Relación entre la implicación laboral y la salud: Estrategias para familias

Marí­a de la Fe Rodrí­guez
Universidad Nacional de Educación a Distancia - UNED Madrid, España.

Resumen

Desde el marco de la Psicologí­a Clí­nica y de la salud, el objetivo general del presente trabajo es estudiar la influencia de la implicación laboral en la salud. Los datos obtenidos muestran la importancia de la implicación laboral como variable moduladora entre el conflicto trabajo-familia y la salud. También se revisa la implicación de estos datos en la terapia de familia.

Palabras clave: Conflicto trabajo-familia, salud, terapia, implicación laboral.

Las modificaciones surgidas en el trabajo diario y la vida familiar, están llevando a cambios en la dinámica de las personas. Una de las variables a tener en cuenta es el grado de implicación laboral y cómo ésta va interfiriendo en las relaciones familiares.

La relación genérica entre trabajo y familia o familia y trabajo se puede describir a través de varios modelos (Zedeck y Mossier ,1990). Una primera aproximación se conoce como «desbordamiento», para la que todo aquello que ocurra en una dimensión afectará a la otra, existiendo una igualdad entre lo que sucede en el lugar de trabajo y la familia, en cuanto a actitudes y estado de ánimo. Un segundo modelo, que se ha denominado de «compensación» tiene un tono más positivo, ya que manifiesta que las experiencias de una persona en el trabajo o en la familia se ven compensadas o equilibradas de una dimensión a otra. En tercer lugar, el modelo de «segmentación», defiende que la familia y el trabajo son dos campos totalmente distintos e incomunicados, de manera que los éxitos o fracasos en una dimensión no influyen en la otra. Por último, los autores citan la llamada Teoría del conflicto, para la que el éxito en un campo trae consigo la insatisfacción en el otro, ya que el trabajo y la familia son, desde este punto de vista teórico, dos ámbitos incompatibles. Esta teoría es la que mayor apoyo ha encontrado en la literatura (Van Amelsvoort, Jansen, Swaen, Van den Brandt y Kant 2004).

El conflicto trabajo familia no es un concepto reversible. Es decir, no ocurren los mismos problemas, si el conflicto surge en el trabajo influyendo en la familia o, por el contrario, si es la familia la que está influyendo en el trabajo. El conflicto puede verse generado por una serie de presiones en el trabajo, tales como características del horario laboral, los estresores de rol, el estatus dentro de la organización o las características de la tarea (Gracia y González y Peiró 1996; Zedeck y Moisier, 1990). Si las fuentes del conflicto surgen en la familia, Pearlin y Turner (1987) diferencian entre dos tipos de estresores: los agudos y los crónicos. Entre los agudos podemos distinguir los asociados a la evolución natural del ciclo familiar, como el nacimiento de un hijo y los imprevistos, como puede ser la muerte de algún miembro de la familia. Mientras que un estresor crónico podría ser el cuidado de un anciano o una larga enfermedad.

Esta distinción, la recogemos en el presente estudio al señalar la existencia de dos tipos distintos de conflicto: el conflicto trabajo familia (CTF) y el conflicto familia trabajo (CFT), además del conflicto inter-rol que supone la existencia de un conflicto que une los dos anteriores. Un ejemplo de conflicto inter-rol podría ser el sufrido por las personas que acaban de vivir el nacimiento de un hijo junto a la fuente de presión que pueda suponer un mal horario laboral. Este concepto resulta básico para la terapia familiar, ya que como distintos autores han señalado en un estudio descriptivo realizado en España, el 40% de las personas que trabajan sufren conflicto como padres, esposos y trabajadores (Chinchilla, Gallo, León y Poelmans, 2003), con las connotaciones negativas que esto tiene para la dinámica familiar.

Conflicto, salud e implicación laboral

Los estudios clásicos sobre la relación entre el conflicto y la salud señalan los efectos negativos que produce en ésta el conflicto trabajo-familia (Greenhaus y Beutell,1985; Parasuman, Simmers, 2001; Pleck, 1985; Voydanoff, 1988). De hecho, algunos autores muestran que el conflicto se relaciona negativamente con el bienestar psicológico (Parasuman y Simmers, 2001; Martínez- Pérez y Osca 2001). Y en concreto, que el CFT y CTF influyen en la salud mental (Vinokur, Pierce y Buck, 1999). Otros investigadores consideran el conflicto como fuente de estrés (Adams, King y King., 1996; Bacharach, Bemberger y Conley, 1991 Frone, Russell y Cooper 1992 y Frone, Russell y Barnes, 1996).

