Programa de educación para salud en adolescentes gestantes: Promoción y prevención

Luis Floréz Alarcón
Universidad Nacional de Colombia

Resumen

El objetivo de la presente investigación es elaborar e implementar un programa de educación para la salud dirigido a la promoción y la prevención en adolescentes gestantes, empleando como base teórica el modelo de adopción de precauciones, (Weinstein, 1988). Se utilizó un diseño pre experimental pretest-postest con un único grupo. Para la investigación se estudiaron 20 embarazadas con edades entre 15 y 19 años. Los instrumentos utilizados fueron: entrevista de ingreso, Cuestionario de estilo de vida promotor de la salud (CEVPS) e Inventario de eventos estresantes y psicosociales del embarazo (IEE). En la sección de resultados se conformaron 4 grupos en función de la etapa que alcanzaron dentro del proceso de adopción de precauciones, a partir de un análisis cualitativo y otro cuantitativo. Con un 95% de confianza, se encontraron diferencias significativas en: a) Las categorías de temores relacionados con su propio estado físico y con el bebé para la prueba IEE, y en las categorías responsabilidad con la salud, ejercicio y soporte interpersonal para el CEVPS, halladas mediante la prueba de Wilcoxon; b) En la categoría de soporte interpersonal del CEVPS, según la prueba no paramétrica de Kruskall Wallis; c) En la condición postest de la categoría de soporte interpersonal con la prueba Mann whitney; desde lo cualitativo se identificaron las principales creencias respecto a las diferentes temáticas abordadas.

Palabras clave: adolescentes gestantes, embarazo adolescente, programa de salud, psicología de la salud.

La promoción de la salud empieza con las personas que están básicamente saludables, ayudándolos a adoptar estilos de vida que les permita mantener y realizar el estado de bienestar (Green y Simons, 1988).

Según la Organización Mundial de la Salud, «la promoción de la salud se ha convertido en un elemento común para todos aquellos que admiten la necesidad de un cambio en el modo de vida y en los hábitos con la finalidad de mejorar su estado de salud. La promoción de la salud aparece como estrategia de mediación entre la población y su entorno, operando la síntesis entre las elecciones individuales y la responsabilidad de la sociedad en el ámbito de la salud» (Conferencia Internacional de Promoción de la Salud, Ottawa 1987, Citado en Rochon, 1991).

Otro nivel de intervención en salud es la prevención. Ésta es un componente de la promoción. Se entiende por prevención «un conjunto de actividades orientadas a evitar la ocurrencia de enfermedades específicas, cuyo objeto son los individuos o grupos sociales, que por sus características tengan alguna probabilidad de adquirirlas» (Ministerio de Salud, 1996). En esta se incluyen actividades que disminuyan el riesgo de aparición de enfermedades, que permitan desarrollar factores de protección en los grupos de mayor vulnerabilidad. De manera típica, la prevención se divide en tres categorías que de alguna forma se superponen: prevención primaria, secundaria y terciaria.

Las actividades de promoción y prevención emplean como herramienta la educación para la salud, entendida como un proceso de facilitación de experiencias de aprendizaje deseables por medio de las cuales la gente se percata más de los problemas de la salud y se interesa activamente en ella, como un proceso de crecimiento del individuo, mediante el cual modifica su comportamiento o sus actitudes como resultado de las nuevas experiencias que ha tenido (Doroty, 1949, citado en Rochon, 1991).

La Educación para la salud es una estrategia valiosa para el desarrollo de programas de promoción y prevención, que está siendo empleada en diferentes ámbitos. En el área clínica existe un alto interés, por parte de los investigadores, en estudiar el fenómeno gestacional en la adolescencia y elaborar, a partir de los resultados obtenidos, sistemas integrales de atención en salud, que incluyan acciones de fomento, promoción, prevención, detección precoz, tratamiento oportuno y rehabilitación, que tengan una cobertura adecuada. Si estos sistemas permiten alcanzar, mediante sus acciones, un volumen suficiente de población, de tal modo que se logre el impacto deseado, y se aplican con criterios de riesgo con el fin de hacer selecciones según mayores y menores posibilidades de padecer episodios de enfermedad grave o de complicaciones a la población objeto del sistema, y concentran los mejores recursos en aquellos que más lo necesitan, entonces alcanzarán excelentes relaciones de costo-beneficio (Molina, 1985 citado en Sernam ,1991).

El embarazo en edades tempranas no es un proceso aislado del contexto individual, pareja, familia y sociedad; en la adolescente embarazada no es solamente la primegesta precoz que tiene una connotación puramente biológica, sino que desborda las acciones prenatales, de atención del parto, del recién nacido y del post parto (Molina, 1985 citado en Sernam, 1991), situaciones que se enmarcan con características particulares propias de esta etapa del ciclo vital, «la adolescencia».

