Perfil psicosocial de adolescentes embarazadas en el área de salud de Calabazar

Marí­a Zayda Guridi González, Virginia Franco Pedraza, Isabel Márquez Garcí­a, Vilma Tómas Dominguez
Policlí­nico Mártires de Calabazar, Cuba

Resumen

El embarazo en la adolescencia se ha convertido hoy en dí­a, en motivo de diversas investigaciones; constituye un hecho biopsicosocial muy importante que conlleva a una serie de situaciones que pueden atentar tanto contra la salud de la madre como la del hijo, y constituirse en un problema de salud, que no debe ser considerado solamente en términos del presente, sino del futuro, por las complicaciones que acarrea, por lo que realizamos un estudio descriptivo prospectivo y transversal en un grupo de adolescentes embarazadas, atendidas en la consulta multidisciplinaria del Policlí­nico Universitario «Mártires de Calabazar» durante el perí­odo de enero a diciembre del 2011, con el objetivo de determinar la caracterización psicosocial en dichas gestantes; la muestra se conformó con 53 adolescentes embarazadas, según criterios de inclusión y exclusión. Se estudiaron las variables edad, escolaridad, ocupación, relación de pareja, nivel de ansiedad rasgo-estado, depresión rasgo-estado, autoestima y bienestar psicológico de la adolescente embarazada, se aplicó un modelo de registro, el IDAREN, IDEREN, inventario de autoestima, y escala de BIEPS-J. Como resultados, predominó el grupo de 15 a 18 años de edad (96,2%), el nivel de secundaria básica (47,2%), desocupadas (84,9%). Tanto en la ansiedad rasgo, como en la ansiedad estado el nivel alto fue el de mayor porcentaje (45,3% y 50,9% respectivamente). También la depresión se reportó con un nivel alto (rasgo 5,0% y estado 52,8%). Se destacó el nivel bajo de autoestima (83,1%) y de bienestar psicológico (86,8%). Se recomienda extender el estudio.

Palabras clave: embarazo adolescencia, caracterización psicosocial, ansiedad, embarazo

«La adolescencia es tierra de nadie». «Los adolescentes no son niños ni adultos», sentencian los viejos refranes que sintetizan el saber popular de una realidad común: el tránsito de la niñez a la adultez (Castro M, Cano A, Rebollar M., 1995). Hoy en día, se considera como una etapa de la vida del ser humano en la que ocurren complejos cambios biológicos, psicológicos y conductuales, que requieren de una cuidadosa atención por las importantes transformaciones fisiológicas, emocionales y sociales que finalmente «imprimen» en la persona el sello de la madurez, con los rasgos característicos del adulto.

El grupo de los adolescentes constituye un campo de estudio sumamente importante, porque representa la edad en que se inicia la vida sexual activa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la adolescencia como la etapa comprendida entre los diez y los diecinueve años de edad (Urmeneta A, Echeverría M, Martín L. 2000).

Debido al cambio radical y definitivo en sus conceptos de vida, familia y sociedad, la adolescencia, tanto para las mujeres como para los hombres, es una época de transición en todos los aspectos: social, psicológico, físico y sexual. Pero resulta de especial importancia en el caso de las adolescentes, porque ellas son las que pueden quedar embarazadas, y de esta forma facilitar la presencia de complejos problemas personales (Urmeneta A, Echeverría M, Martín L. 2000; Sánchez-Guerrero O. 2000).

Es importante conocer las características de esta etapa, por la que todos pasan con sus variaciones individuales y culturales, para interpretar actitudes y comprender a los adolescentes, especialmente durante un embarazo, sabiendo que una adolescente se comportará como corresponde al momento de la vida que está transitando, sin madurar a etapas posteriores por el simple hecho de estar embarazada. (Faílde Garrido JM, Lameiras Fernández M, Bimbela Pedrosa JL., 2008).

El «embarazo adolescente» se produce en las mujeres menores de 19 años y, generalmente, se ocasiona por no utilizar métodos anticonceptivos y no por ser voluntariamente buscado ( Márquez Carmen, 2007) ; se ha convertido, hoy en día, en motivo de diversas investigaciones, debido a que en los últimos diez a quince años ha aumentado significativamente el fenómeno del embarazo adolescente, constituyendo un problema social, económico y de salud pública de considerable magnitud, tanto para las jóvenes como para sus hijos, la pareja, la familia, el ambiente y la comunidad que los rodea.

