Migración interna a la ZMCM: Implicaciones en salud mental y servicios de salud

José Arturo Rodolfo Ortiz Castro, Rosario Martí­nez Martí­nez, Jorge Luis López Jiménez, Denize Maday Meza Mercado
Instituto Nacional de Psiquiatrí­a Ramón de la Fuente Muñiz, México

Resumen

El objetivo del presente artí­culo es mostrar un panorama del fenómeno migratorio de áreas rurales hacia la Zona Metropolitana de la Ciudad de México – ZMCM – desde un punto de vista de salud. Se incluye la revisión de las definiciones de términos, la situación demográfica actual, implicaciones en la salud mental y, finalmente, se discuten las necesidades de atención a la salud de esta población.

Palabras clave: migración, migración interna, salud mental, consumo de sustancias, ZMCM, servicios de salud

La migración es un fenómeno social global causado por la búsqueda de mejores oportunidades económicas y laborales. La movilidad geográfica de lugares rurales a urbanos representa cambios a nivel individual, familiar y comunitario, los cuales impactan en la conducta, hábitos, valores, actitudes, estilos y perspectivas de vida. Estas circunstancias son factores de riesgo que promueven problemas de salud pública, entre ellos el uso de drogas y los trastornos mentales, los cuales requieren de servicios de salud.

La migración de las personas desde las áreas rurales de México a las áreas urbanas, en busca de mejores oportunidades y de mejor calidad de vida, ha sido una tendencia persistente a lo largo del último medio siglo.

En la medida que aumenta el número de migrantes provenientes de las áreas rurales y que buscan vivir en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), la satisfacción de las necesidades de salud y el acceso al uso de tales servicios se vuelve un tema prioritario de salud y política pública. Esto es válido tanto en el nivel local, estatal y nacional.

Una de las ventajas que les ofrece las grandes ciudades a esta población migrante es la educación gratuita, ya que, en ocasiones, no cuentan con centros educativos en su municipio o lugar de origen, así como tampoco con servicios médicos adecuados. Por otra parte, también existe la población que emigra proveniente de ciudades medianas donde ejercían algún oficio o alcanzaron cierto nivel educativo, incluso algunos son profesionales, aunque estos grupos son minoritarios (González A, 2005:34).

Los efectos adversos en el nivel individual, en la vida familiar, en los servicios de salud, en la seguridad pública, al igual que en la economía, significan importantes incrementos de costos que los gobiernos deben de cubrir en cuanto al uso de salas de urgencias, hospitalizaciones, etc.

El objetivo del presente artículo es abordar el fenómeno migratorio de áreas rurales hacia la zona metropolitana de la ciudad de México desde un punto de vista de salud. Se incluye la revisión de las definiciones de términos, la situación demográfica actual, implicaciones en la salud mental y, finalmente, se discuten las necesidades de atención a la salud de esta población. De esta manera se pretende ofrecer una panorámica del tema.

A manera de hipótesis, una consecuencia directa de la falta de oportunidades de empleo, pobreza y marginación ha traído como consecuencia la migración a las grandes ciudades como es el caso de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Existen diferentes tipos de migraciones, lo cual depende de la zona de origen y destino de la población que migra. Se presentan, asimismo, efectos en la salud mental de los migrantes, consecuencia de la separación de los vínculos familiares, estrés, falta de oportunidades de empleo, redes de apoyo y atención en salud. Existe una desinformación acerca de los efectos en la salud mental que trae consigo la migración, los centros que ofrecen tratamiento médico a esta población y los programas de apoyo disponibles.

Método

Para comprobar nuestra hipótesis se realizó una revisión bibliográfica en publicaciones científicas. El análisis de las publicaciones se delimitó en base a dos factores: el contenido y el año de publicación. Este primer acercamiento forma parte de un proyecto binacional  México-EUA que se desarrolla en colaboración con la UCLA, UC MEXUS y CONACYT, desarrollándose actualmente en la fase de trabajo de campo. Delimitamos los años de búsqueda de 2000 a 2009, dado el cambio constante del fenómeno migratorio y los nuevos enfoques para abordar dicho tema. Esto nos dio la posibilidad de acercarnos al abordaje reciente de la migración en la ciudad de México. Las búsquedas se realizaron en la bases de datos de EBSCO Research databases, así como en Pubmed. En la búsqueda se incluyeron los términos de: migration, internal migration, mental health, substance use, health services, migration and health, migration in México. Se analizaron los datos desde el punto de vista de salud, se omitieron los estudios y artículos relacionados con las cuestiones legales migratorias, así como aquellos relacionados con VIH-SIDA.

