Construcción y validación de la Escala de Personalidad Tipo A para estudiantes

Arturo Barraza Mací­as
Universidad Pedagógica de Durango, México

Resumen

Se presenta cómo se desarrolló y validó un instrumento para medir la personalidad tipo A en estudiantes. El enfoque metodológico se categorizó como instrumental, centrándose en la validación estadística de la herramienta. A través de análisis de confiabilidad, consistencia interna, grupos contrastados y análisis factorial, se establecieron las propiedades psicométricas de la escala, demostrando su validez y confiabilidad en la medición del constructo de la personalidad tipo A en el contexto estudiantil.

Palabras clave: personalidad tipo A, escala de personalidad, estrés estudiantil.

En 1959, dos cardiólogos, Rosenman y Friedman, describieron un estilo de comportamiento que llamaron Patrón de Conducta Tipo A (de aquí en adelante Personalidad Tipo A). Los primeros estudios que se realizaron demostraron que las personas con Personalidad Tipo A tienen 2.5 veces más probabilidades de presentar angina de pecho o infarto de miocardio. Por el contrario, el Patrón de Conducta Tipo B (o Personalidad Tipo B), estaría definido por la ausencia relativa de las características propias de la Personalidad Tipo A. Por otra parte, las personas que no pudieran ser encuadradas en ninguna de las dos categorías anteriores serían clasificadas como Tipo X.

Los sujetos con Personalidad Tipo A tienden a percibir el entorno como opuesto a sus objetivos y amenazante de su autoestima, necesitando afirmarse por medio de logros personales para alcanzar la cognición de control. Se trata en sí de un patrón comportamental con tendencia a la acción, a la dominación con una marcada inclinación a competir expresando, además, fuerte proclividad a reacciones hostiles.

Diversas investigaciones han avalado la pertinencia del constructo Tipo A, sin embargo, algunos autores consideran que «las críticas actuales son tan insalvables que dicho constructo ha iniciado un declive progresivo que, probablemente, le lleve al ostracismo definitivo» (Palmero, Breva y Espinosa, 1994). Las críticas se fundamentan, básicamente, en tres argumentos:

– Existen inconsistencias en el tipo de instrumentos que suelen ser utilizados para evaluar la Personalidad Tipo A.

– El tamaño y la composición de las muestras estudiadas en algunas investigaciones son consideradas por algunos autores como inadecuadas, o más bien insuficientes, puesto que muchos de los trabajos se han llevado a cabo con muestras que, en lo general, no alcanzan los 150 individuos.

– La explicación de los resultados negativos y contradictorios encontrados entre la Personalidad Tipo A y los trastornos cardiovasculares se centra en la crítica a la Personalidad Tipo A.

Más allá de estas críticas, en la actualidad se dispone de suficiente evidencia que indica la asociación que existe entre determinadas formas de comportamiento y la aparición de disfunciones cardiovasculares. Se acepta, de forma generalizada, que dicho patrón constituye un factor de riesgo de la misma magnitud que otros considerados tradicionalmente, como son: elevados niveles de colesterol, el tabaco o la hipertensión (Pérez-Llantada, Maciá y González ,1994).

Componentes de la Personalidad Tipo A

Con relación a sus componentes, se puede observar que existe una larga tradición que concibe a la Personalidad Tipo A desde una perspectiva multidimensional. En ese sentido, se considera normal que se siga recurriendo a las dimensiones establecidas originalmente por Friedman y Roseman (1974), que ubican este constructo, en primera instancia, como de alta reactividad, seguido de factores de distinta índole que involucra desde la tensión muscular (muecas, gestos enfáticos y elevación del tono de voz), actividad psicomotora intensa (ansiedad, hostilidad, ira y agresividad, competitividad, alta motivación de logro, orientación al éxito e hiperactividad), cognitiva (alta responsividad y necesidad de control ambiental) y conductual (urgencia de tiempo, velocidad, hiperactividad e implicación en el trabajo).

Para Bermúdez y Sánchez-Elvira (1989), las características principales que definen la PTA son las siguientes:

– Percepción de situaciones como amenazantes y competitivas.