Más del 10% de de los nacimientos que se registran anualmente en el mundo se producen en las madres adolescentes. Cada año nacen 15 millones de niños de madres adolescentes; cada día 41.095; cada hora 1.712. En América Latina, los países con mayor tasa de maternidad en las adolescentes son Nicaragua, Guatemala, Honduras, El Salvador y Venezuela, representando entre un 15% y un 25% de las adolescentes (Castro EM. 2004; Álvarez C. 2004).

Estudios realizados por demógrafos cubanos han demostrado un rejuvenecimiento de la fecundidad, con gran incidencia en el grupo de edad comprendido entre 10 y 19 años de edad, fundamentalmente a partir de los 15 años (González ML. 1999).

En el Policlínico Universitario «Mártires de Calabazar» del Municipio Boyeros, participamos en la consulta multidisciplinaria del Programa Materno Infantil, donde todas las embarazadas son valoradas por diferentes especialidades, dentro de ellas, la atención psicológica. Esta consulta tiene como objetivo principal identificar aquellas embarazadas de riesgo materno infantil, entre ellas, las adolescentes, con el propósito de disminuir la tasa de mortalidad infantil del área de salud, así como mejorar el bienestar psicológico y social de la adolescente embarazada.

El embarazo en cualquier edad constituye un hecho biopsicosocial muy importante, pero la adolescencia es un asunto complejo con muchas razones para preocuparse, pues conlleva a una serie de situaciones que pueden atentar contra la salud de la madre como la del hijo y constituirse en un problema de salud, que no debe ser considerado solamente en términos del presente, sino del futuro, por las complicaciones que acarrea.

Teniendo en cuenta que una de las principales líneas de investigación de dicha área de salud es el abordaje de esta problemática, surge la motivación por este estudio a partir de la situación antes mencionada, y de la inexistencia de estudios precedentes en dicho centro, por lo que pretendimos investigar la caracterización biopsicosocial de las adolescentes embarazadas, atendidas en la consulta Multidisciplinaria del Programa Materno Infantil en el Policlínico Universitario «Mártires de Calabazar», en el periodo de enero a diciembre del 2011, con la finalidad de desarrollar estrategias de intervención para este problema de salud, a partir de los resultados que se obtengan en este estudio; por tanto nos planteamos la siguiente interrogante: ¿Cómo se caracteriza biopsicosocialmente las adolescentes embarazadas, atendidas en la consulta Multidisciplinaria del Programa Materno Infantil en el Policlínico Universitario «Mártires de Calabazar» en el período de enero a diciembre del 2010?

Objetivos

General

Determinar las características biopsicosociales de adolescentes embarazadas atendidas en la consulta multidisciplinaria del Programa Materno – Infantil del Policlínico «Mártires de Calabazar».

Específicos

1. Describir las adolescentes embarazadas según grupo de edad, escolaridad, ocupación y relación de pareja actual.
2. Evaluar el nivel de ansiedad y depresión de las adolescentes embarazadas sometidas al estudio.
3. Valorar el nivel de autoestima y el bienestar psicológico del grupo estudiado.

Método

Se realizó un estudio descriptivo prospectivo y transversal en un grupo de adolescentes embarazadas, que fueron atendidas en la consulta multidisciplinaria del Programa Materno Infantil del Policlínico Universitario «Mártires de Calabazar», en el período de enero a diciembre del 2011.

Participantes

El universo de adolescentes embarazadas fue de 67, quedando conformada la muestra de estudio por 53 adolescentes embarazadas, según criterios de inclusión y exclusión; no fue necesario aplicar ningún método aleatorio para la misma.

Criterios de inclusión

– Embarazada de 10 a 18 años que hayan sido atendidas en el área de Salud de Calabazar.
– Aprobación de la adolescente embarazada y autorización del padre o tutor.

Criterio de exclusión

– Adolescente embarazada que presente alguna limitación mental que no pueda brindar información para el desarrollo de la investigación.