Como resultado del incremento en las relaciones sexuales, las que se desarrollan cada vez a edades más tempranas (en Colombia, el rango de edad promedio esta entre 15 y 17 años para las adolescentes) y sin el uso adecuado de medidas anticonceptivas, los embarazos en los adolescentes han aumentado notablemente en épocas recientes. Cada año, 78 de cada 1000 colombianas de 15 a 19 años dan a luz. El número de nacimientos ocurridos entre las adolescentes aumentó de unos 123.000 en 1973 a 127.000 en 1986; la razón para tal incremento radica en que el número de mujeres fue aumentando paralelamente con el crecimiento demográfico del país (López, 1991).

Según Silber, aunque en muchos casos el embarazo en las adolescentes puede responder a los deseos de las mismas, en otros puede tener efectos devastadores, (1984 citado en OPS, 1985) porque:

1. Se presenta una pérdida de autonomía que obliga a las jóvenes a buscar la ayuda de sus padres, cuando ya creían que iniciaban el camino hacia su independencia.

2. Hay una interrupción de sus relaciones grupales porque, generalmente, se ven incapacitadas de continuar sus actividades escolares o laborales normales. Las adolescentes dejan de crecer con su grupo y pierden así un elemento de apoyo afectivo muy importante en sus vidas.

3. Hay una demora o un cese de su desarrollo personal.

La maternidad no programada casi siempre genera tensión, ya que la capacidad biológica y psicológica de la niña se ve fuertemente exigida, más aún si ha sido rechazada por su familia y abandonada por su pareja. De esta manera, se ven amenazadas sus necesidades básicas, como son (Fuentes, Lobos, 1994):

a. Necesidad de bienestar físico
b. Necesidad de seguridad y protección
c. Necesidad de aceptación y pertenencia a un grupo
d. Necesidad de cariño: dar y recibir afecto
e. Necesidad de ser estimada y respetada
f. Necesidad de autorrealización

La respuesta a esta tensión puede producir desesperación, miedo, dolor, culpa, rabia, pena, angustia y podría llegar hasta la depresión. Los efectos traumáticos del embarazo no deseado en una adolescente dependerán de su personalidad y madurez, de algunas patologías previas, de la condición biológica, edad, condición social y significado de este hijo para ella. Lobel (1994) define operacionalmente el estrés prenatal como un estado de ansiedad crónica que se modifica de acuerdo con los eventos estresantes previos particulares de cada caso. Lobel encontró que en el estudio de Jemmott and Locke (1984; citado en Lobel, 1994) indican la influencia adversa del estrés en algunas áreas de la salud física como enfermedades infecciosas y cardíacas, aún en adolescentes; sin embargo, indica también que esta investigación tiene serios errores metodológicos y no se define claramente si el estrés está asociado con las complicaciones prenatales.

La adolescente y su familia, generalmente, tienen dificultad para aceptar el embarazo. Algunas adolescentes solteras inician su embarazo con una actitud de rechazo, la que se transforma en aceptación en el transcurso de la gestación. La actitud de la familia es, muchas veces, negativa al comienzo del embarazo, cambiando a positiva en menor proporción que las adolescentes. En el ámbito familiar, si es aceptada con su hijo, se puede producir una desorganización de funciones cuando los padres de origen continúan su función de crianza en circunstancias que la hija adolescente se transformó en madre. Estos ajustes no siempre son fáciles, aunque esta situación es preferible a la de rechazo, puesto que la familia de origen es el refugio más significativo para la madre soltera. La joven tiene que conciliar, de algún modo, dos papeles opuestos: expresar sus necesidades de adolescente, al mismo tiempo que avanzar hacia un papel adulto responsable.

La primera reacción de los padres, hermanos y parientes siempre es negativa; en casos extremos, la joven es arrojada del hogar; en la mayoría es agredida verbal y/o físicamente, recluida y encerrada para evitar la vergüenza y la deshonra. De todas maneras, las relaciones afectivas intrafamiliares se afectan, en muchos casos de forma irreversible. La joven experimenta un rechazo de parientes, amigos, vecinos, que luego se traducirá en formas abiertas o sutiles de discriminación hacia el hijo «ilegítimo».

Los riesgos de salud más frecuentes durante el período gestacional son:

Riesgos médico-obstétricos: patología hipertensiva, anemia, bajo peso neonatal, parto prematuro, nutrición insuficiente, mayor probabilidad de muerte infantil y materna respecto a otros grupos de edad, aborto, pre-eclampsia. Es decir, la madre adolescente enfrenta, junto con su hijo, mayores riesgos médicos que la mayoría de las mujeres embarazadas, debido a su inmadurez física y psicológica; además, tienen mayores probabilidades de volver a ser madres en un corto plazo.