Frone y Russell (1997) señalan que la afección para la salud es distinta si el conflicto va desde el trabajo a la familia, que si se produce desde la familia al trabajo. El primer caso se relaciona con altas tasas de consumo de alcohol, baja salud física, insatisfacción y estrés. Cuando el conflicto parte de la familia afectando al trabajo, éste se asocia con hipertensión, sintomatología depresiva, salud física baja y alto consumo de alcohol. En esta dirección, el trabajo de Richardesen, Burke y Mikkelsen (1999) señaló como las mujeres que experimentaban alto CTF tenían bajos niveles de salud y satisfacción vital. Así, como Hammer, Saksvik, Nytro, Torvatn y Bayazit, (2004), siguiendo el Modelo de Demandas-Control de Karasek, intentan analizar la contribución de las normas organizacionales sobre el conflicto trabajo familia, el estrés laboral y los síntomas subjetivos de salud. Estos autores encuentran que el conflicto trabajo familia está significativamente relacionado con síntomas de salud, mientras que el conflicto que surge en la familia, no existe esta relación significativa con la salud. En cuanto al conflicto inter-rol aparece muy poca evidencia al respecto (Hammer, Cullen, Marchand y Dezsofi, 2006).

En resumen, podríamos decir que los estudios sobre el tema señalan que la relación entre el conflicto y la salud difiere en cuanto a las consecuencias sobre la salud, dependiendo del tipo de conflicto. También, los trabajos manifiestan la existencia de diferencias transculturales en las variables que están influyendo en el conflicto y la influencia que esto tiene en la salud (Luk, 2002).

La implicación laboral «el grado en que una persona se identifica psicológicamente con su trabajo, o la importancia del trabajo en relación con la autoestima del sujeto» (Lodhal y Kejner, 1965; p. 24), tal y como han recogido distintos autores (Adams y cols., 1996; Bachach y cols., 1991; Frone y Rice, 1987; Frone y cols 1992; Beutell y Wittig Berman, 1999; Vinokur y cols, 1999), influye en la salud cuando existe el conflicto, pudiendo incrementar el conflicto debido a dos razones. En primer lugar, el mayor tiempo dedicado al trabajo hace que disminuya el dedicado a la familia. Y en segundo lugar, se apuntan razones de capacidad o de energía mental desgastada en el trabajo. Es decir, que aún atendiendo a las demandas familiares, se puede estar mentalmente ocupado y preocupado por el trabajo. Históricamente, se encuentran inconsistencias en cuanto a los resultados en la relación entre el conflicto y la implicación laboral, ya que algunos autores han encontrado dicha relación (Frone y Rice, 1987) mientras que en otros, no han podido establecer una conexión entre ambas variables (Holahan y Gilbert, 1979).

Por todo ello, el objetivo de este trabajo consiste en estudiar la influencia del conflicto familia-trabajo en la salud, tanto en su componente físico como psicológico. Además, se pretendeindagar sobre otras variables que pudieran ser moduladoras del conflicto, como la implicación en el trabajo. Todo ello con la intención de revisar las implicaciones prácticas que estos datos puedan tener para la terapia de familia.

En relación con los trabajos clásicos de Cullen (2005); Frone y Russell (1997); Parasuman y Simmer (2001); Martínez-Pérez y Osca (2001) sobre la influencia del conflicto en la salud, cabe esperar que el CFT, CTF y el inter-rol estarán relacionados con la salud. Es decir, se espera que a mayores niveles de conflicto (CFT, CTF, e inter-rol) mayor malestar físico y psicológico. También se explorará el carácter modulador de la implicación laboral (Adams y cols., 1996; Bachach y cols., 1991; Frone y Rice, 1987; Frone y cols 1992; Beutell y Wittig Berman, 1999; Vinokur y cols, 1999) entre el CFT, CTF e inter-rol y el malestar físico y psicológico.

Método

Han participado 117 trabajadores, con una media de edad de 39,2 años (d.t.=27,79), de los cuales el 41,9% son hombres y el 57,3% mujeres. Tienen pareja el 94% y el 63,8% tienen hijos, distribuyéndose en: un hijo, el 32,9%; dos hijos el 55,7%; tres hijos el 10,1% y cuatro hijos o más el 1,3%. En cuanto a su puesto dentro del organigrama de las empresas donde desarrollan la actividad laboral, los sujetos de la muestra ocupan puestos medios el 51,4%, puestos bajos el 36,95% y solamente un 11,7% ocupa puestos directivos. La recogida de datos se realizó mediante un cuestionario, garantizando en todo momento la confidencialidad a los participantes.