Se estudiaron las siguientes variables: edad, escolaridad, ocupación y relación de pareja:

Ansiedad

(Lorenzo R, A y col. 2003): expresó los diferentes niveles de ansiedad como ansiedad, rasgo y ansiedad, estado que puede presentar la adolescente embarazada estudiada. Se clasificó con la siguiente escala:

Ansiedad rasgo

Se refiere a las diferencias individuales, relativamente estables, en la propensión a la ansiedad, es decir, a las diferencias entre las personas en cuanto a la tendencia a responder a situaciones percibidas como amenazantes con elevación de la intensidad de la ansiedad estado.

Bajo: Por debajo de 29 puntos
Medio: Entre 29 y 41 puntos
Alto: Por encima de 41 puntos

Ansiedad estado

Se define como una condición o estado emocional transitorio, caracterizado por sentimientos de tensión y aprensión subjetiva, conscientemente percibidos y por un aumento de la actividad del sistema nervioso autónomo.

Bajo: Por debajo de 24 puntos
Medio: Entre 24 y 38 puntos
Alto: Por encima de 38 puntos

Depresión

(Lorenzo R, A y col. 2003): expresó los diferentes niveles de depresión que puede presentar la adolescente estudiada. Se clasificó en:

Depresión rasgo

Se define como una propensión a sufrir estados depresivos como una cualidad de la personalidad relativamente estable.

Bajo: 22 – 37 puntos
Medio: 38 – 54 puntos
Alto: 55 – 88 puntos

Depresión estado

Se define como una condición o estado emocional transitorio de humor deprimido.

Bajo: 20 – 35 puntos
Medio: 36 – 50 puntos
Alto: 51 – 80 puntos

Autoestima

Expresó la satisfacción personal de la adolescente embarazada consigo mismo y con la eficacia de su propio funcionamiento; a través de la cual el sujeto se autovalora según las cualidades que considera positivas o negativas. Se evaluó mediante la prueba de autoestima de Coopersmith (González, L, M., 2007). Las adolescentes estudiadas se clasificaron en función de tres niveles:

Nivel alto de autoestima

Los sujetos que se clasifican en este nivel alcanzan un puntaje entre 19 y 24 puntos. Los mismos obtienen puntos en la mayoría de los ítems que indagan felicidad, eficiencia, confianza en sí mismo, autonomía, estabilidad emocional, relaciones interpersonales favorables, expresando una conducta desinhibida en grupo, sin centrarse en sí mismos ni en sus propios problemas.

Nivel medio de autoestima

Los sujetos que se clasifican en este nivel alcanzan un puntaje entre 13 y 18 puntos. Los mismos presentan características de los niveles alto y bajo, sin que exista predominio de un nivel sobre otro.

Nivel bajo de autoestima

Los sujetos que se ubican en este grupo alcanzan un puntaje inferior a 12 puntos. En este sentido, los sujetos de este nivel se perciben infelices, inseguros, centrados en sí mismos y en sus problemas particulares, temerosos de expresarse en grupos, donde su estado emocional depende de los valores y exigencias externas, y enfocará a la persona a la derrota y el fracaso.

Bienestar psicológico (Martín M., 2001): expresó el bienestar general de la adolescente embarazada y las dimensiones que conforman el mismo, como, control de situaciones, vínculos psicosociales, ausencia de afectividad negativa, aceptación de sí y autonomía. Se clasificó en:

– Bienestar alto: 30 puntos y más
– Bienestar bajo: menor de 30 puntos

Instrumentos

– Se confeccionó un modelo de registro (ANEXO 2), donde se reflejó la información necesaria para el desarrollo de los objetivos de la investigación.

– Inventario de Ansiedad Rasgo – Estado para Niños (IDAREN) e Inventario de Depresión Rasgo – Estado para Niños (IDEREN): Estos inventarios son una versión cubana validada en una población de adolescentes por el Dr. A. Lorenzo Ruiz y colaboradores (2003), siendo una variante del test IDARE e IDERE para adultos.

