de 3 años y el 36% asistía a educación preescolar.

Tabla  2
Características de los menores adoptivos

A continuación se presentan por áreas las crisis sociofamiliares investigadas, de las cuales las de mayor frecuencia referidas fueron:

– Adquisición de un préstamo (casa, auto, etc).
– Problemas relacionados con parientes.

Tabla  3
 Eventos de crisis sociofamiliares por áreas

Del total de respuestas referidas, los padres fueron quienes identificaron más eventos de crisis sociofamiliares, mientras que el grado de afectación por parte de ambos géneros fue semejante.

Tabla 4
Frecuencia de respuestas reportadas y grado de afectación por género

Los resultados de la Escala de Funcionamiento Familiar no muestran, en términos generales, Disfuncionalidad Familiar propiamente dicha, de acuerdo a los parámetros de referencia sólo casos aislados en determinadas subescalas: en los padres se presentaron 11 casos en determinadas escalas, mientras que en las madres aparecieron ocho casos de disfuncionalidad.

Tabla 5
Comparación por cónyuge de casos indicativos de disfuncionalidad por subescala

De los diez roles que evaluó la prueba de Funcionamiento Familiar, 6 fueron considerados como ejecutados en mayor medida por las madres, 3 por los padres y 1 fue reportado por igual. De los diez roles evaluados, la elaboración de tareas y la enseñanza de hábitos recayeron 100% en las madres, mientras que arreglar los desperfectos de la casa y sostener económicamente a la familia fueron los roles asignados a la labor del padre con mayor frecuencia.

Tabla  6
Porcentaje de roles ejecutados por cada uno de los miembro de la pareja

En todos los casos, los resultados obtenidos del Instrumento de Medición de la Dinámica de la Familia Nuclear Mexicana muestran una aceptable Funcionalidad Familiar global de acuerdo a los parámetros del instrumento (entre 72 y 100 puntos).

Tabla 7
Puntaje global de la muestra

Discusión

La edad de las parejas que recurren a la adopción es mayor a la de los padres de condición biológica, debido al tiempo que trascurre durante los tratamientos para la esterilidad. En México, según la CONAPO, la edad reproductiva de la mujer está considerada entre 15 y 49 años (CONAPO, Consejo Nacional de Población, 2008), mientras que, la tasa de esterilidad en las parejas es de entre 10 y 15%. Ante esto muchas de las parejas que presentan problemas en la concepción de un hijo biológico recurren a la adopción. En el presente estudio la edad promedio es de: 41 para padres y 39 para madres.

La escolaridad y ocupación de la pareja no es criterio limitante para acceder a la adopción. El promedio de vida en pareja de los sujetos de este estudio estuvo entre 6 y 20 años de vida en común; una tercera parte de las parejas ya tenía hijos, situación que no los exime de acceder a la adopción siempre y cuando exista una condicionante que limite la procreación y cuenten con un deseo sano que los motive a la adopción.

No existe una notoria diferencia en cuanto al género de los niños que son adoptados, sin embargo, en la práctica clínica se aprecia una tendencia de la pareja por acceder a la adopción de una niña, más que de un varón pero, en cualquiera de los casos, se busca que el adoptado sea lo más pequeño posible, como ocurrió en el presente estudio.

En el presente estudio se identifico que las dos crisis de mayor ocurrencia en la familia no están relacionadas con el proceso de adopción, pero si con el ciclo de vida que la familia atraviesa.

Los padres fueron identificaron un número mayor de crisis sociofamiliares que las madres; sin embargo, con respecto al grado de afectación que tales eventos tuvieron en el Funcionamiento Familiar, las respuestas fueron semejantes para ambos cónyuges.

Existen diversas escalas que permiten evaluar la dinámica y el Funcionamiento Familiar, entre ellas fue elegido el Instrumento de Medición de la Dinámica de la Familia Nuclear Mexicana y la Escala de Funcionamiento Familiar de Palomar (1998), debido a que cuentan con parámetros en familias mexicanas, instrumentos que han sido utilizados en otras investigaciones con familias en ámbitos clínicos y no clínicos.

De los datos indicativos de alteración del Funcionamiento Familiar se puede afirmar que, de acuerdo a los parámetros de referencia en determinadas áreas, que plantean la no patologización a la adopción como causante de disfuncionalidad, sino considerar que son justamente las familias de reciente creación las que requieren de un proceso de adaptación y de ajustes, situación que, con el paso del tiempo, va diluyéndose si la relación de pareja se encuentra saludable y al igual que los patrones de crianza y límites, tal como se demostró en investigaciones anteriores.

En cuanto a las subescalas de mayor puntaje y funcionalidad es preciso decir que son criterios clave en la evaluación psicosocial que se realiza a través de DIF Nacional a los futuros padres y familias adoptivas. En esta sub escala se encuentran: la relación de pareja, el tiempo que comparte la familia y la Cohesión, ámbitos relacionados con el grado en el cual los miembros de la familia presentan sentimientos de unión, pertenencia y afecto.

Los padres presentaron una tendencia a percibir mayores posibilidades de disfuncionalidad familiar que sus esposas, situación que puede obedecer a que los varones tienden a ser más asertivos, aunque, por otro lado, la literatura señale que las mujeres son quienes identifican en primer lugar la disfuncionalidad familiar cuando ésta se presenta. Situación que a futuro puede ser fuente de investigación.

En cuanto a la asignación de roles, estos siguen ejecutándose de acuerdo a lo socialmente esperado.

De los resultados obtenidos de Instrumento de Medición de la Dinámica de la Familia Nuclear Mexicana no resultó sensible para conocer el proceso de adaptación e integración de las familias de condición adoptiva en la muestra estudiada.

Conclusiones

El presente trabajo de investigación contribuye en materia de seguimientos postadoptivos en México, pero no es concluyente debido a que el tamaño de la muestra poblacional no es significativo.

La muestra de parejas estudiadas presenta características sociodemográficas comunes a las de la población en general, excepto en su nivel socioeconómico y educativo debido a que fue más alto.

Las características de la población a adoptar son semejantes a la de población infantil en general.

La frecuencia de eventos de crisis sociofamiliares y el grado de afectación resultó semejante al de familias que se encuentran en la fase de crianza de hijos pequeños y en edad escolar.

Los padres identifican mayores eventos de crisis sociofamiliares y mayores indicadores de disfuncionalidad familiar, en comparación con las madres.

Los roles identificados corresponden a lo que socialmente se espera de cada género.

La presencia de disfuncionalidad en ciertas subescalas puede deberse al proceso de acomodación y ajuste que presentan estas familias.

De los instrumentos que se emplearon en el desarrollo del estudio se apreció mayor sensibilidad cuando se evaluó a la familia a través de la Escala de Funcionamiento Familiar que con el Instrumento de Medición de la Dinámica de la Familia Nuclear Mexicana.

Sería conveniente incluir en los seguimientos postadoptivos otros instrumentos de investigación estandarizados, con una muestra mayor, ello permitirá dar cuenta de los cambios y del proceso de adaptación e integración de las familias adoptivas, y continuar con el uso de la entrevista bajo un enfoque sistémico.

Referencias

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Citar:

Jaimes, B. & Martí­nez, M. (2011, 09 de mayo). Funcionamiento familiar en una muestra de padres adoptivos: Seguimiento post-adopción. Revista PsicologiaCientifica.com, 13(5). Disponible en: https://psicologiacientifica.com/padres-adoptivos-seguimiento

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