Existe una relación entre el corto intervalo de nacimientos y los altos riesgos de un resultado poco satisfactorio del siguiente embarazo, la mortalidad infantil y la desnutrición. La salud y el desarrollo deficiente del niño también están asociados con el intervalo que lo separa del nacimiento posterior, con el consiguiente efecto dañino, tanto para el niño desplazado como para quien lo desplaza (Molina, 1985 citado por Sernam, 1991).

Riesgos psicosociales: como consecuencia del embarazo se altera la dinámica familiar; puede haber abandono de parte de la pareja, explotación laboral, deserción escolar, dificultad para tomar decisiones que afectan el proyecto de vida, poca o ninguna solvencia económica para educar y criar a su hijo (a), entre otros factores.

Riesgos afectivos: temor, rechazo de su embarazo, estados de angustia y a veces depresión, inestabilidad emocional, abandono de su pareja, negación de la paternidad. En una etapa de formación y búsqueda de su propia identidad, como lo es la adolescencia, combinado su crecimiento biológico y el cambio psicológico brusco que se presenta ante la situación de embarazo, ellas enfrentan su maternidad en condiciones muy desfavorables.

Para el hijo también se aumentan los riesgos de salud, tales como una mayor morbi-mortalidad, posibilidades de un nacimiento prematuro, incidencia de anomalías congénitas, rechazo social y familiar, sentido de ilegitimidad, discriminación por «mala» conducta de la madre, desconocimiento del padre o presentación de una figura negativa de un padre que los abandonó, que no los quiere; la alteración en la formación de patrones de identificación con el sexo masculino, sobreprotección materna o su expresión inversa: abandono, violencia, agresión, la dependencia de los abuelos y exposición a patrones de autoridad en muchos casos contradictorios y conflictivos; escasez o insuficiencia de recursos económicos y bajos niveles de Vidal. El hecho existe, no se puede ocultar, contamos con un alto porcentaje de adolescentes embarazadas que no acuden oportunamente a los servicios de salud y atención prenatal, debido a los factores de orden psicosocial asociados con su maternidad, lo que potencia así el desarrollo de los factores de riesgos de salud propios de su estado con la particularidad del momento del ciclo vital que están viviendo.

Este panorama exige que la comunidad desarrolle programas de apoyo y promoción de la salud, prevención de las enfermedades y de la reincidencia (otro embarazo en un intervalo de tiempo demasiado corto, menor a dos años) mediante diversos mecanismos, entre ellos proyectos educativos como el que se está construyendo en esta investigación. Toda esa información relativa a la salud de los adolescentes debe proveerse en los distintos niveles educativos y en los sectores conectados al quehacer de los adolescentes como son los servicios sociales y los lugares de trabajo. Los materiales educativos deben revisarse periódicamente y los mensajes deben basarse en las características de los distintos grupos culturales y sociales a quienes están dirigidos (OPS, 1985).

Existen diversos modelos que atienden los enfoques de análisis de conducta preventiva, entre ellos aparece el propuesto por Weinstein (1988) donde se refleja el proceso de adopción de precauciones como una secuencia ordenada de etapas cognoscitivas, cualitativamente diferentes. Tal propuesta gira en torno al desarrollo de las creencias y de las intenciones a través del tiempo para conducir a la acción.

El proceso de adopción de precauciones está conformado por una serie de etapas, la cual sugiere: a) que las personas se comportan de manera cualitativamente diferente en los diversos puntos del proceso de adopción de precauciones y b) que las clases de intervenciones y de información requeridas para que las personas se aproximen más a la acción varían de etapa en etapa (Weinstein, 1988).

El modelo de adopción de precauciones toma en cuenta para los siguientes factores hacer la caracterización de etapas:

1. Susceptibilidad al riesgo: definida en términos de las creencias de las personas acerca de una situación de riesgo, y en ella se distinguen tres niveles: a) En el primer nivel las personas aprenden que existe un riesgo, por lo cual se busca informar sobre los riesgos y precauciones en general; b) En este nivel se exploran los pensamientos, sentimientos, creencias y expectativas acerca de la situación de riesgo y de la probabilidad de ocurrencia para otras personas similares; y c) Reconocimiento y aceptación de la susceptibilidad personal.

2. La severidad del riesgo, efectividad de la precaución y del costo: donde se identifican niveles de creencia acerca de la severidad del riesgo y de la efectividad de la precaución. Cabe anotar, primero, que la severidad del riesgo dentro de este proceso busca la sensibilización frente a la gravedad de posibles enfermedades. Por otra parte, la efectividad de la precaución es entendida como el proceso de reconocimiento y aceptación de que determinada medida es efectiva en lo personal. Los niveles que componen esta etapa son: a) conciencia sobre la existencia de la precaución; b) creencia de que la precaución es generalmente efectiva; c) creencia de que la precaución sería personalmente efectiva.