– Inventario para medir Autoestima de Coopersmith (González, L, M., 2007): Consta de un cuestionario de actitudes que la adolescente deberá responder, evaluado según la Escala de Autoestima de Coopersmiht, que cuenta de 25 ítems.

– Cuestionario de bienestar psicológico para adolescentes (BIEPS): Es un instrumento con una adaptación cubana, creada por Martin M. (2001); la escala consta de 12 ítems y evalúa cinco dimensiones del Bienestar: Control de situaciones, Vínculos psicosociales Ausencia de afectividad negativa, Aceptación de sí y Autonomía, donde el encuestado debe responder cómo se sintió en el último mes. Cada una de estas dimensiones se puntúa mediante una escala de tipo Likert de tres puntos:

Procedimiento

La información que se obtuvo de los instrumentos que fueron aplicados, se llevó a una base de datos y se utilizo el tabulador EXCEL, se procedió al análisis de los resultados, mediante el porcentaje como frecuencia relativa.

Resultados

Tabla 1
Distribución de adolescentes embarazadas según grupo de edad. Policlínico «Mártires de Calabazar». 2011

tabladistribucionadolesc_1

El mayor porcentaje de adolescentes embarazadas tenían 15 años y más, representando el 96,2%. Solo dos embarazadas presentaban en el momento del estudio 14 años; siendo una de ellas la que aportó un fallecido menor de un año, durante el 2010.

Tabla 2
Distribución de adolescentes embarazadas según escolaridad. Policlínico «Mártires de Calabazar». 2011

tabladistribucionadolesc_2

Se evidenció que casi la mitad (47, 2%) de las adolescentes estudiadas solamente habían terminado los estudios secundarios y del 30,2% muy pocas tenían terminado el técnico medio (4 adolescentes). No se reflejó el nivel primario por no reportarse ninguna adolescente con ese nivel de escolaridad. El predominio del nivel secundario y preuniversitario en los casos estudiados se explica por el desarrollo educacional que se ha alcanzado en Cuba.

Tabla 3
Distribución de adolescentes embarazadas según ocupación. Policlínico «Mártires de Calabazar». 2011

tabladistribucionadolesc_3

Al analizar la ocupación (tabla 3), predominaron las desocupadas en el grupo estudiado con el 84,9 %; es decir, no estaban estudiando ni trabajando en el momento en que se realizó el trabajo investigativo.

Tabla 4
Distribución de adolescentes embarazadas según relación de pareja. Policlínico «Mártires de Calabazar». 2011

tabladistribucionadolesc_4

En cuanto a la relación de pareja (tabla 4), se observa que el 58,5% de las adolescentes carecían de un vínculo de pareja estable, mientras que el 41,5% reflejaron estabilidad con la pareja.

Tabla 5
Distribución de adolescentes embarazadas según ansiedad de rasgo – estado. Policlínico «Mártires de Calabazar». 2011

tabladistribucionadolesc_5

Como se muestra en esta tabla 5, el mayor porcentaje se reportó en el nivel de ansiedad alto, tanto en ansiedad rasgo (45,3%), como en ansiedad estado (50,9%). También se destacó el nivel medio de ansiedad, manifestándose la ansiedad rasgo en un 34,0% y la ansiedad estado en 32,1%.

Tabla 6
Distribución de adolescentes embarazadas según depresión de rasgo – estado. Policlínico «Mártires de Calabazar». 2011

tabladistribucionadolesc_6

En la tabla 6 se evidencia que hay un predominio del nivel alto de depresión, reflejándose un 51,0% en la depresión de rasgo y un 52,8% en la depresión de estado. También el nivel de depresión medio se destacó en ambos tipos de depresión con cifras que en su mayoría alcanzaron el límite superior.

Tabla 7
Distribución de adolescentes embarazadas según nivel de autoestima. Policlínico «Mártires de Calabazar». 2011

tabladistribucionadolesc_7

Según se muestra en esta tabla 7, el mayor porcentaje correspondió al nivel bajo de autoestima, con un 83,1% del total de adolescentes embarazadas que fueron estudiadas.