Instrumentos

Para medir el malestar físico se utilizó la escala de «Malestar físico» del OSI (Occupational Stress Indicator) de Cooper, Sloan y Williams (1988) traducida al español por el equipo de la Universidad de Valencia dirigido por J. M. Peiró. Esta versión incluye dos ítems nuevos, con respecto al original, sobre conductas de búsqueda de ayuda, tales como acudir al médico. La escala consta de 16 ítems en los que se indaga sobre las molestias psicosomáticas de los últimos tres meses. Con un formato de respuesta tipo Likert de 6 puntos, que oscila desde «Nunca o raras veces» (1) hasta «Con mucha frecuencia» (6). La fiabilidad de la escala es de .74 (alfa de Crombach).

El malestar psicológico, también se valoró con la escala correspondiente del OSI (Occupational Stress Indicator) de Cooper y cols. (1988). Consta de 16 ítems y al igual que en el caso anterior, el equipo de la Universidad de Valencia dirigido por J. M. Peiró la tradujo al español. En ella se pregunta por el estado psicológico percibido por la persona, con el mismo formato de respuesta que la escala de malestar físico. Tiene una fiabilidad alfa de Crombach de .80.

La evaluación del conflicto se midió mediante la Escala Conflicto Familia-Trabajo de Kopelman, Greeenhaus y Connoly (1983), traducida al español por Martínez, M.D y Osca (2001). La escala está formada por dos factores, el primero en torno al conflicto en relación al trabajo, con una fiabilidad de .72 (alfa de Crombach). Y el factor conflicto centrado en la familia, con una fiabilidad de 74 (alfa de Crombach). La escala total, que evalúa el conflicto inter-rol familia trabajo, obtuvo una fiabilidad alfa de Cronbach de .71. El tipo de escala es Likert cuyas respuestas oscilan entre «1» totalmente en desacuerdo y «5» totalmente de acuerdo.

La escala utilizada para medir la implicación en el trabajo es una adaptación de Sancerni, M.D (1987) sobre el cuestionario «Work Involvement» de Sttafford, Banks y Jackson (1979). Tiene un formato de respuesta tipo Likert de 5 puntos cuyas posibilidades oscilan entre «Totalmente en desacuerdo» (5) hasta «Totalmente de acuerdo» (1). Y obtuvo una fiabilidad de .80.

Tabla 1
Estadísticos descriptivos y correlaciones entre Escala de Conflicto trabajo-familia e inter-rol y malestar físico y psicológico

La implicación laboral

**La correlación es significativa al nivel 0.01(bilateral)
**La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral)

Resultados

Los análisis se realizaron con el SPSS (versión 14.0) utilizando análisis de regresión, para comprobar la influencia del CFT, CTF y del conflicto inter-rol en la salud.

Los resultados del análisis de regresión (Tabla 2) al tomar como variable dependiente el malestar psicológico muestran que, el conflicto inter-rol (=.344; <001) explica un 11% de la varianza. Lo cual indica que, a mayor conflicto inter-rol, mayor malestar psicológico. Sin embargo, los otros dos tipos de conflicto (CFT y CTF) no han establecido relaciones significativas con el malestar psicológico.

En la misma dirección, si utilizamos como variable dependiente el malestar físico, el conflicto inter-rol (=.318; <001) es significativo con un porcentaje de varianza explicada de 9,3%. Es decir, a mayor conflicto inter-rol mayor malestar físico. Y como en el caso anterior, la relación entre el CFT y el CTF no se ha relacionado significativamente con la salud (malestar físico). El porcentaje de varianza explicado es mayor para el malestar psicológico que para el malestar físico.

Tabla 2
Análisis de regresión por pasos tomando como variable dependiente el malestar psicológico y físico

*p<.05, **p<.01***p<.001

Con respecto al papel de la implicación laboral como moduladora de la influencia del conflicto trabajo familia en la salud, se realizaron una serie de ecuaciones factoriales en relación con el malestar físico y el psicológico. El análisis de regresión en el que se ha tomado como variable dependiente el malestar físico y como variable moduladora la implicación en el trabajo, se observan los siguientes resultados (Tabla 3): el primer bloque relativo al conflicto, explica un 8.1% de la varianza, sin que ninguna relación sea significativa. Tampoco resulta significativo el resultado cuando introducimos el segundo bloque con la variable implicación en el trabajo. Sin embargo, en el tercer bloque, en el que se pone a prueba las interacciones, aumenta el porcentaje de varianza explicado a un 12%, siendo las interacciones del conflicto familia-trabajo y conflicto inter-rol e implicación con el trabajo significativas (Tabla  3), ( =4.124; p<.008), ( =-5.879; p<.015).