3. Proceso de toma de decisiones: en la que se decide modificar problemáticas individuales y grupales a partir de la aceptación de la presencia del riesgo y de la efectividad de las precauciones, de acuerdo con el siguiente proceso:

a. Delimitar el factor de riesgo. Proponer alternativas de control a este factor de riesgo.

b. Hacer un balance del costo. Beneficio para cada una de las alternativas propuestas.

c. Elección de la alternativa que representa mayor beneficio y, por último, la intención de actuar de acuerdo con los pensamientos, creencias y expectativas para cada persona en concordancia con el proceso llevado.

4. Construcción y ejecución de los programas de cambio: en esta etapa se formulan las estrategias necesarias para reducir o eliminar los factores de riesgo al igual que el fortalecimiento de aquellos elementos que permitan mantener una adecuada salud y promocionarla, con el fin de mejorar la calidad de vida, a partir de las propuestas generadas por los sujetos actuantes en el proceso, traducido en acciones concretas y reales.

El embarazo en la adolescencia ha ido adquiriendo cada vez mayor importancia en nuestra sociedad; cada día aumenta el número de hijos de madres menores de 20 años, y los programas de promoción de la salud y prevención de la reincidencia son insuficientes teniendo en cuenta el volumen de maternas adolescentes proyectadas para este año, que corresponde al 37.7% de la población en edad fértil (Dane, 1990). A pesar de haberse logrado avances importantes en la atención de salud de los (as) adolescentes, el conocimiento de su problemática en algunas áreas es todavía deficitario y presenta obstáculos para el planeamiento y la implementación de los servicios de salud en Colombia. Con la reforma de Seguridad Social en Salud, cada institución debe implementar actividades específicas de promoción con este grupo poblacional, no obstante todavía no se cuenta con la infraestructura, recursos humanos, técnicos y financieros suficientes, que faciliten este objetivo; por lo anterior, se hace necesario el planteamiento y desarrollo de programas educo-preventivos que aportes conocimientos teóricos y soluciones prácticas a este problemática, de ello se deriva esta propuesta investigativa que parte del problema de investigación que a continuación se presenta.

Planteamiento del problema

¿Cuál es el impacto de un programa educativo elaborado según el proceso de adopción de precauciones sobre los hábitos relacionados con el cuidado de la salud y el estrés prenatal en adolescentes gestantes usuarias del Centro para Jóvenes de Profamilia?

Hipótesis de investigación

El programa educativo propuesto generará cambios en el comportamiento de las adolescentes gestantes, produciendo un incremento en los hábitos de autocuidado y una disminución en el estrés prenatal.

Objetivos

La presente investigación tiene los siguientes objetivos:

General:

Elaborar e implementar un programa de educación para la salud de acuerdo con el modelo de adopción de precauciones de Weinstein (1988), dirigido al fomento de hábitos de autocuidado y la disminución del estrés prenatal en adolescentes gestantes que se encuentran ante un embarazo precoz y no planeado.

Específicos:

1. Detectar la problemática biopsicosocial de las adolescentes gestantes que asisten al Centro para jóvenes de Profamilia.

2. Desarrollar actividades de educación-formación para adolescentes embarazadas, que les permita reflexionar sobre su etapa de embarazo, la construcción de sus proyectos de vida y su rol materno.

3. Identificar los factores de riesgo para su salud a partir de sus propias vivencias, creencias y expectativas.

4. Dinamizar el proceso de la toma de conciencia de los factores de riesgo, los factores protectores y su incidencia sobre su calidad de vida.

5. Motivar los procesos de toma de decisiones a partir de la identificación del costo-beneficio, y el cambio que representa en su estilo de vida.

6. Facilitar el fortalecimiento de la decisión tomada, orientando los procesos que generan cambios de conducta.

7. Avanzar en la identificación de creencias acerca de la susceptibilidad y severidad de los riesgos, así como de los beneficios y costos de las precauciones, con el fin de caracterizar apropiadamente el proceso de adopción de precauciones como modelo para la prevención del alto riesgo obstétrico en adolescentes gestantes.

8. Avanzar, a partir de la propuesta que se hace en este estudio, en la identificación de las características que debe reunir un programa preventivo del alto riesgo obstétrico en adolescentes, construido según el modelo de adopción de precauciones.

Variables

Independiente:

Programa de Educación para la Salud, elaborado en concordancia con el Modelo de Adopción de Precauciones de Weinstein (1988), compuesto por doce (12) talleres.