Tabla 8
Distribución de adolescentes embarazadas según bienestar psicológico. Policlínico «Mártires de Calabazar». 2011

tabladistribucionadolesc_8

Si observamos la tabla 8, podemos destacar que casi la totalidad de las adolescentes embarazadas (86,8%), presentaron un bienestar psicológico bajo. Solamente 7 adolescentes manifestaron un bienestar psicológico alto (13,2%).

Discusión

Una de las problemáticas en la salud reproductiva de la adolescente, es el inicio cada, vez más precoz, de la vida sexual, por lo que ha sido de interés para los investigadores cubanos que plantean el inicio de las relaciones sexuales entre 12 y 17 años (Rodríguez, 2000), mientras que autores de otros países informan edades que oscilan entre los 15 y los 18 años (Fliser, 1993).

Según reporta Chelala (1998), el 20 % de las madres adolescentes en América Latina son madres de 18 años, y en el Caribe, el 50 % son madres de 17 años y menos. Los resultados obtenidos en este estudio coinciden con los hallados por otros autores cubanos (Peláez, 1999; Vázquez, 1999).

Teniendo en cuenta los resultados sobre la escolaridad de las adolescentes embarazadas, podemos plantear que hubo deserción escolar en la mayoría de ellas. Sus aspiraciones y motivaciones en el momento de este estudio se limitaban al cuidado de su embarazo, con la posibilidad remota de seguir estudiando, lo que pudiera representar un futuro de vida limitado, ya que la deserción escolar representa la interrupción brusca de las posibilidades de desarrollo educacional, y el abandono de la adolescente de su grupo de amigos, teniendo que desempeñar roles y funciones en el estrecho ámbito familiar para lo cual aun no está preparada.

En los trabajos realizados por Donovan (2000), González A. (1999) y Álvarez Carril (2001), se plantea que la deserción escolar tiene un papel preponderante en las adolescentes gestantes; y si sumamos esto a la inmadurez propia de la edad, desde el punto de vista psicológico es más desfavorable para la vida futura de la madre y del niño, ya que después de este parto a la mayoría les resulta imposible proseguir su instrucción, por lo que la problemática es más desalentadora.

Un estudio realizado en México por Carreón y col. (2004), también señaló como resultado sobresaliente el bajo nivel educativo de las adolescentes embarazadas, debido al abandono escolar para dedicarse a las labores del hogar y la atención de su embarazo.

Según se destaca por el Comité para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer (2004) que el abandono de los estudios al confirmarse el embarazo o al momento de criar al hijo se explica porque les da vergüenza o porque existe presión familiar o escolar, esto reduce sus futuras posibilidades de lograr buenos empleos y de realización personal al no cursar carreras de su elección; también les será muy difícil lograr empleos permanentes con beneficios sociales.

Los resultados de este trabajo no difieren de los reportes encontrados en la bibliografía revisada, así como la significación y repercusión que tiene el embarazo en las adolescentes en el área escolar, ya que numerosos autores coinciden con que tras el embarazo hay una frustración de sueños, planes y estudios venideros, por lo que la joven embarazada pasa a depender completamente de su familia.
Las adolescentes, una vez que desempeñan el rol de madres, están obligadas a buscar ayuda de su pareja y/o de su familia, para incorporarse al trabajo o al estudio, por tener ante sí la responsabilidad de atender a su hijo. Valdés Dacal (2002) reporta en su artículo un 87,1% de amas de casa, con lo cual se demuestran las consecuencias futuras que esto podría tener no solo para la nueva familia, sino para la sociedad.

En un estudio realizado en el Policlínico Docente «Ramón Pando Ferrer», municipio Santa Clara, Provincia Villa Clara (Espín, 2010), reportó que el 70,0% de las adolescentes embarazadas eran amas de casa, presentando dependencia económica. En este estudio, más de la mitad de las muchachas dependían de la ayuda monetaria proveniente de sus familiares y el resto, de su compañero sexual.

