Relación entre el estrés y el ambiente familiar en la niñez

Cynthia Zaira Vega Valero, Sonia Espindola Salgado.
Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen

En ambientes familiares donde prevalece la inestabilidad, apego inseguro, prácticas de crianza impredecibles, entre otras, en la niñez, provoca que en la adolescencia se presenten ví­nculos paternales inestables, estrés familiar y conflictos. Por otra parte, el estrés no es privativo de los adultos, también lo experimentan los niños. Este trabajo tiene dos propósitos: el primero, examinar la posible relación entre estrés y ambiente familiar en niños; el segundo, realizar una aproximación a la validez convergente del Inventario de Estrés Infantil (IEI). Participaron 211 niños entre 8 y 13 años, se les aplicó el IEI el cual evalúa estrés y la escala de Moos que evalúa ambiente familiar. Los resultados mostraron que no hay relación entre estrés y ambiente familiar cuando se considera a la muestra total de participantes, sin embargo, se identificó una relación inversa entre las variables cuando se analiza al grupo de niños que por puntaje están estresados. Asimismo, se encontró que las niñas presentan más estrés que los niños, también se identificó que los niños que cursan 4to de primaria están más estresados que los de mayor grado. Respecto a la validez convergente del inventario se muestra favorable. Los datos se discuten en dos niveles: en la implicación clí­nica de evaluar estrés y ambiente familiar en niños y en la validez del instrumento.

Palabras clave: Estrés infantil, ambiente familiar, validez convergente.

Es común que al funcionamiento familiar se le atribuya responsabilidad en el desarrollo del individuo. Diferentes estudios empíricos muestran una estrecha relación entre el funcionamiento familiar positivo y el ajuste social y psicológico (Valenzuela, Hernández-Guzmán y Sánchez-Sosa, 1995). Sin embargo, no sólo el funcionamiento familiar se relaciona con el ajuste social y psicológico, las relaciones extra familiares, clima familiar y variables atributivas (edad, sexo, estatus económico, etc.) entre otras también lo hacen (Bussing, Zima, Gary, Mason, Leon, Sinha & Garvan, 2003).

Particularmente, un clima familiar estresante propicia conflictos entre los padres e hijos, prácticas de crianza negativas, problemas de conducta en la adolescencia, deserción escolar, inicio de actividad sexual y maduración puberal temprana, casamientos prematuros, relaciones de pareja inestables y temporales en hombres, además de una alta tasa de divorcios, por el contrario ambientes familiares donde prevalecen fuentes predecibles y relativamente estables favorecen en los niños rasgos para una crianza competitiva, mejor ajuste social y emocional (Bereczkei & Csanaky, 2001, Booth, Brinkerhoff, & White, 1984; Howes & Eldreger, 1997; Matsueda & Heimer, 1987; Shaver & Hazan, 1993; Steinberg, 1988).

Un estudio realizado por Vera, Morales y Vera (2005) mostró que la pobreza y funcionamiento familiar son predictores de estrés, además de tener impacto en el desarrollo cognoscitivo del niño. En esta línea, se investigó la relación del estrés infantil con la pobreza y nivel educativo de los padres, encontrándose que el nivel de estrés estaba relacionado negativamente con la educación y capacitación de la madre en pobreza (Orthner & Neenan 1996).

Otro predictor importante de estrés y desajuste conductual en niños preescolares lo es el desajuste paterno en conjunto con determinadas características de temperamento de los hijos; sin embargo, estas características parecen jugar un importante papel en el repertorio conductual del niño, al protegerlo de los efectos de un ambiente adverso, o bien, al predisponerlo para consecuencias negativas (Kyrios & Prior, 1990). Laredo, Claustre, Viñas, Mitjavila, Pla, Pi, Ruiz y Domenéch (2007) sostienen que niveles elevados de afecto negativo y bajos niveles de actividad favorecen ansiedad en niños preescolares; no obstante, no hay diferencias respecto a temperamento.