– Búsqueda de tales situaciones.

– Gran afán por destacar siempre en todo lo que se lleva a cabo.

– Realización (o intento de realización) de distintas tareas a la vez, con sensación de falta de tiempo y queja constante de ello.

– Reacción agresiva y hostil ante las dificultades.

No todos los sujetos con PTA tienen todos los componentes mencionados. De hecho, parece que no todas estas características tienen el mismo peso en la enfermedad coronaria, ni en la consideración de la PTA como un factor de riesgo independiente para esta enfermedad. Es así que habría ciertos subcomponentes, indicados como centrales de este constructo, que jugarían un papel decisivo en la enfermedad coronaria, mientras que otros no tan riesgosos influirían sobre otras situaciones en la vida del individuo (relación familiar, disfrute, etc.) afectando su calidad de vida. Es importante mencionar como concomitante del la citada PTA la necesidad de control que presentan los sujetos Tipo A.

En la actualidad, existe una tendencia que busca identificar los factores que constituyen las dimensiones básicas de la PTA; en ese sentido, algunos autores le apuestan a dos dimensiones básicas: competencia-liderazgo e impaciencia agresión (Vinnacia, Alzate y Tobon, 2004) o ambición competitividad e irritabilidad-impaciencia (Borges, Barbero, Macía y Pérez-Llantada, 1997), mientras que otros consideran tres dimensiones: competitividad (afán por destacar y eliminación de impedimentos), impaciencia (urgencia temporal) y hostilidad (Carmona, Sanz y Marín, 2002).

De manera particular, considero que una perspectiva tridimensional es la más adecuada, sin embargo, al haber diferencia sobre cuáles pueden ser esas tres dimensiones, en la presente escala le apuesto a los siguientes factores: Competitividad, Orientación al trabajo e Impaciencia. Desde esta perspectiva me ubico, esencialmente, en la misma línea argumentativa que la escala JASE (Jenkins Activity Survey-Students) (en Borges et. al. 1997), que presenta tres factores: Competitividad, Sobrecarga Laboral e Impaciencia. Estos tres factores son reconocidos desde 1970 por Zyzanski y Jenkins (en Pérez-Llantada et. al. 1994) como las dimensiones básicas del constructo PTA.

Esta estructura tridimensional es reconocida por múltiples autores, llegando algunos de ellos a afirmar que «es bien conocido que las personas Tipo A se caracterizan por un extremado sentido de urgencia de tiempo e impaciencia, altos niveles de competitividad y hostilidad y una constante implicación en el trabajo, incluso en fines de semana o vacaciones» (Bermúdez, Pérez, Sánchez-Elvira, Oiz, Ruís-Mateas y Oller, 1997).

Personalidad Tipo A y estrés

A partir de la aparición del constructo Personalidad tipo A, los investigadores y divulgadores del campo de estudio del estrés lo han incorporado a la discusión bajo el supuesto de que una Personalidad de Tipo A es más propensa a presentar estrés (Cooper y Straw, 2002; González, 2003; Guic, Bilbao y Bertín, 2002; Kyriacou, 2003; Orlandini, 1999; Rossi, 2001; y Shturman, 2005). Esta tendencia se ha reflejado también en las investigaciones donde se puede ver de manera recurrente la asociación entre estas dos variables (v.gr. Palmero, Breva y Espinosa, 1994; Matud et. al., 2001; Jamal, 2005; Hernández y Olmedo, 2004; Quevedo, Amaro e Iglesias, 2002; y Bermúdez, Pérez, Sánchez-Elvira, Oiz, Ruíz-Mateas y Oller, 1997). Sin embargo, esta relación se ha centrado básicamente en el estrés laboral y no se ha abordado dicha relación con el estrés académico.

Al tener presente la necesidad de realizar un estudio que correlacione Personalidad Tipo A y Estrés Académico o Estrés de Examen, se ha establecido como intencionalidad explícita en el presente trabajo, la construcción y validación de un instrumento que permita la medición de dicho constructo. Esta intencionalidad conduce a formular como objetivos de la presente investigación los siguientes:

– Establecer el nivel de confiabilidad de la Escala de Personalidad Estudiantil Tipo A.