En los casos que se reportaron con no estabilidad de pareja pudo haber una actitud de rechazo y ocultamiento de su condición de embarazada adolescente por temor a la reacción del grupo familiar, los amigos y los maestros; comportamiento que generalmente conduce a la detección y el control prenatal tardío o insuficiente, con sus consecuencias negativas antes y después del nacimiento. Por otro lado, ante esta situación otros autores señalan que estas adolescentes se sienten frustradas y llegan hasta manifestaciones adversas como la depresión y los sentimientos de interrumpir la gestación, que puede ser justificada ya que se sienten invulnerables y asumen conductas omnipotentes casi siempre generadoras de riesgos (Pérez, 2006; Mirabal, 2002).

Las madres solteras o sin pareja estable constituyen un reto para el sistema de salud, ya que los factores psíquicos y sociales determinan un aumento de riesgo, tanto para la madre como para su hijo: además, el aumento progresivo de las uniones a esta edad temprana incrementa, no sólo las gestaciones precoces, sino también la inestabilidad y el cambio frecuente de pareja.

Langer (2003) señala que, curiosamente a pesar de que la estabilidad marital se asocia a un mejor pronóstico de embarazo y a un mejor uso de métodos anticonceptivos, tener una pareja estable constituye un factor de riesgo importante para que la madre adolescente se embarace de nuevo rápidamente.

Infortunadamente, la actividad sexual de las adolescentes no va aparejada con información y educación científica oportuna en temas de sexualidad, siendo las consecuencias de esta situación diversas y preocupantes por el aumento de uniones consénsuales y familias precoces.

Un artículo publicado en la revista European Child and Adolescent (2010), expone que la ansiedad se encuentra entre las enfermedades más frecuentes del sistema nervioso central, lo que se corrobora en este estudio, donde los niveles de ansiedad se reportaron elevados.

Es importante tener presente que en la adolescencia existe un proceso de cambios biológicos y psíquicos importantes que provocan en ellos, incertidumbre, temor a lo desconocido. Ha terminado la niñez pero aún no pueden ser totalmente independientes, decidir totalmente por sí solos, siendo ésta, por tanto, una época de contradicciones, angustia, de expectativas constantes con respecto a las relaciones interpersonales y sus actividades fundamentales.

El adolescente entra en contradicción entre sus aspiraciones y afán de independencia y su posición social objetiva entre su desarrollo físico e intelectual y su real madurez, y en esta contradicción desarrolla peculiaridades en su autoconciencia y autovaloración, en la esfera cognitiva, afectiva y la volitiva y específicamente en su motivación.

Según señala Ibarra Mustelier (2003), el embarazo y la maternidad tienen un impacto psicológico, cultural, social y biológico a cualquier edad, y en la adolescencia supone mayores complicaciones tanto en la madre como en el hijo. La mayor repercusión se observa en la esfera personal y social de la adolescente, porque tiene que asumir el reto de desempeñar el rol de madre, enfrentarse a una nueva situación, debe ser responsable del cuidado, atención y educación de su hijo cuando aún no ha consolidado su formación y desarrollo, y atraviesa una crisis psicológica como expresión de la búsqueda de independencia, necesidad de autonomía y libertad. La madre adolescente puede sufrir por el esfuerzo de ajustarse a la maternidad y por la pérdida prematura de su condición de adolescente.

Esta ansiedad en la adolescente embarazada puede manifestarse como un estado de inquietud o zozobra, donde tiene la vivencia de un desagradable malestar y angustia indefinida, así como un presentimiento de peligro próximo, vago o indeterminado, lo cual provoca inseguridad y se percibe como amenaza.

Por todo lo anteriormente expuesto, es de esperar que la mayoría de estas adolescentes embarazadas que fueron estudiadas presentaran niveles altos de ansiedad, tanto en rasgo como en estado. La reacción y la actitud de la familia frente al evento de un embarazo precoz puede tener cierta influencia en el estado emocional de la adolescente, por lo que dependiendo de la conducta que asuma la familia podrá aumentar o disminuir la ansiedad en la embarazada.

Los niveles de Depresión alto pudieran estar relacionados con un sentimiento de incertidumbre o desesperanza con respecto a su desarrollo futuro, con el descontento y la insatisfacción de sus necesidades, con el cumplimiento de las expectativas individuales y familiares, la introversión y preocupación por su salud, así como, falta de apoyo de la pareja, familia y grupos sociales, debido a la repercusión biopsicosocial que puede tener el embarazo precoz.