Migración a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México -ZMCM-

De acuerdo a diversos estudios en materia de migración a zonas urbanas, se observa un incremento en los desplazamientos que comienzan a verse de manera notoria a partir de 1930 y abarca hasta 1970 en forma notoria. Como consecuencia de la rápida industrialización, la zona metropolitana de la ciudad de México contaba con la infraestructura necesaria para sustentar las necesidades de los consumidores. Bajo éste período se registraron 901,243 personas como producto del flujo migratorio a la ZMCM (González, 2005: 33). Tan solo de acuerdo a datos oficiales en el periodo 2001-2004 se registraron 400 mil personas al año, de las cuales el 77% no tenían permiso legal para cruzar la frontera con Estados Unidos. Mientras que en el período de 1998-2001 el porcentaje de personas en esta misma situación fue de 63 y de 1993-1997 cercano al 48% (CONAPO 2006:1).

Acorde con los datos que se presentan en el Nuevo Atlas de Migración Interna en México, editado por el instituto Nacional de Geografía de la UNAM, el Distrito Federal (2 millones) y el Estado de México (3.9 millones) continúan concentrando la mayor cantidad de inmigrantes. La ZMCM tiene una población estimada en 16.1 millones de personas y representa el 18% de la población nacional.

La ZMCM es el Distrito Federal más 27 municipios a su alrededor: Acolman, Atenco, Atizapan de Zaragoza, Coacalco, Cuautitlan de Romero Rubio, Cuautitlan Izcalli, Chalco, Chiautla, Chicoloapan, Chiconcuac, Chimalhuacan, Ecatepec, Huixquilucan, Ixtapaluca, Melchor Ocampo, Naucalpan, Netzahualcoyotl, Nicolas Romero, La Paz, Tecamac, Teoloyucaan, Tepotzotlan, Texcoco, Tezoyuca, Tlalnepantla, Tultepec y Tultitlán.  Todos ellos pertenecientes al Estado de México, y, por su posición geográfica, circunscritos al Distrito Federal.

En cuanto a la densidad demográfica, es de 3, 617 habitantes por kilómetro cuadrado. El crecimiento poblacional es de 2% anual, la tasa de natalidad de 24 por mil habitantes, mientras que la tasa de mortalidad es 6 por mil habitantes.

El crecimiento tan importante de la ZMCM plantea diversos retos para la dotación de servicios en particular los servicios de salud específicamente para la población migrante, que proviene de diversos puntos del país.

Definiciones de migración

La migración un fenómeno que puede ser visto desde muchas perspectivas y que, básicamente, implica el desplazamiento de personas de un lugar geográfico a otro, ya sea como grupo, familia o de forma individual. Este fenómeno es multifactorial y tiene múltiples repercusiones en los ámbitos social, político, económico y de salud, principalmente (Canabal B 2008:287-298).

Entre las fuentes de información de la literatura nacional se cuentan el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y el Consejo Nacional de Población (CONAPO), instituciones dedicadas a la investigación de este tema.

El INEGI emplea los siguientes términos que enfatizan un criterio de movilidad geográfica (INEGI 1998:48):

– Movimiento migratorio: Desplazamiento de las personas para cambiar su lugar de residencia de un área geográfica o división político-administrativa a otra.

– Inmigración: Desplazamiento de las personas que implica llegar a residir a un área geográfica o división político-administrativa


Migración interna:
Cambio de lugar de residencia de las personas, en el cual el lugar de origen y el de destino se encuentran dentro del país.

– Migración internacional: Desplazamientos poblacionales con traslado de residencia desde un país de origen a otro de destino.


– Migrante de retorno: Conjunto de migrantes internacionales que en el momento de referencia residen en un país determinado.