– Determinar las evidencias de validez interna que respaldan la aplicación de la Escala de Personalidad Estudiantil Tipo A.

Método

El presente estudio puede ser caracterizado como instrumental por tener como principal función la construcción y validación estadística de un instrumento. Se han considerado como pertenecientes a esta categoría todos los estudios encaminados al desarrollo de pruebas y aparatos, incluyendo tanto el diseño (o adaptación), como el estudio de las propiedades psicométricas de los mismos (Montero y León, 2005).

Con base en la intencionalidad investigativa que guía el presente trabajo, la técnica seleccionada para recolectar la información es la encuesta y el instrumento, el cuestionario. De los diferentes tipos de cuestionarios que se pueden utilizar, se decidió construir una escala que consta de 16 ítems que se pueden responder mediante un escalamiento tipo Lickert de frecuencia con cinco valores: nunca, rara vez, algunas veces, casi siempre y siempre. La distribución de los ítems según las dimensiones utilizadas fue la siguiente:

– Orientación al trabajo (implicación en el trabajo o compromiso máximo con el trabajo): ítems 1, 6, 7, 8, 11 y 13.

– Competitividad (necesidad de reconocimiento): ítems 2, 9, 14, 15 y 16.

– Impulsividad / impaciencia (urgencia de tiempo): ítems: 3, 4, 5, 10 y 12.
A continuación se presenta la escala construida:

Tabla 1
Escala de Personalidad Estudiantil Tipo A

Instrucciones: señala con una X la frecuencia (nunca, rara vez, algunas veces, casi siempre o siempre) con que se presente cada situación en tu caso personal.

Esta versión de la escala fue aplicada a una muestra no probabilística de 239 estudiantes de educación media superior, superior y de postgrado. La distribución de los estudiantes según las variables sociodemográficas establecidas fue la siguiente:

– El 41% corresponde al género masculino y el 59%, al género femenino.

– El 49% estudia en el nivel medio superior; el 40%, en el nivel superior y el 11% en el nivel de postgrado.

– La edad mínima fue de 14 años y la edad máxima de 47 años. La media fue de 20 años, la mediana de 19 años y la moda de 15 años.

La escala fue aplicada durante los meses de septiembre y octubre de 2007 en diversas instituciones de educación media superior y superior.

Resultados

La presentación y el análisis de resultados se articulan en cuatro apartados: confiabilidad, análisis de consistencia interna, análisis de grupos contrastados y análisis factorial.

De los diferentes procedimientos existentes para establecer la confiabilidad de un proceso de medición, en el presente trabajo se optó por el Alfa de Cronbach, que mide la consistencia interna del proceso de medición. Este procedimiento se aplicó a la escala, en lo general, así como a cada una de sus dimensiones constitutivas. Asimismo, se realizó un análisis por ítems para determinar si la eliminación de algún item afectaría de forma sustancial la escala.

De los diferentes tipos de evidencia que se pueden recolectar para establecer la validez del proceso de medición de un instrumento (Messick, 1995), en el caso de la Escala de Personalidad Estudiantil Tipo A, se recolectó evidencia con relación a la estructura interna. La evidencia basada en la estructura interna alude al análisis de la relación de los ítems entre sí y de éstos con el constructo evaluado para interpretar las puntuaciones ofrecidas por el instrumento. Entre las diferentes estrategias utilizadas se encuentran el análisis factorial y el análisis de consistencia (Kramp. 2006), así como el análisis de grupos contrastados (Anastasi y Urbina, 1998).

Confiabilidad

Una vez aplicado el procedimiento correspondiente, mediante el programa estadístico SPSS Versión 11, se obtuvo una confiabilidad de .81. Este nivel de confiabilidad interpretado por el baremo proporcionado por De Vellis (en García, 2006) nos permite afirmar que la confiabilidad de la Escala de Personalidad Estudiantil Tipo A es muy buena.