Los rasgos de personalidad hacen que algunos pacientes sean intrínsecamente más vulnerables a los sentimientos de desesperación o impotencia; mientras que en otros, hacen que se muestre una fuerza innata ante la adversidad, por lo que para evaluar adecuadamente a un paciente, se debe considerar todas las dimensiones relevantes, como las características de personalidad del paciente, la dinámica familiar y las variables específicas relativas al evento, en un intento de identificar la causa básica.

Según se describe la Depresión en menores, aumenta con la edad y el componente genético es una de sus causas principales. A pesar de que la Depresión se considera una enfermedad crónica, se asegura que «los niños y los jóvenes tienen un cerebro muy plástico y consiguen recuperarse, aunque existe un riesgo importante de recaída»
(Rodríguez, 2005).

Teniendo en consideración esta descripción, podemos pensar que si se resuelve felizmente el curso del embarazo, disfrutando la adolescente del apoyo de la pareja y su familia, la depresión disminuya una vez que funcionen los mecanismos adaptativos ante el evento vital.

Se evidencia que la mayoría de las adolescentes embarazadas reflejaron una imagen negativa, deficiente, lo que indicó una autoestima baja e inadecuada, pudiéndose manifestar conductas agresivas o pasivas, al tratarse a sí mismos con dureza, con exigencias desmedidas y una desvalorización general de su persona y de todo lo que hacen.
El concepto juvenil de autoestima está grandemente influido por la actitud y conducta de los padres ante él. A algunos padres les resulta difícil aceptar que su hija adolescente tenga un embarazo en esa etapa de la vida; por lo que una joven embarazada sin apoyo familiar es fácil que adquiera una autoestima negativa y se aleje de sus actividades sociales.

Según describe el profesor Zaldívar (2004), cuando la autoestima se encuentra dañada, el individuo puede sentirse incapaz e inadecuado, mostrarse inseguro y dependiente, de manera excesiva, de las opiniones y aprobación de los demás y el auto concepto que desarrolla lo hace sentirse infeliz, deprimido o ansioso, lo que se corroboró en los resultados de los instrumentos aplicados para medir ansiedad y depresión.

En los adolescentes, la autoestima es un factor relevante en su desarrollo, especialmente en algunos aspectos de su personalidad y su adaptación social y emocional. Una baja autoestima se asocia con estructuras de personalidad depresivas y narcisistas, de timidez y ansiedad social (Aguilar-Ye y col. 2008).

Las consecuencias psicosociales del embarazo precoz puede afectar de manera negativa la calidad de vida de las adolescentes, lo que puede conllevar a un estigma social que puede contribuir a índices más altos de ansiedad, depresión y baja autoestima.

Podemos considerar que la mayoría de las embarazadas adolescentes que fueron evaluadas en este estudio presentaron un concepto negativo, una baja estimación y una imagen deficiente de sí mismas; carecían de confianza en sus recursos y capacidades y se sentían ineptas e incompetentes para emprender nuevas tareas, desarrollar sus potencialidades y lograr las metas que querían.

Es de esperar que si estas adolescentes embarazadas, presentaron un alto nivel de ansiedad, de depresión y un bajo nivel de autoestima, reflejen un nivel de bienestar psicológico bajo, ya que existe una estrecha relación entre ellos, por lo que se puede evidenciar un estado de infelicidad que repercute en su calidad de vida que puede continuar aun después de finalizar el embarazo. Las dimensiones que reportaron mayor afectación fueron la aceptación de sí, control de situación y la presencia de afectividad negativa. Se manifestaron expresiones tales como no satisfecho con el embarazo, sentirse no aceptado por los demás, sentimiento de soledad y no responsabilidad de sus actos.

En los factores subjetivos de la calidad de vida podemos apreciar que cuando un individuo se siente mal, o está enfrentando un proceso de aceptación o rechazo, esto lo hace «sentirse infeliz, y eso puede dañar aquellas áreas de la vida significativas para él, en relación con sus aspiraciones y metas en la etapa del ciclo vital en que se encuentre. De aquí la importancia de tener en cuenta la óptica individual, la percepción del propio paciente en la evaluación de su calidad de vida, según señala Victoria G. en su trabajo sobre el Bienestar y la Salud» (Victoria, 2003).