Los anteriores trabajos identifican que el papel de los padres es importante para la presencia de estrés en los hijos, de hecho diferentes autores (Milgram, 1996; Barrio, 1997; Trianes, 1999) coinciden en señalar que las áreas en las cuales los niños pueden experimentar estrés son: la familiar, la escolar y la social. Especialmente la familia proporciona amplias y variables funciones que cubren todas las necesidades de desarrollo en los primeros años del infante. Se sabe que la existencia de un entorno familiar afectuoso que cuide al niño y le proporcione apoyo y recursos para su desarrollo junto con un ambiente de bajo nivel de estresores, es requisito para un crecimiento saludable (Bergeron, 1985). De lo anterior, es claro que el ambiente familiar puede propiciar estrés en los niños.

Por otro lado, el estrés no es exclusivo de los adultos, como se mencionó también lo experimentan los niños. Recientemente hay un interés especial por el estudio del estrés en niños, aunque, en muchos casos, ha sido a partir de los datos encontrados con población adulta de los cuales se han sustraído conclusiones aplicables a la niñez (Hernández, 2001).

Las investigaciones que hemos realizado para evaluar estrés infantil (Vega, Hernández, Juárez, Martínez, Ortega y López, 2007, Vega, Anguiano, Soria, Nava y González, 2008, Vega, Medina, Nava, y Soria, 2008) nos han permitido proponer un instrumento que evalúa estrés en niños (Inventario de estrés infantil, IEI) desde la perspectiva de Lazarus y Folkman, por lo que en este trabajo tenemos como objetivo identificar la relación entre estrés y ambiente familiar, y como segundo objetivo realizar la validez convergente del instrumento.

Método

Participantes

Participaron 211 niños entre 8 y 13 años de edad que cursaban los niveles de cuarto, quinto y sexto de primaria, en las escuelas Adolfo López, Guadalupe Victoria y Benito Juárez ubicadas en el Edo. de México. En cada escuela los directivos asignaron los grupos de trabajo. La participación de los niños fue autorizada por los padres de ellos.

Escenario

La aplicación del instrumento se llevó a cabo en salones de clases proporcionados por las escuelas.

Instrumentos

Se aplicó el Inventario de Estrés Infantil (IEI) que consta de 30 ítems. Las opciones de respuesta fueron: nada nervioso, nervioso y muy nervioso. Se calificó de uno a tres puntos otorgando un punto a nada nervioso y tres a muy nervioso. La puntuación mínima a obtener fue de 30 y máxima 90, a mayor puntuación mayor estrés.

Índice de Relaciones Familiares (FRI). Se optó por usar en este estudio el FRI de Moos, (Billings y Moos, 1981; Holahan y Moos, 1981; Holahan y Moos, 1982) debido a sus propiedades de confiabilidad y validez, además de que, para los propósitos de este trabajo, sus características son idóneas al evaluar a la familia en aspectos tales como cohesión, expresividad y conflicto. La escala consta de 27 ítems, divididos en 9 para cada subescala. Las opciones de respuesta son de Verdadero (V) Falso (F), a mayor puntuación mejor ambiente familiar.

Procedimiento

La aplicación de los inventarios fue en una sola sesión de aproximadamente 30 minutos. Las tres personas encargadas de aplicar el instrumento recibieron un entrenamiento previo que consistió en la adecuada lectura de los ítems y la solución de cualquier duda sobre el inventario. Las aplicaciones se realizaron de manera individual para garantizar la adecuada atención del niño. Al final, se les obsequiaron dulces por su colaboración.

Variable dependiente y análisis de los resultados

Se calificó cada uno de los ítems. Se obtuvo el puntaje total de cada instrumento, a la par se obtuvieron los estadísticos descriptivos. Se aplicó la r de Pearson para identificar la relación entre las variables, la prueba t de Student y Análisis de Varianza de un factor para identificar posibles diferencias entre las variables de interés.

Análisis de Resultados

Se identificaron relaciones negativas entre los inventarios cuando se seleccionaron a los niños que por puntaje en el IEI se ubicaron como estresados, así como diferencias entre algunas variables, género y grado escolar.