El CONAPO emplea otros términos, enfatizando los movimientos de las personas por determinados períodos de tiempo (CONAPO 2009: 1,3):

– Emigrantes de la entidad: Número de personas que salieron de la entidad federativa para residir de forma habitual en otra, dentro de un periodo que considera los últimos cinco años.

– Inmigrantes a la entidad: Es el número de personas que llegaron a vivir de manera habitual a una entidad federativa en los últimos cinco años.


– Emigrantes Interestatales: Personas que cambian de lugar de residencia habitual, desde una entidad federativa, en un año dado, visto desde la óptica del lugar de salida.

Inmigrantes Interestatales: personas que cambian su residencia habitual desde una entidad federativa, en un año dado, observado desde la óptica del lugar de llegada.

Estas fuentes de información muestran, en su abordaje del tema, la diversidad de enfoques que pueden emplearse en el estudio de la dinámica del fenómeno migratorio.

Tendencias demográficas y migratorias actuales

A principios del siglo XXI se observa que en la Republica Mexicana hay 103 millones de personas o más. México ocupa el décimo primer lugar entre los países más poblados del mundo y el 80% de la población del país reside en zonas urbanas, mientras que al inicio del siglo XX más del 80% vivía en zonas rurales. La esperanza de vida es de 71.3 años para los hombres y 76.5 para las mujeres, en el año 2000 aumenta de 73.9 años a 76.5 en el 2008 (CONAPO,SEGOB 2008: 3). Los datos arrojan que los migrantes, en su mayoría, son jóvenes de sexo masculino, de los cuales 3 de 4 migrantes tienen menos de 35 años de edad. Por otra parte, los niños migran por preservar la unidad familiar. Los motivos más importantes para migrar son: familiares 36.9% y laborales 23.9%.

La ZMCM, por su parte, concentra más del 80% de la riqueza del país, y el 20 al 25% de la población nacional. Los principales problemas que enfrenta es la pobreza, falta de servicios y falta de educación (SEGOB 2008:5).

Como puede apreciarse, la ZMCM tiene grandes retos en términos de diseño de políticas de atención a los migrantes, que permitan aminorar el peso de la pobreza, falta de empleos, de oportunidades de educación y de disponibilidad de servicios, en particular los servicios de salud.

La marginación como factor asociado a la migración interna

Las zonas rurales se caracterizan por altas tasas de subempleo y desempleo, ingresos insuficientes, bajos niveles de escolaridad y una gran prevalencia de analfabetismo, altas tasas de fecundidad, ausencia de servicios de infraestructura básica como electricidad, agua entubada, drenaje y de servicios para la comunidad como escuelas, clínicas o centros de salud, canchas deportivas y lugares recreativos. Además, tienen la mayor prevalencia de enfermedades, sobre todo en adultos mayores, niños y mujeres en edad reproductiva (FUNSALUD 2006:45).

De acuerdo a estimaciones del CONAPO (CONAPO 2005: 27), los estados con mayores índices de marginación son: Guerrero (2.41213), Chiapas (2.326446) y Oaxaca (2.12936).

En cuanto a los servicios de infraestructura, podemos mencionar que los estados con mayores porcentajes de población analfabeta de 15 años o más son: Chiapas (21.35%), Guerrero (19.88%) y Oaxaca (19.35%).

En cuanto a los Estados con mayores porcentajes de ocupantes en viviendas sin drenaje ni servicio sanitario se encuentran: Guerrero (27.18%), Chiapas (8.07%) y Oaxaca (6.84%). Aquellos con mayores porcentajes de ocupantes en viviendas sin energía eléctrica son: Oaxaca (7.21%), Guerrero (6.33%) y Chiapas (5.88%). Guerrero, Oaxaca y Chiapas son los estados con mayores porcentajes de            ocupantes en viviendas sin agua entubada, con 31.34%, 26.29% y 25.90% respectivamente. En lo que respecta a población ocupada con ingreso de hasta dos salarios mínimos encontramos a Chiapas (78.14%), Oaxaca (69.65%), Guerrero (64.97%), Michoacán (63.00%), Tlaxcala (62.59%), Hidalgo (61.63%) y Puebla (61.34%). Estas zonas son a su vez expulsoras de migrantes hacia las ciudades, incluyendo la ZMCM (OMS 2007:8).