Tener salud en su concepción más amplia, no sólo implica sentirse bien físicamente, es además tener planes y proyectos futuros, involucrarse en ellos de manera activa para alcanzarlos y derivar de eso satisfacciones personales. El fracaso en el logro de esas satisfacciones puede convertirse en una fuente de estrés con implicación negativa para la salud considerada integralmente. La calidad de vida está estrechamente vinculada a las aspiraciones y el nivel de satisfacción con respecto a los dominios más importantes en que una persona desarrolla su vida (Victoria, 2003).
El manejo de un embarazo en la adolescencia no puede considerarse exitoso si la paciente está deprimida, sin esperanzas, o tiene temores constantes de tener una recaída o complicación, o si está siempre de mal humor o irritable con la familia y con los que los rodean. El estado de salud emocional forma parte de la calidad de vida de una gestante y hacia ello debe dirigirse el trabajo de los profesionales encargados de atender a las adolescentes embarazadas. Un programa integral de atención materno Infantil debe tener en cuenta todos estos factores, incluyendo, por supuesto, los programas educativos.

Es necesario destacar que los hallazgos de este trabajo son relevantes para un grupo específico, sin embargo debido a su característica contribuye a comprender fenomenológicamente la complejidad del embarazo en la adolescencia, por lo que desde la atención primaria de salud se debe trabajar en función de mejorar la calidad de la atención a la salud del adolescente, especialmente dirigido a la identificación y modificación de factores y conductas de riesgo, que constituyen los problemas fundamentales para este grupo poblacional.

El Sistema Nacional de Salud y el Programa de Atención-Materno Infantil en Cuba, ofrece todas las garantías de salud a la mujer y al niño, la atención médica a la mujer gestante en consultas ambulatorias, especializadas, hogares maternos y otros servicios especializados, acreditándose la salud sexual y reproductiva como un derecho de las mujeres y de sus hijos; así como garantiza la atención al niño sano y la atención preventiva-curativa de la población infantil.

Como señala Rodríguez (Rodríguez I., 2000) con gran acierto, «Nuestra sociedad actual ha creado la adolescencia y tiene la obligación de preocuparse por ella, de infiltrarle responsabilidad y esperanza, de darle una nueva ética, en la que impere el concepto del derecho a nacer deseado y protegido. Sólo así podría mantenerse el concepto de familia.»

Conclusiones

– El mayor porcentaje de adolescentes embarazadas se reportó en el grupo de 15 a 18 años de edad, predominando el nivel escolar de secundaria básica, las desocupadas y la no estabilidad de pareja.

– En la muestra estudiada, la ansiedad rasgo y la ansiedad estado reflejaron elevados porcentaje en el nivel alto. También la depresión tanto en rasgo como en estado el nivel alto fue el que alcanzó mayores valores.

– La mayoría de las adolescentes de la muestra reflejaron un nivel bajo de autoestima y de bienestar psicológico.

Recomendaciones

– A pesar de la repercusión psicosocial que tiene el embarazo en la adolescencia, son pocos los estudios que se refieren a esta temática, por lo que se hace necesario extender este estudio para formular estrategias adecuadas e intervenciones más eficaces en la atención de adolescentes y la prevención del embarazo precoz.

– Intensificar la aplicación del programa de educación sexual en la comunidad, con la participación activa del equipo multidisciplinario de salud.

Referencias

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Citar:

Guridi, M. Z., Franco, V., Márquez, I., Tómas, V. & Ferrás, D. (2014,  27 de febrero). Caracterización psicosocial de adolescentes embarazadas atendidas en el área de salud de Calabazar. Revista PsicologiaCientifica.com, 16(3).Disponible en: https://psicologiacientifica.com/caracterizacion-psicosocial-adolescentes-embarazadas

2 comentarios en «Perfil psicosocial de adolescentes embarazadas en el área de salud de Calabazar»

  1. Muy importante que haya espacios en la red para consultar temas de psicología y de salud mental, actualmente tenemos una visión un poco reduccionista de estos temas..gracias.

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