El instrumento de IEI cuenta con tres rangos de puntuaciones teóricas, sin embargo, para este estudio se propusieron tres rangos con los datos obtenidos, estos son: de 40-59 puntos nada estresado, 60-66 puntos moderadamente estresado y de 67-85 estresado. El promedio obtenido en esta muestra fue de 61.89 (s = 8.07) lo que significa que los niños están moderadamente estresados. Además, se identificó que 75 niños no están estresados lo que representa el 35.5%, 77 moderadamente estresados siendo esto el 36.4% y 59 estresados que representa el 27.96%.

En el caso de las niñas su promedio fue de 63.33 (s =8.34) y el de los niños fue de 60.77 (s =7.74) ambos se ubican en moderadamente estresados, aunque se identificaron diferencias estadísticas en el nivel de estrés (t(209) = 2.31; p< 0.05).

En relación al grado escolar, se identificó que los de cuarto grado obtuvieron un promedio de 64.33 (s= 7.27), los de quinto 60.37 (s= 8.37) y los de sexto grado 61.57 (s= 7.89) ubicándolos a todos los grupos en moderadamente estresados, sin embargo se identificaron diferencias estadísticas (F(2, 208) = 4.85; p< 0.01) en el nivel de estrés, adicionalmente se aplicó la Tukey observando que la diferencia se ubica entre los de cuarto y quinto grado.

Por otro lado, el instrumento de Moos estuvo conformado por 27 ítems, obteniendo una puntuación mínima de 0 y la máxima de 27. De acuerdo a estas puntuaciones, se establecieron dos rangos: de 0-18 puntos tienen un ambiente familiar desfavorable y de 19-27 tienen un ambiente familiar favorable. El promedio obtenido en esta muestra fue de 14.73 (s = 2.28) lo que significa que los niños tienen un ambiente familiar desfavorable. En el primer rango se identificaron 200 niños con ambiente familiar desfavorable que representa el 94.78%, en el segundo 11 niños con ambiente familiar favorable siendo esto el 5.21%.

Por otro lado, se obtuvo las correlaciones entre el puntaje total del inventario de estrés y el de ambiente familiar, con la muestra total, no encontrándose correlación significativa (r(209)= -0.074; p> 0.05), por lo que se dividió a la muestra en tres grupos: 1) nada estresados, 2) moderadamente estresados y 3) estresados. Posteriormente se aplicó la r de Pearson para identificar posibles relaciones entre las variables citadas por cada grupo. Se encontró relación negativa significativa sólo con el tercer grupo (r (57)= -.280; p<0.05).

Discusión

El propósito del presente estudio fue evaluar la relación entre estrés infantil y ambiente familiar. En lo metodológico evaluar la pertinencia del IEI para detectar y discriminar infantes con estrés en diferentes áreas.

El análisis de resultados muestra concordancia con las investigaciones; encontramos una relación significativa, aunque baja, entre estrés y ambiente familiar y ausencia de relaciones significativas cuando los infantes no están estresados. En lo teórico, el ambiente familiar auspicia estrés por lo que el bienestar general es alterado. Esperábamos encontrar que a mayor estrés un ambiente familiar desfavorable.

Por otra parte, es notorio en este estudio que las niñas se estresan más que los niños, aun cuando los datos recogidos para esta investigación no nos permiten ofrecer una explicación, podemos señalar que en las diferencias de género establecen que la edad es importante para que se presenten problemas psicológicos, por ejemplo, los médicos tienen mayor tendencia a diagnosticar depresión a mujeres que a hombres, aunque muestren resultados similares a la hora de medir la depresión o presenten síntomas idénticos.

Especialmente los estereotipos de género que indican que las mujeres tienen propensión a los problemas emocionales y los hombres a los problemas con el alcohol parecen reforzar el estigma social y suponen un obstáculo a la hora de solicitar ayuda utilizando las vías normales, lo cual constituyen una barrera para la identificación adecuada y el tratamiento de los trastornos psicológicos. A pesar de estas diferencias, la mayoría de hombres y mujeres que sufren dolor emocional y/o un trastorno psicológico no son ni identificados ni tratados por sus médicos o bien no recurren a solicitar servicio psicológico.