En el 2002 el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática desarrolló el módulo sobre migración en la Encuesta Nacional de Empleo (ENE).  Se buscó medir y dar referencia del movimiento migratorio en México como país de tránsito, así como de origen. El modulo presenta los indicadores básicos de estos flujos migratorios y los análisis de las características sociodemográficas de los migrantes. El informe esta desglosado en Migración Interna, Migración Laboral a los Estados Unidos de América, Migración Internacional a los Estados Unidos de América y los detalles metodológicos. Se estima que en el 2002 los inmigrantes internos fueron de 108 mujeres por cada 100 hombres. Para el Distrito Federal se identificaron 128 mujeres por cada 100 hombres. Para las poblaciones jóvenes el principal motivo de migrar fue la búsqueda de empleo y nuevas oportunidad de estudio. Quintana Roo, Baja California, México y Morelos presentan aumento en su población, en gran medida por el efecto de la migración interna acumulada (INEGI 2004: 15,17, 19, 23).

Cuando hablamos de la situación laboral de la población en las zonas rurales y en las zonas urbanas, podemos señalar que las crisis económicas han sido un factor primordial para los movimientos de población. Durante la crisis de 1994, la disminución de ingresos y el cierre de pequeñas y grandes empresas, debido también al retiro masivo de inversiones (Medina I 1996: 131). La tasa de desempleo aumentó de 3.2 en diciembre de 1994 a 6.6 de junio de 1995. Para noviembre de 2008 se registró 4.47%, mientras que, para el primer mes del año de 2009, se registró 5% de desempleo, según datos de INEGI. Los analistas sugieren que esto se debió a los recortes masivos en plantas industriales y empresas privadas, aunado a los paros técnicos necesarios por la desaceleración económica de Estados Unidos (IBT 2009, feb).

Por otra parte, la crisis económica que vive Estados Unidos trae consigo un débil mercado laboral que coloca al país en su nivel más alto de desempleo en 26 años. Esta situación arrastra una ola de despidos masivos en diversas áreas en las que se desempeñan los migrantes que se refugiaron en el sueño americano para salvar su economía y la de su familia. La tasa de desempleo se ubica arriba de los 10 puntos.

El director del Consejo económico del presidente Obama propone continuar con mayor fortalecimiento la enseñanza científica en las escuelas, la investigación y el desarrollo en el sector privado, como una fuente de crecimiento y estímulo en la productividad estadounidense. Pero una reforma migratoria integral al parecer está lejos de autorizarse, dejando al desamparo a la población que migra en busca de mejores oportunidades (IBT 2009, enero).

Históricamente, la ZMCM ha sido uno de los principales puntos de atracción para los migrantes que buscan oportunidades de trabajo y un lugar donde establecerse; esto es especialmente notable en el caso de los migrantes jóvenes y con bajos niveles de educación (Negrete MA 1990:647).

La migración es el resultado de diversos eventos o circunstancias que trae consigo la falta de comunicación con familiares, así como el congelamiento del tiempo, es decir, mantienen el mayor tiempo posible los usos y costumbres de su vida cotidiana hasta antes del momento de la migración. Por otra parte, también es posible considerar que la migración trae consigo una ganancia secundaria, cuando migrar repercute en la evasión de responsabilidades por situaciones personales o atípicas, familiares de pareja o en la adolescencia (Rosemberg F y cols., 2000:27).

Salud mental y migración

En México, el programa puesto en marcha en el 2001, Vete sano, regresa sano, tiene como objetivo general proteger la salud del migrante con ayuda de las autoridades participantes mediante la prevención en la atención tanto en el lugar de origen, durante el traslado y en el lugar de destino (SSA 2002:44). Este programa forma parte del Plan Nacional de Salud 2001-2006, y se ha contemplado continuar de forma permanente con la atención preventiva, atención médica y vigilancia epidemiológica. Entre las metas del programa se contempla, en el área de salud mental, detectar trastornos depresivos o problemas severos de conducta, así como desarrollar técnicas de promoción de la salud mental en el 100% de comunidades que tengan alto riesgo de migración (SSA 2002:33 ).

La Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica –ENEP- (2002), reportó los siguientes resultados en población general: fobias específicas (7.1%), trastornos de conducta (6.1%), dependencia al alcohol (5.9%), fobia social (4.7%) y episodio depresivo mayor (3.3%).

Por regiones, la prevalencia más elevada de cualquier trastorno psiquiátrico alguna vez en la vida se presentó en la región centro-oeste que incluye los estados de Aguascalientes, Jalisco, Colima, Guanajuato y Michoacán (36.7%), mientras que la prevalencia más baja de cualquier trastorno fue la región suresteque comprenden los estados de Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

En los últimos 30 días las prevalencias más elevadas fueron: trastornos afectivos (2.5%) en el centro-oeste, trastornos de ansiedad (3.4%) en las tres áreas metropolitanas que incluye a la Ciudad de México, Guadalajara y en la región norte Monterrey y los Estados de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas con  trastornos por uso de sustancias (1.7%)

Por otro lado, no se cuenta con datos cuantitativos que nos reflejen la situación de la salud mental de los grupos de migrantes internos.

Los problemas de salud mental y la atención terapéutica que se ofrece al respecto es un área que, conforme gana peso en el perfil epidemiológico, se espera sea exigida la fundamentación de la eficacia y la eficiencia de los diversos tratamientos en mayor medida (Borges y cols. 2004:461).

En la ruptura del equilibrio de la salud mental son muy importantes los eventos que representan una pérdida para la persona.

Cabe señalar que los estudios coinciden en que existe escaza presencia de servicios especializados en salud mental en el lugar de origen de esta población y solo se busca atención hasta que se manifiesta un síntoma físico.

La sintomatología emocional es ignorada, y en el caso de las mujeres, es vista como normal aún cuando le produce consecuencias incapacitantes o crónicas (Moya J 2006:7).

Al respecto, los migrantes viven diversas pérdidas, unas reversibles otras no, tales como en el aspecto familiar: el hogar, los seres queridos; en lo social: amigos,  el contacto con el grupo de pertenencia, las redes de apoyo emocional, la posición en la sociedad, el estatus; mientras que el plano laboral se ve afectado en sus actividades de vida diaria y sus costumbres. El aspecto cultural puede presentar limitaciones de expresión, en ocasiones debido a un idioma diferente, lo que tiene efecto en el sistema de valores y conductas aceptadas,  creencias y tradiciones. La no pertenencia, los objetos personales de importancia emocional, así como la tierra, las propiedades y el lugar de origen son pérdidas importantes.

Estas pérdidas representan para el migrante un factor de riesgo importante para la depresión y conllevan sentimientos tales como: tristeza, falta de esperanza, minusvalía, desinterés por las cosas del entorno, soledad, miedo, incertidumbre respecto al futuro, pérdida de identidad y riesgo para iniciar el uso de sustancias.

Si estos sentimientos persisten de manera crónica, o intensa, significa que la mente no logra dirimirlos y se originan diversas manifestaciones o enfermedades físicas. Al respecto recientemente se habla del Síndrome del Inmigrante con Estrés Crónico y Múltiple, en el que la persona padece determinados estresores o duelos asociados a diversas manifestaciones psicopatológicas (Achotegui  2004:1).

Desde la perspectiva del estrés, las manifestaciones somáticas pueden ser variadas, entre ellas: uso de drogas, prácticas sexuales no seguras, cambios aparentemente inexplicables en los estados de ánimo y mayor exposición a conductas de riesgo.

Las circunstancias que rodean a las poblaciones migrantes son de desigualdad social. Es evidente que la nueva situación los coloca en posiciones desventajosas de discriminación cotidiana (Castillo 2000:191).

Debemos realizar mayor investigación en nuestro medio para identificar las peculiaridades del funcionamiento mental de nuestros migrantes mexicanos de zonas de provincia al área metropolitana de la ciudad de México.

Consumo de sustancias y migración

Como mencionamos anteriormente, es necesario abordar a la población migrante del interior del país, además, podemos añadir que el consumo de sustancias en esta población es una realidad poco abordada o casi nula.  En este apartado se describen algunos factores asociados al uso de sustancias en población migrante interna.