Tabla 3
Resultados de la ecuación de regresión jerárquica tomando como variable dependiente el malestar físico

*p<.05. **p<.01.***p<.001

Al introducir la implicación en el trabajo como variable moduladora, tal y como se muestra en la Figura 1, se pone en evidencia que sufrir altos niveles de conflicto familiar y tener alta implicación laboral genera malestar físico. Sin embargo, aunque se tengan alto conflicto en la familia, si existe baja implicación laboral, el malestar decae.

Figura 1.

Además, si se continúa analizando el carácter modulador de la implicación laboral, se observa que estar altamente implicado en el trabajo, además de tener un alto conflicto inter-rol produce altos niveles de malestar físico. Sin embargo, y tal y como ocurre en el caso anterior, cuando el conflicto inter-rol es alto, el malestar físico es menor si existe baja implicación.

Figura 2.

El análisis de regresión en el que se ha tomado como variable dependiente el malestar psicológico y como variable moduladora la implicación en el trabajo, no se observan interacciones significativas.

Tabla 4
Resultados de la ecuación de regresión jerárquica tomando como variable dependiente el malestar psicológico

*p<.05, **p<.01***p<.001

Conclusiones

Desde el marco general de la Psicología Social de la salud, hemos pretendido averiguar cómo influye el conflicto trabajo-familia, familia-trabajo e inter-rol en el malestar tanto físico como psicológico, además de investigar la modulación de la implicación laboral. Para ello, en un primer momento, hemos realizado un análisis de regresión con el objetivo de estudiar si la salud está relacionada con el conflicto trabajo-familia. Los datos, tal y como se refleja en las páginas anteriores, ponen de manifiesto que nuestra hipótesis está parcialmente confirmada, ya que la salud se ve afectada por el conflicto, como indican otros trabajos (Adams y cols., 1996; Bachach y cols., 1991; Cullen, 2005; Frone y cols 1992; Parasuman y Simmers, 2001; Martínez- Pérez y Osca 2001 o Richardesen, y cols. 1999), pero exclusivamente con el conflicto inter-rol. Sin embargo, estos datos parecen coincidir, al menos parcialmente, con los resultados obtenidos por Hammer y cols. (2004), ya que dichos autores tampoco han podido establecer una conexión entre el CFT y bajos niveles de salud.

Parece, por tanto, que en nuestra muestra, tener conflicto en una vía u otra (CFT o CTF) no modifica la salud. Una explicación a estos resultados puede que sea el hecho que los individuos perciben como verdadero conflicto solamente el inter-rol, que implica conflicto en las dos direcciones. Mesmer-Magnus, Viswevaran, (2005) han encontrado en un reciente estudio meta-analítico que las medidas sobre el conflicto trabajo-familia y familia-trabajo no son mediadas separadas y que puede que en realidad estén midiendo conceptos muy parecidos, de ahí la importancia del conflicto inter-rol. En este sentido parece, por tanto, que cuando las preocupaciones y responsabilidades están en continua contradicción entre la familia y el trabajo y viceversa, es cuando se produce un conflicto verdadero que afecta a la salud física, modificando parámetros como disminución del apetito, palpitaciones, dolores de cabeza, molestias gastrointestinales o sensaciones tales como impotencia, abatimiento o falta de éxito.

Respecto a la implicación laboral, se evidencia como una variable moduladora especialmente, con el conflicto familia trabajo y el inter-rol en relación con la salud física. Este resultado confirma los hallazgos de Frone y Rice (1987) y Beutell, Wittig-Berman (1999), quienes coinciden en señalar la importancia de la implicación laboral como variable moduladora en el conflicto. Sin embargo, la literatura no ha recogido suficientemente su relación con el conflicto inter-rol (Hammer, Cullen, Marchand, Dezsof, 2006). Aunque, como ya señalábamos anteriormente es posible que el conflicto inter-rol sea la variable que más interés tenga en esta línea de investigación.

En las dos interacciones se observa que para que la salud física se vea afectada, se tienen que dar altos niveles de implicación laboral y conflicto. Por un lado, una alta implicación laboral junto a altos niveles de conflicto conlleva una mala salud física. Sin embargo, y aquí está uno de los aspectos más interesantes del presente trabajo, aún cuando existe alto conflicto (familia o inter-rol) la salud no se ve afectada en términos negativos siempre y cuando la implicación laboral sea baja.