Por su parte, cada una de las dimensiones de la escala presentó el siguiente nivel de confiabilidad:

– Orientación al trabajo, (Implicación en el trabajo o compromiso máximo con el trabajo) .79

– Competitividad (necesidad de reconocimiento) .70

– Impulsividad/impaciencia (urgencia de tiempo) .61

El nivel de confiabilidad mostrado por cada una de las dimensiones es menor al nivel general de la escala, por lo que se puede establecer que las tres dimensiones establecen una sinergia positiva que incrementa el nivel de confiabilidad de la escala. Por otra parte, se puede determinar, sin lugar a dudas, que es la escala de impulsividad/impaciencia la que manifiesta en su medición un nivel de confiabilidad más bajo, por lo que se hace necesario monitorear su desempeño en otros procesos de medición, sobre todo si se parte del hecho de que ésta es una de las dimensiones básicas del constructo que se pretende medir.

Los resultados obtenidos en la escala, en caso de eliminar alguno de los ítems, se muestran a continuación:

Tabla  2
Confiabilidad en Alfa de Cronbach si el ítem es eliminado

Como se puede observar, el Alfa de Cronbach de la escala, en caso de eliminar algún ítem, varía entre .79 y .81, lo que indica que la consistencia interna de la escala es alta.

Análisis de consistencia interna

El análisis de consistencia interna es denominado validez de consistencia interna por Salkind (1999) y procedimiento o método de consistencia interna por Anastasi y Urbina (1998). A los resultados obtenidos se les aplicó el estadístico r de Pearson para correlacionar el puntaje global y el de cada una de las dimensiones, proporcionado por el instrumento, con el puntaje específico obtenido en cada ítem (Salkind, 1999).

Tabla  3
Resultados del análisis de consistencia interna

Estos resultados muestran cómo todos los ítems se correlacionan de manera significativa con la medición global del constructo que proporciona la escala, por lo que se puede afirmar que todos los ítems corresponden a este constructo, en este caso, a la Personalidad Estudiantil Tipo A.

Análisis de grupos contrastados

El análisis de grupos contrastados es un procedimiento de búsqueda de evidencia basada en la estructura interna (Anastasi y Urbina, 1998). Este procedimiento fue ajustado en el presente proceso por el hecho de enfrentarnos a un escalamiento tipo Lickert y no a una prueba de aprovechamiento con respuesta dicotómica: acierto-error.

El comportamiento de los ítems de una escala tipo Likert se examina tomando en consideración su capacidad discriminativa. Esto es, si los ítems que componen la escala pueden diferenciar de forma significativa entre los sujetos que puntúan alto y los que puntúan bajo en la variable que se está midiendo (Cohen y Swerdlik, 2001).

Para examinar el poder discriminativo de los ítems como parte del procedimiento de grupos contrastantes, se utilizó el estadístico t de Students, que se basa en la diferencia de medias. En ese sentido se pretende conocer si los sujetos con mayor presencia de los rasgos de personalidad tipo A (25% superior: cuarto cuartil) mostraban diferencias significativas en el modo de responder a cada uno de los ítem en comparación con aquellos que tenían una menor presencia de los rasgos de personalidad tipo A (25% inferior: primer cuartil).

Los resultados obtenidos fueron los siguientes:

Tabla  4
Resultados del análisis de grupos contrastados

Como se puede observar, todos los ítems presentan un nivel de significación de .00, lo que nos permite afirmar que todos los ítems tienen una direccionalidad única y permiten discriminar adecuadamente entre un nivel bajo y alto de la Personalidad Estudiantil Tipo A.

Análisis factorial

El análisis factorial es una familia de técnicas estadísticas que ayudan a identificar o corroborar las dimensiones comunes que subyacen en la medición de una variable (Hogan, 2004). Conceptualmente, el Análisis Factorial presenta dos tipos de modalidades o aproximaciones diferentes: inductiva o exploratoria y deductiva o confirmatoria (Pérez-Gil, Chacón y Moreno, 2000).