El alcohol es de uso generalizado. Esto se debe, en gran medida, a que en muchos lugares de origen de los migrantes el beber es una conducta cotidiana para obtener placer y promover la convivencia familiar y social. Asimismo, es frecuente que en áreas rurales el alcohol también se use como parte normal de ceremonias rituales en las que se emplea herbolaria, lo que le da un carácter cotidiano, mágico, sanador. De esta manera, el uso de sustancias es un ingrediente de prácticas sanadoras. Esta práctica, en la mente de los participantes, es un tipo de permiso para el uso de sustancias.

Utilización y disponibilidad de servicios de salud

Como se ha señalado, la disponibilidad de servicios de salud específicamente orientados a migrantes es prácticamente nula. Esto es resultado, entre otras cosas, de lo poco que se conoce de la dinámica psicológica y social de estos grupos. Una parte de este desconocimiento es la motivación para que a los migrantes se les perciba como: invasores, devaluados, marginados, además de despertar sentimientos de miedo en el observador.

De la misma manera, los migrantes desconocen cuáles son las instituciones disponibles y los procedimientos que se requiere para obtener los servicios. Si a esto se agrega que normalmente no tienen conciencia de la enfermedad, que existen muchas dificultades de comunicación, puesto que no conciben las enfermedades como se perciben en las instituciones, además de que no todos hablan el español que se requiere en estos casos, el resultado es que, aunque existe la necesidad de los servicios, la demanda es mínima.

Entre las razones por las que no acuden a estos servicios en búsqueda de atención, podemos encontrar: el costo económico que conlleva transportarse de la comunidad a la ciudad más cercana, tener que dejar a los hijos al cuidado de otras personas y el costo elevado de los medicamentos y/o la consulta (Berenzon, Medina-Mora y Lara 2003:63).

Asimismo, hay que considerar que importantes grupos migrantes siente orgullo de su lugar de origen, tienen una serie de valores, tradiciones, costumbres que se desconocen en la ZMCM. Desde el punto de vista de Salgado de Snyder (2003), para atender de forma adecuada las necesidades de salud mental de una población se requiere considerar las “interconexiones” sociales y culturales de los habitantes, los sanadores/curanderos y los miembros de su comunidad.

Con respecto a la salud mental, se menciona que la atención aún es limitada, ya que su detección, tratamiento y/o canalización a servicios de tratamiento especializados es aún insuficiente (Medina-Mora y cols., 2003:3). Debido a  ello se presentan problemas de consumo de alcohol, drogas y desordenes mentales que, de alguna manera, tratan de ocultarse e incluso evadirse mediante el abandono.

Por otro lado, la trayectoria de búsqueda de ayuda es, en primera instancia, con el médico general o familiar, los curanderos o ministros religiosos (Snyder 2003:21; Berenzon 2003: 66).

En adición, el impacto e implicaciones financieras en cuanto a programas de salud pública que consideren a la población migrante son cada vez mayores. En este sentido, resulta más factible financiar programas de salud en el país de origen que en el lugar de recepción (Castillo 2000:91).

En general, dentro de nuestro país, en las comunidades rurales, el acceso a los servicios de salud es limitado, de acuerdo a estimaciones del Programa Nacional de Salud 2007-2012, los estados de la república mexicana con menores porcentajes de seguridad social son: Chiapas (19.8%), Guerrero (24.5%) y Oaxaca (24.7%). Por otro lado los Estados con mayores porcentajes de población total no asegurada son: Michoacán (62.8%), Guerrero (61.9%) y Oaxaca (55.2%).                                             

Como puede apreciarse, el migrante percibe su estado de enfermedad o salud de acuerdo a su percepción sobre lo que le sucede y esto, a su vez, depende de la manera como se aprecia uno u otro síntoma en su comunidad de origen. De esta manera, las formas en que las instituciones de salud tienen que aprender a entender y atender las enfermedades se encuentran en los términos que ellos, lo propios migrantes, las conciben. Esto implica la capacitación de los recursos humanos institucionales, a fin de “tender puentes” de comunicación con los diversos grupos migrantes.                                                                 

Discusión y recomendaciones

La migración hacia la ZMCM se presenta en tres modalidades. De zonas rurales en provincia a la ZMCM, de zonas urbanas de provincia a la ZMCM y de municipios ubicados dentro de la ZMCM a otros municipios dentro de la misma zona.