Dependientes:

1. Variación en la frecuencia de presentación de hábitos relacionados con el cuidado de la salud. Esta variable se divide en seis categorías que son: auto actualización, responsabilidad con la salud, ejercicio, nutrición, soporte interpersonal y manejo de estrés de acuerdo con el Cuestionario de estilo de vida promotor de la salud (Walker & Colbs, 1990; adaptado Flórez, 1994).

2. Variación en el puntaje de estrés prenatal, entendido como los temores manifestados en el embarazo, es decir, las amenazas o malestares percibidos contra el estado físico y psicológico de la gestante y del feto, evaluados a partir del Inventario de estresantes y psicosociales del embarazo (Flórez, 1996).

Método

Diseño

Se empleo el diseño pre-experimental pretest-postest con un sólo grupo (G O1 x O2). Los diseños pre-experimentales son útiles como un primer acercamiento con el problema de investigación en la realidad, tal como lo busca esta investigación.

Sujetos

Veinte (20) adolescentes gestantes usuarias del Centro para Jóvenes de Profamilia, con un rango de edad entre 16 y 18 años, su nivel de escolaridad se ubica en los grados décimo y undécimo, 17 de ellas convive con su padres y las restantes con su compañero, en unión libre.

Instrumentos

En el procedimiento se emplearon los siguientes instrumentos y técnicas:

– Técnica de Entrevista: El modelo de esta entrevista fue tomado del estudio realizado por Fuentes y Lobos (1994) en el Programa de Apoyo Emocional a la Adolescente Embarazada.

– Otra técnica utilizada para la obtención de datos acerca de la percepción de riesgo de las adolescentes frente a su embarazo fue una encuesta abierta. Esta estrategia tenía como finalidad orientar la escogencia de un instrumento válido que brindara información sobre la actitud de ellas frente a su gestación, esto a partir de las categorías identificadas como clases de eventos estresantes se eligió el Inventario de evaluación de eventos estresantes y psicosociales en el embarazo, (Flórez , 1996). La presencia de una categoría de temor se calificaba como uno (1) y la ausencia se calificaba como cero (0). Los puntajes máximos alcanzados para cada categoría son. Temores relacionados con su propio estado físico 11, temores relacionados con el bebé 8 y temores relacionados con el parto 6, para un puntaje total de 25.

– Cuestionario de estilo de vida promotor de la salud, diseñado por Walker y colaboradores, (1990) adaptado por Flórez (1994), empleado para evaluar hábitos relacionados con el cuidado de la salud. Este instrumento se compone de 50 ítems, con cuatro opciones de respuesta que son: N = nunca, V = a veces, F = frecuentemente, R = Rutinariamente. Donde las calificaciones corresponden a N= 1, V=2, F=3, R=4. Un mayor puntaje indica un mejor estilo de vida. Este cuestionario se divide en seis (6) factores: auto actualización, responsabilidad con su salud, ejercicio, nutrición, soporte interpersonal, manejo de estrés.

Otras técnicas de recolección de información empleadas, dado el carácter participativo del estudio, fueron:

– Formatos de auto-reporte y seguimiento, elaborados por las propias adolescentes gestantes, con el fin de evaluar constantemente el proceso de cambio en las conductas de riesgo o de protección.

– Registro de campo, instrumento mediante el cual se recogieron las vivencias, expresión de sentimientos e inquietudes con respecto al desarrollo del proceso, según la percepción de cada participante y la evaluación de la orientadora.

Procedimiento

Inicialmente, las participantes se sometieron a una entrevista individual previa divulgación, inscripción y participación en el Programa de Atención para Madres Adolescentes (PAMA); en este ciclo de talleres se definieron los módulos por trabajar (salud y autocuidado, entrenamiento en técnicas de afrontamiento para el parto, resolución en el manejo de conflictos). Después, se aplicaron las pruebas Cuestionario de estilo de vida promotor de la salud e Inventario de eventos estresantes y psicosociales del embarazo, de esta forma se dio inicio al programa educativo propuesto. Al finalizar las sesiones, se aplicaron nuevamente las pruebas antes mencionadas. Por último, se efectuó el procesamiento de datos.

Resultados

Para efectos comparativos en cuanto al avance del proceso según el Modelo de Weinstein (1988), las participantes se ubicaron en 4 grupos, según los siguientes criterios:

1)Variación descriptiva según respuestas y datos consignados en registro de campo y formatos de auto-reporte individual.

2) Variación de puntajes en las condiciones preintervención y postintervención de las pruebas aplicadas.

3) Grado de motivación (según registro individual de seguimiento).

4) Frecuencia de asistencia.

En lo referente a los puntajes, es necesario tener en cuenta:

– Para el Cuestionario de estilo de vida promotor de la salud los puntajes «altos» fueron los que igualaron o sobrepasaron el 50% del puntaje máximo que podría ser obtenido.