Algunos factores como la discriminación de género y los factores asociados con la pobreza, el hambre, la malnutrición, el exceso de trabajo, la violencia doméstica y los abusos sexuales explican la deficiente salud mental de las mujeres. Existe una relación positiva entre la frecuencia y la severidad de tales factores sociales y la frecuencia y severidad de los problemas de salud mental en las mujeres. Los sucesos graves que causan sentido de pérdida, inferioridad, humillación o aislamiento pueden pronosticar una depresión (Matud, Guerrero y Matías, 2006).

En este sentido realizamos un estudio en donde identificamos que las mujeres con doble jornada de trabajo se deprimen y estresan más que los hombres, asimismo, identificamos que la depresión es una variable que tiene peso en la explicación de la presencia de estrés. (Soria, Muñoz y Vega, inédito)

Lo anterior está bastante bien documentado con adolescentes y mujeres jóvenes, no obstante con niñas no, por lo que es importante considerar que la evidencia proporcionada en este trabajo debe llamar la atención a los psicólogos del desarrollo y clínicos.

Por otro lado, pensamos que los resultados, aunque moderados, son alentadores al mostrar que el estrés infantil se relaciona de manera significativa con ambiente familiar desfavorable. Por otra parte, tenemos que mencionar que aun cuando fuimos cuidadosos al elegir el instrumento de ambiente familiar, que fue a través de reportes publicados, se debe considerar que este instrumento es para adultos. Dicha circunstancia nos limitó en las posibilidades de realizar más análisis que permitieran extender los resultados del estudio.

Creemos que es necesario extender los ámbitos de aplicación del IEI y ponerlo a prueba para evaluar su fiabilidad y validez estadística, convergente y divergente con otras variables como estrategias de afrontamiento, apoyo social, depresión, con el propósito de mejorar el IEI tanto en su fiabilidad como en su validez. Es conocido que cualquier instrumento de medida tiene que contar con niveles de fiabilidad y validez aceptables. La fiabilidad se refiere, en esencia, a la carencia de errores de los instrumentos de medida, denotados como exactitud y precisión de los procedimientos de medición (Kerlinger, 1981; Silva, 1992; Coolican, 1997; Namakforoosh, 2000). Por otro lado, la validez es el grado en que la prueba está midiendo lo que en realidad se desea medir. La validez es respecto del instrumento, lo que se requiere de éste es tener la certeza de que cumple con el propósito para el que fue creado (Coolican, 1997; Namakforoosh, 2000; Kerlinger y Lee, 2002). Así, contar con instrumentos confiables y válidos permite explicar de manera más adecuada el fenómeno psicológico de interés.

Referencias

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Citar:

Vega, C. Z., Espindola, S., Nava, C. & Soria, R. (2009, 19 de junio). Estrés y ambiente familiar en niños. Revista PsicologiaCientifica.com, 11(10). Disponible en:
https://psicologiacientifica.com/estres-y-ambiente-familiar-ninos

 

6 comentarios en «Relación entre el estrés y el ambiente familiar en la niñez»

  1. Esta investigación es muy importante para dar un diagnóstico sobre estrés y rendimiento escolar en los alumnos de la Educación Básica. Su trabajo me motiva para realizar una investigación sobre estrés infantil en una escuela cuyos alumnos son de grupo socioeconómico medio bajo. Felicitaciones.

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  2. Me parece que el estudio que realizó es de gran importancia hoy en día , porque vivimos un ritmo de vida muy estresante. Además, que el tema es muy útil para nosotros, los psicólogos, para tratar de entender más a los pequeñines. Felicidades.

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  3. Es una excelente investigación, ya que además de aportar información valiosa, en lo personal, es un modelo a seguir para quienes recién iniciamos en la materia de psicología, mi área es la educativa. Felicidades, saludos.

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  4. El crear un instrumento y aplicarlo siempre conlleva investigación, motivo por el cual la felicito por el aporte. Sería importante ver si es factible la aplicación del IEI, para ver otras realidades y poder comparar resultados porque considero que pueden surgir variables de acuerdo a contextos y cultura.

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  5. Estoy de acuerdo con usted y su trabajo de investigación, el cuarto año de primaria es quizá el grado escolar en donde más se reflejan los síntomas de estrés en los niños, a causa de un ambiente familiar que propicia el estrés por ser un núcleo estresado, así entonces el niño solo manifiesta lo que hay dentro de su hogar.

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