Antes de que se desarrollasen las técnicas confirmatorias del Análisis Factorial, se utilizaba la modalidad inductiva con fines exploratorios o confirmatorios. En la actualidad, aun cuando los procedimientos con el Análisis Factorial Confirmatorio están muy desarrollados, todavía se sigue usando el Análisis Factorial Exploratorio con fines confirmatorios. Desde esta perspectiva, el Análisis Factorial Exploratorio implica tener en cuenta una estructura factorial basada en una teoría sustantiva y aplicar el análisis factorial en una muestra de datos para comprobar si la estructura resultante era coincidente o no con la estructura teórica.

Esta manera de proceder es correcta en sí misma y se ajusta a los criterios de validez de constructo. Es decir, asumida a priori una estructura teórica, se obtiene una muestra representativa de la población y se aplica el Análisis Factorial Exploratorio. Si la estructura obtenida es coincidente con la estructura teórica se confirma el modelo teórico (Pérez-Gil et. al. 2000; p. 443).

Antes de realizar el análisis factorial de la Escala de Personalidad Estudiantil tipo A, se consideraron algunos criterios para valorar la viabilidad del mismo: la prueba de esfericidad de Bartlett fue significativa en .000, y el test KMO de adecuación de la muestra alcanzó un valor .765. Estos valores indicaron que era pertinente realizar un análisis factorial de la matriz de correlaciones (Visauta, y Martori, 2005).

En el análisis factorial se empleó el método de Componentes Principales con rotación Varimax. A continuación se presenta la matriz de componentes rotados.

Tabla 5
Resultados del análisis factorial

Como se puede observar, la estructura tridimensional obtenida del análisis teórico realizado y plasmada inicialmente en la escala es confirmada por el análisis factorial.

Conclusiones

La presente investigación se planteó dos objetivos relacionados necesariamente con el establecimiento de las propiedades psicométricas de la Escala de Personalidad Estudiantil Tipo A. Una vez finalizada la investigación se puede considerar que los objetivos fueron logrados.

Con relación al primer objetivo que a la letra decía: establecer el nivel de confiabilidad de la Escala de Personalidad Estudiantil Tipo A, se puede responder que el nivel de confiabilidad de la escala es de .81 en Alfa de Cronbach.

En lo que respecta al objetivo que a la letra decía: determinar las evidencias de validez interna que respaldan la aplicación de la Escala de Personalidad Estudiantil Tipo A, se puede afirmar que:

– A partir del análisis de consistencia interna, todos los ítems forman parte del cosntructo Personalidad Estudiantil Tipo A.

– A partir del análisis de grupos contrastados, todos los ítems tienen una direccionalidad única y permiten discriminar entre un nivel alto y uno bajo de la Personalidad Estudiantil Tipo A.

– A partir del análisis factorial, la escala presenta una estructura tridimensional que confirma la estructura teórica utilizada en su construcción.

Una vez establecidas estas propiedades queda pendiente iniciar los trabajos de investigación al respecto para ir monitoreando como se comporta el instrumento para realizar los ajustes que sean convenientes en caso de ser necesario.

Referencias

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Citar:

Barranza, A. (2008, 08 de enero). Construcción y validación inicial de la Escala de Personalidad Estudiantil Tipo A. Revista PsicologiaCientifica.com, 10(2). Disponible en:
https://psicologiacientifica.com/personalidad-tipo-a-escala-estudiantil

5 comentarios en «Construcción y validación de la Escala de Personalidad Tipo A para estudiantes»

  1. El trabajo es muy bueno y además la información que allí presenta, me da pautas para elaborar mi propio instrumento de recogida de información y esta me sirvió mucho, felicidades.

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  2. El reporte de los resultados factoriales es incompleto, ya que no menciona cómo se determinó el número de factores exploratorios ni el método de rotación. Las confiabilidades con respecto a la sub escala son bajos, y lo único confiable es el puntaje total que está inflado por el número de ítems. También el diseño de grupos contrastados inevitablemente dará resultados que no acepten la hipótesis nula y es mejor complementarlo con enfoques correlacionales. Es un aporte interesante pero muy incompleto para decidir la utilidad del instrumento.

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  3. Considero que el trabajo es bueno; sin embargo, sería importante que se publicaran los resultados que se obtuvieron al validar la escala en general, así como el de cada área o factor.

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