– Para el inventario de eventos estresantes físicos y psicosociales del embarazo los puntajes «altos» fueron los inferiores al 50% del total posible.

Por consiguiente, la caracterización de cada grupo es:

– Grupo 1: integrado por 3 participantes quienes: a) obtuvieron puntajes preintervención bajos y se mantuvieron así en el postest. b) No cumplieron con el 80% de las tareas, ni de los compromisos registrados. c) Asistieron sólo a 4 sesiones. Las jóvenes de este grupo conocieron sobre la existencia del riesgo y de las precauciones relacionadas con el estado gestacional. De esta manera este grupo sólo alcanzó el primer nivel de la etapa de susceptibilidad al riesgo.

– Grupo 2: conformado por 4 participantes quienes a) obtuvieron puntajes más bajos en el postest con relación a la primera aplicación, b) cumplieron con aproximadamente el 60% de las tareas y/o compromisos registrados, y c) asistieron de 4 a 7 sesiones.
Al aceptar y reconocer medidas relacionadas con factores de riesgo y resultados posibles de factores protectores en su vida personal y en la forma como esto puede afectar su salud, las integrantes de este grupo alcanzaron la primer etapa del modelo (susceptibilidad al riesgo) en su totalidad aunque su condición no fue suficiente para modificar sus creencias.

– Grupo 3: integrado por 6 participantes quienes: a) mantuvieron puntajes altos en las dos condiciones (pretest-postest). b) cumplieron con el 80% de las tareas y/o compromisos registrados y c) asistieron de 8 a 10 sesiones.

Estas gestantes tienen conciencia sobre la existencia y efectividad de las precauciones, y lo aceptan en lo personal, generando el inicio de procesos de toma de decisiones, donde tienen la intención de cambiar algunos hábitos; Por lo que se puede afirmar que alcanzaron la tercera etapa.

– Grupo 4: conformado por 7 participantes quienes: a) incrementaron puntajes postest con relación a los pretest para las dos pruebas, b) cumplieron con el 95% de tareas y/o compromisos registrados y c) asistieron a más de 11 sesiones.

Estas gestantes se apropiaron y desarrollaron el proceso de toma de decisiones aplicándolo en algunas situaciones de su vida, logrando transformar la intención en acción, por lo que se clasifican en la cuarta etapa del modelo, aclarando que es una situación particular compuesta por elementos de cambio, y no en la formulación estructurada de programas y estrategias de cambio que mejoren su calidad de vida.

Desde el análisis cuantitativo se puede anotar: La prueba no parámetrica de rangos señalados y pares igualados para muestras relacionadas de Wilcoxon se empleó para evaluar la significación de las diferencias pretest-postest, siendo cada sujeto su propio control. Para el IEE se presentaron diferencias significativas en las categorías de temores relacionados con su propio estado físico (p = 0.0004) y con la categoría temores relacionados con el bebé (p = 0.005). Para el CEPVS hubo diferencias estadísticamente significativas en las categorías de responsabilidad con la salud (p = 0.0001); ejercicio (p = 0.0144) y en la categoría denominada soporte interpersonal (p = 0.0475).

Para efectuar las comparaciones generales entre los grupos 1, 2, 3, y 4 se empleó la prueba no paramétrica Kruskal-Wallis. Para el IEE no se encontraron diferencias significativas, y para el Cuestionario estilo de vida promotor de la salud se encontró una significancia estadística en la categoría de «soporte interpersonal» con un cuadrado igual a 8.5189, p=0.0364 al igual que con la prueba Mann-whitney, donde se ratificó lo anterior, ya que en el Inventario de eventos estresantes físicos y psicosociales del embarazo mostró diferencias estadísticamente significativas en la categoría «temores relacionados con el parto» en la condición pretest (Uo : 7.5 < Uc: 8) para el par 3-4 ; los valores observados de U para el Cuestionario de estilo de vida promotor de la salud en cada pareja de grupos al ser comparados con su respectiva U crítica indican que en la condición postest se rechazó la hipótesis nula en la categoría de soporte interpersonal para los binomios: 1-3 (Uo 1.5 < Uc 2), 2-3 (Uo 0.5 < Uc 3) , 3-4 (Uo 5.0 < Uc 8).

El análisis cualitativo organiza la información procedente del sujeto y recogida mediante diversos instrumentos en categorías clasificatorias que permiten presentar las conclusiones de forma organizada y precisa, facilitando, así, la contrastación de los hallazgos encontrados en las pruebas cuantitativas y el seguimiento personalizado que refleja el desarrollo de un proceso como seres humanos que, por tanto, piensan, sienten, crecen y cambian con una dinámica diversa de acuerdo con proyecto de vida planteado. «Los datos cualitativos son citas textuales de la gente sobre sus pensamientos, creencias, expectativas…» (Bonilla, 1985, citado en Bonilla y Rodríguez, 1995).