Las causas de la migración son numerosas y complejas, entre ellas tenemos factores tales como: carencia de oportunidades de empleo, falta de tierras cultivables en las zonas rurales, falta de escuelas, escasez de agua potable, dificultades de transporte y vías de comunicación, bajos salarios y carencia de servicios de salud. Todos estos son problemas que por el momento no muestran indicios de solución y, como consecuencia, grandes grupos de la población buscan migrar a la ZMCM’ con la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida.

Se requieren más investigaciones que identifiquen el impacto de la migración en la salud mental del migrante. Entre los tópicos a incluir e identificar podemos mencionar la forma como los migrantes perciben la conexión de lo mental con lo físico, cómo conciben losprocesos de salud y enfermedad. Por ejemplo, situaciones muy frecuentes como el alcoholismo, el dolor de cabeza, el dolor de estómago, las diarreas de menores, enfriamientos, golpes, accidentes, gripas, los sustos, el mal de ojo, la brujería, la depresión, etc. Surgen también los siguientes cuestionamientos: ¿Hasta dónde los migrantes las perciben como enfermedades físicas? ¿Hasta dónde las perciben como desequilibrios emocionales? Y ¿Si estas situaciones son percibidas como partes de un todo que es su destino, o si son condiciones normales de la vida?

La manera como los migrantes  expresan lo que percibende las enfermedades emocionales y físicas; por ejemplo, conceptos tales como “mal de ojo”, “susto”, “caída de mollera”, etc., están aludiendo a enfermedades que para ellos son muy definidas y que de la misma forma son vividas y descritas por miles de habitantes de las zonas rurales de México.

La condición en la que los migrantes no expresan lo que perciben, en particular las emociones adversas que con el paso del tiempo se manifiestan, por ejemplo, mediante desequilibrios tales como alteraciones del sistema inmunológico, alteraciones funcionales, adicciones, etc.

Los diferentes sistemas sanadores que tienen los migrantes en función de las zonas del país de procedencia, y que emplean para atender sus síntomas. Por ejemplo, la herbolaria, el sanador, el sobador, etc. tienen una importante influencia, incluyendo las prácticas religiosas-mágicas.

Las equivalencias de sus concepciones de las enfermedades con las formas en que se concibe en las instituciones o en el mundo “científico” de las instituciones.

La forma en que las instituciones de salud pueden desarrollar y poner en operación lo que podría llamarse un modelo holístico de atención, que incorpore los valores religiosos y culturales del migrante, así como valores científicos de las instituciones de salud de las zonas metropolitanas que den cuenta de los problemas de salud mental de los migrantes.

Alternativas para que los migrantes que lo requieran puedan expresarse en español, y a la vez identificar opciones para que las instituciones de salud, y de salud mental en particular, puedan ser más cercanas a los migrantes.

Por lo anterior, no es posible pensar que existan respuestas fáciles para el manejo de los problemas de salud mental en las poblaciones que migran. No todas las personas que emigran pasan por la misma experiencia o se establecen en entornos sociales similares. Las razones para la migración son múltiples, así como el consiguiente ajuste cultural y social que enfrentan, éstas situaciones juegan roles relevantes en la salud mental del individuo.

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Citar:

Ortiz, J. A., Martí­nez R., López, J. L. & Meza, D. M. (2012, 22 de julio). Panorama de la migración interna en la zona metropolitana de la Ciudad de México. Revista PsicologiaCientifica.com, 14(12). Disponible en: https://psicologiacientifica.com/migracion-interna-mexico-salud-mental

2 comentarios en «Migración interna a la ZMCM: Implicaciones en salud mental y servicios de salud»

  1. Nosotros estamos proponiendo un modelo de atención educativa a población indígena migrante en zonas urbanas, principalmente en Nuevo León y en CDMX. Esta información es importante considerarla porque da ideas al respecto.

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  2. Gracias por compartirnos este artículo, tiene información muy interesante e importante. Estoy haciendo un trabajo de migración para la licenciatura en educación y toda esta información me sirvió mucho. Saludos, Mireya

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