La implicación laboral no ha sido una variable moduladora entre el conflicto y el malestar psicológico, lo que puede ser debido a que los síntomas psicológicos medidos por la escala son más confusos que los síntomas físicos y por tanto, sea más difícil relacionarlos con el conflicto. Asimismo, pensamos que existen razones de deseabilidad social que pueden haber hecho que los sujetos tengan ciertas reticencias a reconocer que padecen los síntomas psicológicos mencionados en la escala.

Como limitación del presente estudio creemos que se encuentra el hecho de haber utilizado una muestra relativamente pequeña. Pensamos que esto conlleva dificultades a la hora de generalizar los resultados.

De cara a futuros trabajos pensamos que tendría sentido realizar un estudio diferenciando los hombres de las mujeres para poder ver si se producen los mismos efectos. Es decir, establecer en un estudio cuyo núcleo central sea la variable género, para investigar si existen diferencias en cuanto a la afectación de la salud. Las variables sociodemográficas, en este caso el sexo, han sido recogidas como factores modificantes en general de la conducta de salud por el Modelo de Creencias de la Salud (Rosentock, 1974). Sin embargo otros autores, como son Frone, Russell y Barnes (1996) no han encontrado la existencia de diferencias de género en el CFT o CTF. Por lo que creemos que aclarar esta cuestión sería de evidente utilidad, incluso más allá de razones teóricas debido al impacto sociocultural que estas cuestiones suscitan. Asimismo, creemos que sería de mucho interés la elaboración de estudios trasnculturales. Por ejemplo, el estudio realizado por Luk (2002), en Hong Kong con población china y occidentales que residen en esta ciudad obtiene que los occidentales tienen mayores cuotas de CTF frente al otro grupo, que presentaba niveles más elevados de CFT. Estas investigaciones ayudarían a esclarecer el peso del conflicto en la salud, al observar distintas culturas en las que los niveles de trabajo e implicación, tanto familiar como laboral, son distintos.

Implicaciones prácticas para la terapia de familia

La situación actual de dificultad de conciliación de la vida familiar y laboral hace que esta área sea una fuente de conflicto creciente. Los terapeutas se enfrentan, cada vez más, con dinámicas familiares donde uno o los dos miembros de la pareja tienen altos niveles de implicación laboral. Para ayudar a la mejora de esta situación se proponen las siguientes sugerencias.

1. Toma de conciencia del individuo de la forma en que el conflicto, y especialmente el inter-rol, afecta a la salud.

2. Toma de conciencia de la importancia de la implicación laboral como variable moduladora cuando existe malestar físico. Como se ha observado, incluso en situaciones de alto conflicto el verdadero peso se encuentra en la implicación laboral. Las personas con una alta implicación laboral consideran el trabajo como un eje central en sus vidas. Como estrategias conductuales se sugieren, por ejemplo, no realizar horas extras, no llevarse trabajo a casa y reducir, si se estima conveniente, los proyectos de desarrollo de carrera profesional.

3. Redescubrir la importancia de las funciones paternas o maternas cambiando la implicación laboral por la implicación en el cuidado de los hijos.

4. Redistribución de tareas domésticas asignando al miembro que tenga alta implicación nuevas tareas del hogar.

Desde la perspectiva de la psicología de las organizaciones se han sugerido diferentes propuestas para la mejora de la dinámica familiar. Así, Richardsen, Burke y Mikkelsen (1999) y Hammer y cols. (2006) manifiestan la importancia de desarrollar iniciativas desde las propias empresas para moderar la implicación laboral e incrementar los niveles de apoyo tanto instrumental como emocional a través de estrategias tales como la creación de grupos de discusión, con el objetivo de tomar decisiones que ayuden a la mejora de los niveles de conflicto trabajo-familia, o la implantación de guarderías en los centros de trabajo u horarios flexibles adaptados a las necesidades de cada trabajador.

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Citar:

Rodrí­guez, M. (2009, 27 de febrero). La implicación laboral: Desarrollos para la intervención con familias. Revista PsicologiaCientifica.com, 11(4). Disponible en: https://psicologiacientifica.com/intervencion-con-familias-implicacion-laboral

2 comentarios en «Relación entre la implicación laboral y la salud: Estrategias para familias»

  1. Esta página me ha servido mucho para la preparación en muchas asignaturas y espero contar siempre con sus publicaciones, pues abarcan bien en materia todos los temas.

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  2. Soy psicóloga, hice un trabajo sobre el proyecto de vida y la motivación laboral, me parece muy interesante la fundamentación de su estudio y el enfoque audaz con el que aborda el tema.

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