Se efectuó una categorización en torno a los siguientes niveles temáticos: salud, afrontamiento del parto, resolución de conflictos y orientación reflexiva. Se encontraron diferentes grados de apropiación de conceptos y notable variación en la percepción de su gestación así: las adolescentes del grupo 1 manejan información general sobre la gestación con muchas inquietudes y dudas acerca del cuidado durante el embarazo, la consulta médica, nutrición, el aumento del peso principalmente, también se nota que se identifican con problemáticas grupales, pero no las consideran como una situación que puede cambiar a partir de ellas. La actitud hacia el proceso vivido en el programa es de poca credibilidad en cuanto al impacto positivo que puedan tener las acciones propuestas en cuanto a la salud, el parto y en situaciones de índole personal.

Entre las características del grupo 2 se destacan el reconocimiento de un embarazo no planeado y cómo esta situación puede afectar su vida permitiéndoles identificar la necesidad de poderse ayudar, aunque no saben como hacerlo. Además, manifiestan temor a enfermar y la capacidad que ellas tienen de poder detectar síntomas que afecten su salud. Expresan que para estar bien es necesario cuidarse.

En el grupo 3, las adolescentes han identificado diversas dificultades que están afectando su vida para lo cual plantean posibles soluciones manejando conceptos elaborados que les permite reconocer condiciones favorables para mantener su salud y esperan con esto resultados positivos frente a la situación que están viviendo y en general a su proyecto de vida.

Las adolescentes del grupo 4 reportan cambios en su forma de actuar en situaciones específicas que antes no controlaban, y reconocen que estos cambios se originan partiendo de ellas, logrando favorecer su estilo de vida.

No existe un límite definido entre un grupo y otro en especial entre los grupos 1-2, y 3-4; ya que se trata de un proceso cualitativo, no es posible determinar el grado exacto de percepción y apropiación del programa. Un factor común, definido como lo más álgido en este momento de su vida, son los déficit en los niveles de comunicación con su familia y la incapacidad para expresar adecuadamente sus pensamientos indistintamente de la etapa o situación particular de cada participante, el nivel de compromiso y el empeño en encontrar soluciones a sus inconvenientes se dio en este módulo; aunque las diferencias se notaron en la capacidad de análisis y en la coherencia de las propuestas.

Es relevante resaltar que si cada una de las maternas del programa tuviese la oportunidad de prevenirle a una amiga esta misma situación lo haría, pues hay consciencia de que la vida ha cambiado y la nueva situación es difícil, bien sea porque se inicia una vida en pareja de forma apresurada o porque el hijo esperado probablemente se convertirá en un «hermanito», pues los padres de la gestante desde ahora se facultan y atribuyen la responsabilidad de la crianza, y la adolescente inexperta, aunque inconforme, «decide» que es lo mejor para los dos, o en el más crítico de los casos se siente incapaz de continuar y aguanta abusos verbales, físicos, psicológicos de su familia y en algunos casos tiene expectativa negativas sobre su futuro laboral, pero se resignan a su suerte.

Discusión

Actualmente, en Colombia, el campo de la salud abre espacios para que la psicología de la salud se fortalezca y genere propuestas en las áreas de prevención y promoción que permitan mejorar la calidad de vida de hombres y mujeres, contribuyendo de esta forma a la consecución de las metas principales propuestas por la nueva Ley de Seguridad Social en relación con la calidad y la cobertura a nivel nacional. El enfoque preventivo induce a desarrollar modelos de comportamiento donde existan altos niveles de compromiso y responsabilidad por parte de la población en general. Siendo el individuo el actor principal en la conservación de un adecuado estado físico y mental, a partir de sus actitudes y comportamientos. Es importante resaltar el trabajo de la psicología en este campo, ya que es esta disciplina la más idónea para orientar procesos de cambio en la conducta.

Uno de los objetivos específicos de la investigación hace referencia a la identificación del perfil biopsicosocial de las participantes. Al respecto, se encontró que el grupo de adolescentes gestantes presentó por lo menos seis factores de riesgo causantes de su embarazo: provenían de un nivel socioeconómico bajo; madre o hermana con historia de embarazo adolescente; ignorancia de su propia fisiología y/o del uso correcto de métodos anticonceptivos; disminución del valor de la virginidad; inicio precoz de relaciones sexuales e inestabilidad familiar.

Desde el programa educativo, es conveniente aclarar que se lograron diferentes niveles de aprendizaje sobre el proceso del parto, riesgos y precauciones en el módulo de entrenamiento en autocontrol emocional; desarrollo de técnicas de afrontamiento como preparación psicológica al parto, alcanzando con algunas de las participantes la «intención» de actuar favorablemente durante su parto, pero en ningún momento se plantearon estrategias de seguimiento para corroborar que las intenciones manifestadas se convirtieran en acciones, así como tampoco se contempló la preparación del equipo de salud encargado de atender el nacimiento en cuanto a manejo de población adolescente.

Otro aspecto por destacar son las diferencias encontradas con relación al soporte interpersonal en las dos condiciones de aplicación muestra la importancia del apoyo que necesitan las adolescentes embarazadas. El trabajo realizado en el módulo de Resolución de conflictos permitió a las adolescentes desarrollar estrategias de afrontamiento y solución de las situaciones difíciles que estaban viviendo consigo mismas, con sus familias, compañeros y con su entorno social. Esto se observó claramente durante el proceso para las adolescentes que asistieron a la mayoría de sesiones del programa educativo. La cognición de algunas adolescentes gestantes frente al embarazo muestra un alto nivel de fantasía y poco sentido de responsabilidad para asumir la maternidad, manifestando sentimientos de invalidez para continuar la vida; este hecho motivó el ingreso de algunas jóvenes al programa educativo, en espera de encontrar respuesta a muchas inquietudes para la preparación al parto.

Respecto al Modelo de adopción de precauciones de Weinstein (1988), se concluye que es una herramienta eficaz para trabajar procesos individuales y como apoyo en procesos colectivos que se centren en el desempeño del usuario como principal estrategia de cambio a partir de un proceso educativo, ya que es un excelente conductor para evaluar permanentemente el avance en el conocimiento de la realidad de la población, así como de las soluciones propuestas implementadas y ejecutadas que responden en su orden a las preguntas qué cambiar, cómo cambiar y qué resultados se obtienen al cambiar para mejorar las condiciones de vida.

En posteriores investigaciones se sugiere incrementar la muestra y aumentar el tiempo en la ejecución del estudio para que se puedan lograr resultados más satisfactorios. Además, se propone desarrollar una estrategia de intervención interdisciplinaria (equipo de salud) para los diferentes momentos de la gestación en adolescentes, desde la identificación del embarazo hasta el puerperio, con base en el modelo de adopción de precaución como parte de las políticas institucionales para las entidades de salud que en este momento ofrecen programas de atención materno-infantil.

Referencias

Bonilla E, Rodríguez, P. (1995). Más allá del dilema de los métodos. Bogotá: Editorial Presencia.

Flórez. L. (1994). Cuestionario de estilo de vida promotor de la salud. Boletín Asociación Colombiana de Psicología de la Salud. Año 3 (1), pp.16 -22.

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Citar:

Floréz, L.  (2005, 20 de febrero). Elaboración e implementación de un Programa de Educación para la Salud dirigido a la promoción y la prevención en adolescentes gestantes. Revista PsicologiaCientifica.com, 7(2). Disponible en: https://psicologiacientifica.com/adolescentes-gestantes-programa-de-educacion-para-la-salud

5 comentarios en «Programa de educación para salud en adolescentes gestantes: Promoción y prevención»

  1. Estoy participando en un programa de atención y orientación a madres gestantes y su información me ha ayudado a demostrar la necesidad de atender este grupo de personas como base de nuestra sociedad. Mi eslogan es “Capacitar a la primera profesora de todo ser humano para que prepare al futuro ciudadano, utilizando su vientre como la primera escuela”. Considero que en mi país Colombia debemos utilizar el método de Red para lograr un cubrimiento integral de la población que atendemos. Hay muchísimas Instituciones que atendemos a la misma población.

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  2. Este trabajo nos arroja luz y suficientes elementos que nos obligan a continuar trabajando, para reforzar las acciones y esfuerzos obtenidos hasta hoy. Una vez más estoy convencida de que la Humanización de los Servicios de la Salud, es un reto que debemos asumir como actores importantes y responsables de la salud de nuestra población. Felicidades, buen trabajo.

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  3. El trabajo es sumamente interesante, sirve como aporte a la ciencia y base para futuras investigaciones, si fuera posible enviarme la metodología, por lo que adelanto mis agradecimientos y muchos parabienes.

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  4. Es un buen trabajo, que apoyo decididamente porque me preocupa la situación de las adolescentes gestantes y porque considero que en la adolescencia los modelos de prevención y promoción en salud son muy necesarios para no tener que hablar más tarde de «sanar». Faltó explicar en mayor detalle la metodología, es la unica obsevación que hago.

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  5. Soy estudiante de enfermería y este artículo me parece bien hecho. Personalmente, me ayudó y orientó a realizar mi trabajo sobre estilos de vida y riesgos obstétricos en adolescentes gestantes en una comunidad de Cajamarca. Felicitaciones.

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